20 de enero de 2946

¡Y un nuevo año ha llegado! He estado bastante ocupado este último tiempo y he dejado esta bitácora de lado entretanto. La mayor parte del tiempo me la pasé viajando de aquí a allá buscando ganarme unos créditos. Eso sí, ha habido una mejora monetaria desde la adquisición del «pingüino». Quizás sea porque es más respetado que una Aurora o quizás sólo debido a que he tenido suerte, pero la cuestión es que la cantidad de emboscadas que he sufrido ha bajado considerablemente, lo que me ha permitido invertir más créditos en mejoras y en adquirir mercancía más valiosa en vez de en reparaciones y misiles. Por supuesto, aunque sean en menor cantidad, una situación así no deja de ser peligrosa. En una ocasión me interceptaron un par de piratas novatos, me imagino, los cuales volaron directamente hacia mí en sus 325 exigiendo que soltara mi carga. Deseoso de probar el armamento nuevo, simplemente desconecté el sistema asistido de vuelo, giré sobre mi eje y prendí los postquemadores en ruta directa de colisión mientras calentaba la gatling. En cuanto comenzó a disparar apoyé la ráfaga con los cañones laterales. El pirata que iba en vanguardia trató de girar, pero la munición balística destrozó la cabina antes siquiera terminaran de caer los escudos. El otro pirata enfiló en sentido contrario, pero al darme la cola pude reventar su motor con una ráfaga bien apuntada, cosa rara de parte mía. Sin la ventaja de su velocidad fue cosa de segundos que los trozos de su nave terminaran golpeando mi escudo al pasar a un costado de él después de acabar otra ráfaga.
La refriega me llenó de confianza... pero también de horror al comprobar lo rápido que se consumía la munición y lo caro que podía llegar a ser escupir tanto plomo, tungsteno o lo que fuera de lo que estuvieran hechos los proyectiles. Tuve suerte de que estos atacantes fueran novatos, o al menos lo suficientemente estúpidos para volar en línea recta facilitándome el acertarles, pero ciertamente debía racionar cuidadosamente las ráfagas, tanto para no quedar sin munición en medio del combate, lo que podría convertirse en un error fatal, como para evitar tener que perder demasiados créditos en munición desperdiciada.
En todo caso, por ahora mis problemas se basaban más en la puntería propia que en lo mucho que pudiera mantener presionado el dedo en el gatillo. Y es que ahora ya no disparo en ráfagas, sino en descargas. Y no porque haya cambiado el arma del morro... ¡sino porque he cambiado de nave! Sí, en un concurso promocional de RSI me adjudiqué el tercer premio, equivalente a cincuenta mil creditos. Aunque lo ético hubiese sido adquirir una nave de la propia RSI, la verdad es que tanto una Constellation como una Orión quedaban muy lejos de esos 50000 UEC. Sin embargo, durante la entrega del premio hablé maravillas de la Aurora (Y por supuesto llegué al lugar en mi querida LN), con lo que al menos les devolví la mano en publicidad.
Mencioné antes que no adquirí una nave RSI por la falta de presupuesto, aún considerando el dinero del premio, por lo que decidí vender mi Avenger. Me fue relativamente fácil, ya que aún incluía el seguro de base, lo que mostraba el poco uso que se le había dado. Y aunque ya había tenido un par de enfrentamientos (En el segundo una patrulla de la UEE que pasaba cerca vino en respuesta a la señal de emergencia que emití, ahuyentando a los piratas) la verdad es que salí de ambos completamente intacto, así que también podía decir que no había visto batalla aún. Dado que me preocupé de hacer mantención a las armas luego de usarlas prácticamente estaban nuevas. Al final saqué con la nave casi tanto dinero como me había costado, regateando un poco... un poco mucho. Me vi en la necesidad de aludir a los sentimientos, inventando que tenía que vender la nave para ayudar a pagar el tratamiento de un familiar cuya nave había sido destruída y otros cuentos.
Al final de todo, juntando ese dinero más el premio y lo que había conseguido reunir en todo mi tiempo como mercader me dejó en una cifra bastante elevada. Sin embargo, aunque era suficiente para lo que tenía pensado, me faltarían recursos para equiparla. Así que pedí algo de dinero a unos amigos de la organización. Von Carrahan en especial me ayudó con casi la totalidad de lo que requería y así raudo... bueno, raudo, raudo... digamos tan sólo que me dirigí con mi Aurora sin mayores apuros hacia una concesionaria de MISC en donde sabía que estaban haciendo un pequeño descuento a su gama de Freelancers en venta. ¡Sí! Ahora soy el feliz propietario de una versátil y amplia Freelancer. El vendedor me dejó inpeccionarla mientras me contaba todas sus bondades. Aunque trataba de mantener una cara de póker, mi felicidad por poder adquirir una nueva nave me podía. Consciente de ello, supongo, el vendedor se deshizo en halagos sobre la nave y en no escatimar en detalles cada vez que le preguntaba sobre alguna característica. No me tragaba las exageraciones típicas de concesionario, pero los datos duros me interesaron mucho. Le consulté sobre la variante MAX, que es símbolo de un buen comerciante junto a la serie Hull, aunque ésta sea más para un comerciante dedicado. El pensar en especializarme hizo decantarme por la Freelancer base para aprovechar su versatilidad, le dije. La verdad es que aunque quisiera no tenía créditos suficientes para adquirir la MAX, pero... el paso de transportar en una Avenger o Aurora a una Freelancer era realmente un gran salto. Con casi el cuádruple de espacio de carga realmente podía hacer mucho más dinero por viaje. Cierto es que ya empezaba a cogerle el truquillo al transporte de artículos pequeños de valor elevado, pero bien podía hacer lo mismo aquí, pero a una escala mayor. O rellenar el resto de la bahía de carga con artículos no tan valiosos... De hecho el transporte de material en bruto ya podía tomarse más en cuenta. Aunque lo practicaba en ocasiones, y en especial durante mis primeros meses con la Aurora, si no se transporta una carga grande las ganancias son ínfimas. Ahora podía permitirme transportar material sin mucho margen confiando en que el volumen extra me diera unos beneficios decentes. Bastantes oportunidades me abría mi nueva adquisición.
Sin embargo, no debía olvidar que toda moneda tiene dos caras. Una Freelancer es mucho más apetecible a los ojos de un pirata. Aunque sin ser escasas, el número de éstas no era tan grande como la de naves más pequeñas como la Aurora, por lo que ya no sería tan fácil pasar desapercibido si me venían siguiendo por cualquier motivo. Además debía añadir el tema de que los motores, al ser más potentes, irradiaban mucho más calor. La planta de energía hacía lo propio con la radiación electromagnética, por lo que mantener un bajo perfil en la profundidad del espacio se hacía más complicado igualmente.
En cuanto salí de la órbita del planeta comencé a practicar distintos movimientos para cogerle el pulso a su inercia, capacidad de giro y maniobra. La verdad se notaba mucho más pesada de mover comparada con la Avenger, pero habiendo pilotado una Aurora por tanto tiempo la verdad no se sentía tan mal. Defensivamente la nave se veía sólida, con un casco grueso y firme. Ofensivamente, además de la torreta trasera que me obligaría a contratar a alguien para manejarla y que de paso me ayude con la carga y descarga, tenía una buena cantidad de misiles un total de cuatro enormes cañones laterales. Puede que por los lados y el vientre sea algo vulnerable, pero si alguien se ponía delante saldría hecho pedazos por la potencia de la munición balística o el impacto de alguno de los misiles pesados. Quizás no dispare en ráfagas, pero el grueso calibre y con una munición adecuada podría causar estragos con tan sólo un par de impactos directos en una nave menor. Realmente tendré que practicar más mi puntería para no perder la ventaja que me otorgaban los cañones, que el que fueran móviles se agradecía en comparación a tener que mover la nave entera para apuntar como lo hacía antes.
Descargué desde mi mobiglass mi lista de clientes habituales en la base de datos de la computadora de la nave y comencé a comprobar las ofertas en los sistemas cercanos. Antes de despegar, estuve durante un par de horas revisando y aprendiendo el sistema de interfaz de MISC. Aunque no era tan distinto del usado por RSI, esta nave disponía de una buena cantidad de aplicaciones extra para comercio y exploración que debía aprender para sacarle el máximo partido.
Luego de comprobar un par de rutas de compra y venta y decidir el plan de vuelo prendí el motor cuántico y me dispuse a comenzar a hacer créditos de inmediato. Ya había sacado varias fotos para el recuerdo a la nave nueva. Ahora tocaba ponerla a trabajar.

28 de julio de 2945

Vaya, un par de meses ya han pasado desde mi última bitácora. Supongo que más por dejadez que por otra cosa ya que no han sucedido acontecimientos de importancia ni en el Universo ni en la organización. Claro, siempre van a haber noticias de algún lado, pero por ahora nada que me afecte en demasía, la verdad. Por mi parte sólo me he dedicado a seguir comprando barato y vender menos barato. Electrónica principalmente debido a su relativo pequeño tamaño y valor aceptable. En un par de ocasiones también tuve la oportunidad de transportar unos cuantos contenedores de material en bruto valioso, cuya ganancia me permitió terminar las reparaciones y añadir algo de blindaje al casco de mi nave. Sí, se suponía en un principio que estaría ahorrando para conseguir una nave nueva, pero al final he utilizado buena parte de esos créditos en compras más valiosas, y que al revenderlas me dejen un mayor margen, y en ir actualizando un poco mi nave. Reemplazando piezas viejas, más bien, que falta le hacía. La ligera capa de blindaje añadido me permitirá aguantar un poco mejor sin perder demasiada maniobrabilidad... que ya es bastante baja.
Y sí, al menos por ahora el resultado ha valido el esfuerzo económico: Menos visitas al taller, menos gastos en reparaciones a partir de ese punto, una sensación ligeramente mayor de seguridad, cosa que es importante mantener controlada para evitar descuidos o irresponsabilidades que pudieran llevar a problemas, y en definitiva una entrada mayor de créditos por trabajos sin contratiempos y mejor remunerados. Me ha ido relativamente bien.
Respecto a la organización, cada vez está más organizada, valga la redundancia. La constitución ha recibido pequeños ajustes, pero las medidas a tomar según qué casos han ido aumentando considerablemente. Esto permite tener claro de antemano que acciones realizar y así actuar oportunamente ante cualquier imprevisto y evitar malentendidos entre los miembros. Afortunadamente, todo ha ido en calma desde hace varios meses, sin problemas internos o externos de los que preocuparse, así que tan sólo hemos estado discutiendo cosas sin mayor importancia este último tiempo. Es gracioso, eso sí, el notar que con todas las leyes y decretos esto parece casi un pequeño país por tanta organización, y aunque eso pueda parecer chocar con el espíritu libre de hermandad con la cual se iniciaron los Space Cowboys, la verdad es que hace falta para evitar problemas si luego entra en la organización alguien que no tenga de base los conceptos de amistad, ayuda mutua, compañerismo, justicia y demás. Los que estamos de antes lo tenemos todo claro, pero es necesario un tiempo para conocer a los nuevos y que ellos se adapten si es necesario a nuestra forma de ser. Aunque aún no hemos tenido problemas con ningún nuevo aspirante, es mejor estar preparado para evitar que suceda algo similar a la triste escisión de hace casi un año.
En otra esfera más elevada de cosas, en el Universo se respira un ligero aire de inseguridad últimamente. Quitando el tema de la filtración, del cual ya casi nada se habla, o quizás precisamente por ello, hay una sensación ominosa de inseguridad permanente. El rumor más común es el de un ataque a gran escala de parte de los vanduul. Estos temores, aunque algo justificados en las colonias fronterizas, no dejan de ser una exageración. Riesgo de ataques vanduul, y de piratas ya que estamos, siempre va a haber, pero la posibilidad de que todos aquellos clanes se unan para un ataque conjunto... es una posibilidad mucho más remota. De todos modos, no es la única amenaza. Si en la frontera preocupan los vanduul, en los sistemas interiores preocupan las tensiones entre los habitantes de Terra y la Tierra. Cierto que es improbable un enfrentamiento armado, pero es el posible riesgo de trabas económicas o comerciales por el deseo de Terra de, en cierto modo, liberarse de las ataduras de la Tierra al considerase un planeta con importancia similar o mayor a nuestro mundo de origen, lo que causa inseguridad. Por ahora las discusiones no han pasado de la esfera política, aunque ciertamente los habitantes de ambos planetas, y de otros sistemas también en realidad, han comenzado a tomar posiciones a favor de uno u otro mundo, como si fueran bandos contrarios.
Probablemente por ese mismo sentimiento de inseguridad, o quizás por lo que haya algo de cierto en lo de la amenaza vanduul, o simplemente por una mera maniobra comercial, tanto Aegis como Anvil iniciaron una venta masiva de naves de origen militar para el público civil. Aunque es cierto que estos modelos carecen de equipo de nivel militar siguen siendo naves de combate, extremadamente útiles en labores de escolta o para milicias u organizaciones paramilitares. Cierto, nunca faltará el civil que adquirirá una para su propia seguridad, pero su falta de versatilidad le impediría realizar alguna otra labor que no sea relacionada al combate. Y, aunque hay naves como el «pingüino» Avenger que tienen una pequeña bahía de carga incluída sin dejar de ser ágiles y tener una pegada decente, motivo por el cual también me he estado planteando la adquisición de una de esas, tienden a tener menos capacidad ofensiva que sus contrapartes full-combate.
Al parecer comercialmente les ha ido bien, pues en varias tabernas en las que he estado he escuchado comentarios de gente que orgullosamente describen sus nuevas adquisiciones. Dentro de la organización también hubieron varias compras, aunque algunos esperaban conseguir un destructor, cosa muy poco probable, y después de todo, con más problemas que oportunidades para la organización, pues habría que mantenerlo y protegerlo muy bien, lo cual era factible para una gran organización que se especialice en seguridad o similar, pero no exactamente para nosotros, que tenemos una mentalidad algo más libre, alejada de la rigidez necesaria para estar a cargo de una verdadera nave de guerra. Además, nuestras actividades son bastante variadas y la rama «armada» por decir algo, tampoco es tan grande. Bueno, aunque numerosos, tampoco llegamos a los cientos de integrantes, así que estamos divididos en números pequeños según la labor que hagamos o el trabajo que nos encomienden. Dudo que hubiera suficiente personal para mantener a tope la nave, y además suficientes oportunidades para aprovechar su poder de fuego para compensar el gasto incurrido.
Je, vaya que me he desviado del tema. Y bastante he escrito sin interrupciones. Me queda un par de viajes en velocidad quántum para llegar a destino. ¿Qué más podría escribir?
Ah, pues lo que tenía que escribir originalmente. Resulta que durante el último tiempo corría el rumor de que RSI estaba buscando una manera de compensar la limitación en el tamaño de arma de la serie Aurora potenciando alguna otra característica para de esta forma recuperar algo del terreno que le había arrebatado Consolidated Outland con su gama de naves Mustang. Al final, mediante una actualización del firmware y unos pequeños ajustes, consiguieron desbloquear la velocidad de combate máxima hasta un nuevo tope sin dañar los componentes. La nueva configuración permite una distribución más eficiente de combustible y de la energía procedente de la combustión, dando como resultado una nueva velocidad tope de 170 m/s, lo cual es una muy buena noticia para todos los pilotos de Aurora. Quizás no hayamos recuperado la pegada que teníamos antes, pero al menos ahora no seremos un blanco tan fácil de acertar. En un comunicado por parte de RSI, la empresa instaba a todos los propietarios del «ladrillo volador» (No la llamaron por ese apodo, por cierto) a que llevaran sus naves al concesionario más cercano para efectuar los ajustes necesarios, lo cual tomaría como mucho un par de horas, para permitir el desbloqueo completo a la nueva velocidad máxima, ya que sólo con el firmware se obtendría una ganancia marginal.
Así que ahora piloto una nave algo más rápida. Cierto que no afecta a la velocidad quántum, pero al menos en combate es útil, aunque no he podido comprobarlo dada la relativa tranquilidad de este último tiempo. Bueno, al menos las labores de aproximación a las estaciones son más expeditas ahora y puedo ponerme en marcha más rápido que antes.

Desde hace un tiempo vago por estos lares y no me fije en la plantación de cannabis. La mirada baja, pensativa por que todavia me duele ever perdido mi familia por mi vicio. Me siento perdido dentro de mi mente al no saver que moña quemare primero. Las estrellas en el cielo me llaman desde mi ultimo arrebato, pero mi interior está dudoso sobre el camino a seguir, si el derecho por verdes o el izquierdo por maduras. Doy una mirada a mi vieja pipa Aurora y doy gracias por siempre andar con ella.  Bienvenido   

29 de abril de 2945


Poco ha ocurrido el último mes, pero una situación en particular destaca sobremanera, al menos para mí y varios más. Todo comenzó a finales de la primera quincena. Estaba saliendo de velocidad quantum de camino a Stanton cuando recibí un mensaje de Txibi con un enlace a la siguiente transmisión:

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Buenos días desde C.O.P.A.

Es un hecho. Hoy el senado de la UEE ha aprobado con efectos inmediatos y retroactivos la limitación del armamento de nuestras amadas auroras. Aunque es cierto que la planta de potencia y los conductos de enfriamiento (cooler) del armamento trabajaban a un 120% para conseguir transmitir energía y enfriar las armas, no era extraño ver auroras con cuatro excelentes cañones tamaño (size) dos o incluso tres. Esto se acabó.

A partir de hoy, con la nueva normativa nos limitaran el armamento a dos cañones tamaño 1 y quizá a cuatro cañones, dos tamaño 1 y otros dos de tamaño 2 como máximo. Esto unido a nuestra velocidad punta de 150 hace que muchos nuevos y jóvenes pilotos prefieran la mustang como nave con la que iniciarse ya que que poseee el mismo armamento y, seamos sinceros, es más ágil y rápida.

Aquí Biff el Suplente, desde la emisora Radio Macuto, informando.

Como prácticamente a cada uno de los miembros de C.O.P.A (Club de Orgullosos Propietarios de Aurora), la noticia fue todo un shock. No podía creer que se hubiera aprobado una limitación así para una nave que es de por sí limitada. Cierto es que es una nave polivalente, pero una de sus características, además de su adamantina dureza, era lo bien armada que podía ser equipada considerando su tamaño, algo que nos parecía completamente necesario para sentirnos seguros en el espacio. Dada la limitada velocidad punta y maniobrabilidad de nuestros queridos ladrillos, sólo podíamos contar con su resistencia y pegada para imponer algo de respeto, ¡Y ahora nos limitaban el acceso a armas tan sólo de tamaño mínimo! Llegué a pensar en volver a utilizar la variante misilera en la Aurora, pero la idea de tener que explicar mi configuración cada vez que el policía de turno me parara, o peor, alguien de la fiscalía, me hizo descartar rápidamente esa opción. Además, la necesidad de tener que sacar el brazo por la cabina para disparar con mi pistola láser y así tener algo de potencia de fuego adicional no era una situación que me motivara demasiado.
Por tanto, rápidamente los miembros del club nos organizamos y enviamos una petición formal para anular la resolución. Mientras buscábamos fisuras en el nuevo texto de la ley, comprobé con horror cómo esos senadores habían olvidado excluir a la variante LN de la limitación de dos armas nivel 1. En otras palabras, ¡le habían prohibido tener armas en las alas como correspondía a una versión miliciana! Decidimos recalcar este punto para mostrar el exceso que se estaba cometiendo contra una de las naves más icónicas en espacio de la UEE. También añadimos como argumento la dificultad para un piloto novato el mantener un blanco en la mira con la limitación obligatoria a utilizar armas fijas (de tamaño mínimo además) en una nave que no se caracteriza precisamente por su maniobrabilidad. El tamaño 2 permitía a los pilotos inexpertos el utilizar «gimbals» para aumentar sus posibildades de acierto ante naves más ágiles, algo esencial considerando que nuestra querida Aurora es, aunque nos pese, de las naves monoplaza más torpes en movimientos.
Tres días después obtuvimos una respuesta agridulce. Por un lado, rectificaron ante la limitación de la versión LN, volviendo a permitir la instalación de armas en las alas superiores. Pero por contraparte, la disminución en 1 al tamaño de las armas de la Aurora continuaría en vigor.
Aunque la variante LN aún conservaba un poder de fuego respetable, las otras versiones se vieron fuertemente mermadas en sus capacidades ofensivas. Poco más se podía hacer. Empezaron a surgir rumores de que Origin había presionado para que se llevara a cabo esta limitación dado el ataque de ciertos elementos que actuaban como piratas en estas naves baratas, atacando e incluso destruyendo a las lujosas 300. Aún con el armamento superior de éstas últimas, sus amplias alas, en donde se soportan los anclajes de armas, son blanco fácil de las ráfagas láser, siendo destruídas con facilidad, y dejando con ello desarmados a los pilotos. La empresa no podía permitir que su imagen se viera afectada por una nave «inferior» y entonces habría forzado estas limitaciones para «impedir el acceso fácil de armas de gran potencia en naves baratas que podrían usarse para labores ilegales dado su bajo costo», tratando a nuestras Auroras como naves de Drake. Claro, esto no pasaba de ser meras especulaciones, aunque sí era cierto que varias naves, y no sólo nuestras queridas Auroras, estaban sufriendo últimamente recortes en sus velocidades o sistemas de armas o escudos. Por esto corría el rumor de que la UEE quería limitar en cierta medida la potencia de fuego y capacidades de las naves civiles para que exista una diferencia de nivel considerable entre éstas y versiones militares o de la Fiscalía y así poder actuar con mayor eficacia si la situación lo ameritaba. O simplemente querían disminuir el riesgo de que armamento muy poderoso esté a disposición de jóvenes inexpertos que, movidos por la rebeldía o un simple deseo de sentir adrenalina, causen desmanes o inicien ataques como flotillas de pandillas a viajeros y comerciantes al azar.
Pero dejando de lado todas esas paranoias, lo cierto es que los dueños de naves tipo Aurora quedamos ahora más vulnerables que antes. Aún así, seguimos orgullosos pilotando nuestras naves, confiando ahora más en la resistencia de su cabina punta de diamante reforzada con una aleación de Aurorium. Cual sucio vanduul, es posible que nuestro mejor ataque sea la embestida, y aunque no sea muy elegante, ni siquiera un retaliator puede resistir un impacto directo, como han atestiguado algunos compañeros de clan (aunque ignoro cuánto bebieron antes de volar).