Autor Tema: Nozam, Malkav  (Leído 4202 veces)

08 de Marzo de 2015, 13:33:12
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Malkav Nozam

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“Esa debe ser la quinta vez que vomita hoy”.

Doy otra calada a este tosco tabaco sintético que manufacturaban en este planeta antes de la guerra. Las fábricas que antes servían a este propósito, son ahora un improvisado hospital de campaña.

“Sabe a sangre” – pienso – “aunque en las últimas semanas todo me huele y sabe a sangre”.

Observo a la joven enfermera en su infructuoso intento por aparentar normalidad. Llevará en este puesto unos 20 días y aun vomita cada día. Quiero decirle que no se preocupe, quiero reconocer en cierto modo la labor que estamos realizando aquí, y de la que ella es partícipe. Aunque creo que mi cerebro ha dado la orden, mi cuerpo no se mueve un milímetro, mi boca no se abre, no emito sonido alguno y ella vuelve adentro. 

Siento compasión por sus nauseas. Yo también las padecí cuando comenzamos a utilizar técnicas arcaicas.
Cuando llegamos, trajimos con nosotros los asistentes robóticos de microcirugía, los quirófanos móviles bajo estado de estasis, los visores de resonancia magnética dinámica… Pero ahora hace semanas que no tenemos recambios fungibles, que no traen baterías y que no envían a técnicos. Nos hemos visto abocados a retroceder cientos de años en diagnóstico y técnica. Soy un experto en enfermedades infecciosas humanas y en infectología alienígena, pero aquí me veo extrayendo fragmentos de metralla y balas de cadáveres en potencia que no tienen cabida en cámaras de estasis porque ya no disponemos de baterías que den soporte.

Aspiro de nuevo con fuerza y siento el abrasador humo que avanza por mi laringe en dirección a mis pulmones. Me recuerda que no soy un autómata, que puedo padecer, que estoy vivo.

Espiro el humo y observo dos Gladius surcando el cielo en dirección a lo que antes era una ciudad.

-   Teniente… señor… Teniente Nozam! – un soldado de aspecto mugriento, cubierta su pechera de sangre no puedo identificar su nombre… parece llevar llamándome un rato… – Señor, el teniente Capwell ha sido herido y todos los cirujanos están ocupados. La enfermera me ha instado a informarle.

No respondo, pero tiro la colilla y tras apartar la cortina, paso a la improvisada antesala quirúrgica. Me golpean a la vez un calor sofocante, un hedor que mezcla los deshechos humanos conocidos, sangre y carne calcinada, y un enloquecedor e ininteligible murmullo. Doy un mínimo lapso a mis pupilas para adaptarse a la luz de interior.

Un soldado… un oficial… de mi edad yace tumbado en una camilla. Respira de forma entrecortada aunque el monitor dice que de forma efectiva. Está pálido, sudoroso, sufriendo un shock, seguramente motivado por una hemorragia que no identifico externamente. Tiene la pierna derecha seccionada a nivel del tercio medio del muslo, pero ha sido sellada mediante un pressure-bag. La enfermera termina de cortar la ropa del oficial, veo dos puntos de entrada con bordes calcinados: heridas de metralla incandescente. Tras voltear al paciente no encuentro puntos de salida, aun están ahí dentro.

Miro el rostro del paciente, que me mira en silencio. Es el rostro del miedo, que se vuelve inexpresivo al perder la consciencia en ese instante.

Administro un expansor de volumen sanguíneo sintético y me dirijo a la cabecera del paciente para intubarlo y tomar un acceso central. Soy incapaz de datar el origen de estas técnicas, pero que en los últimos días están salvando vidas.

Un fuerte sonido metálico interrumpe la constante señal del monitor y siento mi cuerpo despegar del suelo.

Me encuentro tumbado en el suelo, a unos 10 metros del teniente Capwell. Veo un gran agujero en el techo de nuestro improvisado hospital y escucho ecos de combate en el exterior. Estoy cubierto de sangre, pero creo que no es mía. El teniente ha sido seccionado por lo que parece un cuerpo metálico que se ha cortado la camilla donde estaba en dos.
La cabeza me da vueltas. Escucho disparos y gritos, pero no sé de donde provienen. Alguien me toma del brazo y me ayuda a levantarme, aunque no consigo orientarme en el espacio. Me está bajando la presión sanguínea. Hago un intento de indicar a la persona que me ayuda que voy a perder la consciencia…

No sé si lo hago… solo… negro…

 

08 de Marzo de 2015, 13:33:32
Respuesta #1

Malkav Nozam

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08 de Marzo de 2015, 13:33:48
Respuesta #2

Malkav Nozam

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09 de Marzo de 2015, 00:19:48
Respuesta #3

Rafa _Too Wild

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Qué guapa! Impaciente por saber qué sucede después. ¿tienes formación médica? ;)
 

09 de Marzo de 2015, 09:20:31
Respuesta #4

Kamil

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  • AUDENTES FORTUNA IUVAT
Muy bueno si señor. Si no la tiene, debe haberse informado bien, Rafa, jejeje.
 

09 de Marzo de 2015, 16:46:30
Respuesta #5

Malkav Nozam

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Qué guapa! Impaciente por saber qué sucede después. ¿tienes formación médica? ;)

Muchas gracias! Si, soy sanitario.
Me alegra que os haya gustado, tanto a ti como a Kamil.
Continuará...
 

09 de Marzo de 2015, 19:11:29
Respuesta #6

DDRitter

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Plas, plas, plas. Digooo... ¡Cerveza!  :^^: