Autor Tema: 20.12.2947 / EL AVISTADOR: LUNAS DE CRUSADER (STANTON)  (Leído 1204 veces)

16 de Enero de 2018, 19:45:51
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Havok Specter

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  • En el espacio impera la ley del oeste


¡Saludos, viajero! Con millones de vistas por ver en el universo, aquí está el equipo de EL AVISTADOR para asegurarse de que disfrutáis de la mejor experiencia de viaje posible.

Sistema Stanton

Descubierto hace apenas cuarenta y cuatro años, este sistema se convirtió rápidamente en una potencia industrial después de que sus cuatro planetas fueran subastados a cuatro inmensas corporaciones. El segundo planeta del sistema, un gigante gaseoso de baja masa, fue considerado inicialmente por la UEE como una «venta difícil». Se rumoreaba por entonces que la UEE había llegado incluso a considerar la posibilidad de que la venta de ese planeta se combinara junto con la de uno de los otros mundos. Sin embargo, al final fue comprado por Crusader Industries, dado que las emblemáticas plataformas flotantes del planeta, construidas originalmente por la Armada, proporcionaban una oportunidad única para construir en su atmósfera naves comerciales de transporte a gran escala. En el momento de producirse la compra, el Terra Gazette describió la venta de Stanton II como la transacción de bienes raíces que no implicaba ninguna parcela de terreno real más cara jamás realizada.

Esa descripción no era completamente cierta. En la adquisición del gigantes gaseoso conocido ahora como Crusader estaban incluidas sus tres lunas. Nadie le dedicó mucha atención a esas lunas cuando se compró el planeta, pero eso no impidió a la por entonces directora general de Crusader, Kelly Caplan, idear un plan para darles uso. Promoviendo los viajes en la línea de cruceros transestelares de la compañía, Caplan quería que los turistas acudieran a visitar las plataformas flotantes de Crusader para disfrutar de la experiencia única de estar en la atmósfera superior de un gigante gaseoso, y esperaba convencerlos de que un viaje a las lunas del planeta también valdría la plena.

Caplan también dejó bien claro que Crusader iba a acoger de buen grado el establecimiento de puestos avanzados en esas lunas. Dado que el espacio disponible en las plataformas flotantes era extremadamente limitado, animaron a las demás compañías a establecer sus instalaciones sobre tierra firme como otra manera de incrementar el tráfico por su región del sistema. Dichas compañías sólo estaban obligadas a seguir las estrictas regulaciones medioambientales implementadas para preservar la belleza natural de cada luna. Muchas empresas consideraron demasiado onerosas esas regulaciones y decidieron no establecer ninguna operación allí.

Para aumentar todavía más el atractivo de las lunas de Crusader para visitantes y empresas, Caplan bautizó esos satélites con nombres que todo el mundo fuera a reconocer: Cellin, Daymar y Yela. Esos nombres procedían de los personajes de un famoso cuento infantil del siglo XXIV, Un regalo para Baba, que había sido uno de los relatos favoritos de Caplan durante su juventud y ella misma había empezado recientemente a leérselo a sus propios hijos. Esos nombres resultaron ser una elección perfecta, ya que cada luna poseía un entorno muy característico que coincidía con el temperamento de su homónimo. También ayudó el que la historia de viajar por el espacio que contaba el relato encajara con los valores corporativos de Crusader.

Aunque el plan de Caplan no consiguió poblar las lunas tanto como ella había esperado, se construyeron varios puestos de avanzada que hoy en día todavía salpican las superficies de las lunas. Algunos de estos puestos avanzados están abandonados, pero en muchos otros todavía residen prósperos negocios que necesitan que vengan transportistas para traerles suministros y llevar los artículos que producen hasta su destino. Sin embargo, el equipo de EL AVISTADOR no cree que esos puestos avanzados sean la razón para visitar las lunas de Crusader. No, son los impresionantes y prístinos paisajes de esas lunas, que cuentan con el hermoso y arremolinado gigante gaseoso ocupando su firmamento, lo que hace que una visita a cualquiera de las lunas de Crusader sea algo memorable.

Cellin (Stanton 2a)

Cellin es el satélite más cercano a Crusader. Quienes visitan esta luna son recibidos por la imagen del inmenso gigante gaseoso ocupando gran parte del cielo de la luna. Esa visión ya basta por sí sola para dejar sin aliento, y ofrece oportunidades fotográficas realmente espectaculares.

Si eres capaz de apartar tus ojos del firmamento, entonces te percatarás de que la plana superficie de Cellin está salpicada de volcanes inactivos. Estos elementos geológicos fueron quienes dieron su nombre a la luna. Cellin, la hermana menor de Un regalo para Baba, es conocida por estallar de cólera ante la ofensa más nimia. Afortunadamente, los volcanes de la luna no se alteran tan fácilmente como su homónima. No hay ninguna constancia de que se hayan producido erupciones desde que la luna fue visitada por primera vez, pero los científicos siguen vigilándola cuidadosamente atentos a cualquier actividad volcánica. Se advierte a los visitantes que actúen con precaución, ya que el vapor expulsado a través de las abundantes grietas y géiseres de la superficie es extremadamente caliente.

Actualmente, la principal industria de Cellin consiste en puestos avanzados hidropónicos. Tanto Terra Mills como Rayari han establecido puestos avanzados para experimentar con el suelo de la luna, con la esperanza de descubrir nuevas formas de sacarle provecho. ¡La baya púrpura con un singular gusto agrio que se añadió el año pasado a los cereales Golden Bran fue desarrollada de manera exclusiva en el puesto avanzado que Terra Mills mantiene aquí!

Daymar (Stanton 2b)

La superficie montañosa de Daymar crea unos extraordinarios y frecuentemente amplios cañones ideales para explorarlos con un vehículo de carlinga abierta. Pero hay que tener cuidado, puesto que muchos de estos cañoneras giran y serpentean de maneras que pueden acabar llevándote en una dirección distinta a la que te esperabas. Aunque ese resultado no deja de ser apropiado, puesto que a la luna se le puso el nombre del hermano mediano de Un regalo para Baba, que en el relato tiene la costumbre de acabar perdiéndose.

La segunda luna de Crusader es la que posee la mayoría de recursos minerales de todo el trío, lo que atrajo la atención de Shubin, ArcCorp y los mineros independientes, todos los cuales han establecido operaciones en el satélite. Aun así, gracias a la situación aislada de los minerales valiosos de la luna y a las normativas proteccionistas de Crusader, la mayor parte de Daymar sigue sin haber sido tocada por la industria. Se anima a los visitantes a que realicen alguna de las excursiones turísticas en rover que se ofrecen a lo largo de la cordillera Dunlow o hasta Wolf Point que les ofrecerán algunas vistas espectaculares de los accidentes geográficos de la luna. Los recorridos más caros suelen incluir comidas al aire libre con productos frescos cultivados directamente en la superficie en la granja de Bountiful Harvest Hydroponics.

A pesar de toda la belleza de Daymar, quienes la visiten deberían esperar ensuciarse. La luna es célebre por su fina arena levantada por el viento que silba a través de sus cañones. Preparaos para tener que cepillaros antes de entrar en vuestra nave, o haceros a la idea de que seguiréis encontrando arena en su interior mucho después de que os hayáis marchado.

Yela (Stanton 2c)

Yela es la tercera y última luna de Crusader. La corteza de agua helada de la luna es la razón por la que se le dio el nombre de la hermana mayor de Un regalo para Baba, quien era conocida por su carácter frío y calculador. Dicha corteza de hielo es claramente visible en ciertas regiones de la luna, mientras que en otras partes predomina la típica combinación de tierra y nieve. Las temperaturas son bastante extremas en este lugar, así que tened la previsión de llevar con vosotros un termo de té o una petaca de algo más fuerte que os ayude a manteneros en calor.

La superficie de Yela posee vastas cordilleras montañosas que proporcionan unas vistas espectaculares del territorio circundante. Estas montañas canalizan los fríos vientos que soplan a través de las llanuras heladas de la luna y mantienen en suspensión partículas de hielo y volutas de nieve. Una vez hayas levantado la mirada para contemplar el movimiento de estas gélidas nubes cruzando el cielo, te resultará difícil bajarla.

Yela está rodeada por un hermoso anillo compuesto por distintos cúmulos de partículas y asteroides. Su color verdeazulado se hace manifiestamente visible al caer la noche. Planificad vuestra visita de manera que podáis disfrutar de una vista inolvidable del anillo con un Crusader brillantemente iluminado acompañándolo en el cielo.

Por último, los pilotos de carreras de carlinga abierta acuden a las llanuras de Yela debido a su accidentado terreno. Las compañías han sacado provecho de esta tendencia construyendo circuitos de carreras por toda la luna donde la gente pueda poner a prueba su pericia. Según algunos, las gélidas temperaturas ayudan a los pilotos a forzar sus vehículos más allá del punto en que sus componentes se acabarían sobrecalentando, lo que permite alcanzar mayores velocidades. Tened en cuenta que estos circuitos carecen de personal o instalaciones in situ, por lo que quienes compiten en ellos lo hacen bajo su propio riesgo.



Traducción por Vendaval en Ciudadano Estelar.
https://robertsspaceindustries.com/comm-link/spectrum-dispatch/16337-The-Observist-Crusaders-Moons-Stanton
 


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