Autor Tema: 21.03.2948 / UNA BUENA OBRA: PRIMERA PARTE  (Leído 1373 veces)

24 de Marzo de 2018, 20:07:36
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Havok Specter

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  • En el espacio impera la ley del oeste


─Está bien, Jess. Ahora mismo voy para allí. ─Con un gesto del dedo, Umar cerró el canal de comunicaciones. Fin del descanso. Al sacar sus pies de la litera, un enjambre de migas de sándwich cayó como una avalancha de su pecho y fue a parar a la cama. Tendría que empezar a tomarse en serio lo de comer en la mesa. Al menos su mala costumbre de dormir con las botas puestas tenía sentido. Tras haber estado trabajando para In-A-Fix Assistance durante los últimos seis años, había aprendido que las peticiones de ayuda siempre llegaban cinco minutos después de haber empezado una siesta.

Tras abandonar los camarotes de la tripulación, Umar realizó una rápida inspección visual de los tres dones BARD ubicados en las portillas de acoplamiento de la sección central de la nave. ¿Estaban cargados y sin mostrar fugas? Comprobado y comprobado. Saltándose la cuarta portilla, que estaba vacía, Umar le dio a su dron favorito, Spear, la palmadita habitual para darle suerte antes de encaminarse hacia el puente.

Umar fue ajustando la configuración de los sistemas mientras se acomodaba en el asiento del piloto, transfiriendo a los motores la energía que él había redirigido a los escudos mientras daba una cabezada. Emitiendo un gruñido, los propulsores volvieron a encenderse. Introdujo en el sistema de navegación las coordenadas que Jess le había enviado, apuntó el morro de la Vulcan en la dirección adecuada, e inició el viaje cuántico al punto más cercano del campo de asteroides de Cano.

En menos de dos minutos , pensó Umar mientras los borrones de luz del campo cuántico pasaban a su lado. No es un mal tiempo de respuesta. Aunque siempre podías contar con que los infortunios de la vida siempre seguirían proporcionándote clientes, proporcionar un buen servicio era la manera en que podías convertir una operación puntual de repostado en un posible cliente recurrente. Sobre todo en Cano, donde el tráfico espacial era algo escaso.

La nave salió de VC y Umar encaró su ruta de vuelo hacia el punto de origen de la baliza, situado en el borde del cinturón. Tras unos breves momentos sorteando asteroides, Umar avistó la Reliant de su cliente casi pegada a la cara inferior de uno de los pedruscos. De no haber tenido la frecuencia de la baliza, podría haberla pasado completamente por alto. Su firma en los sensores era tan baja que la pequeña nave se confundía casi del todo con la radiación ambiente. Su piloto, tras haberse quedado sin combustible, debía haberlo apagado todo para conservar energía.

Antes de abrir el canal de comunicaciones, Umar siguió las normas y realizó un escaneo completo del área. No tiene sentido acudir al rescate de alguien si con eso vuelas directo hacia un peligro y acabas necesitando tú también que te rescaten. Con su monitor indicándole que todo estaba despejado, llamó a su cliente. ─Hola. Soy Umar Deluca de In-A-Fix. ¿Ha solicitado un repostaje?

─He sido yo. Gracias por venir ─contestó el piloto, esbozando una sonrisa amable pero cansada.

─De nada, para eso estamos aquí. Deje que me ponga en posición y entonces podremos volver a tenerle volando en un periquete.

Mientras Umar situaba su nave por encima y detrás del otro vehículo, pudo ver claramente que el casco de la Reliant había sufrido serios daños. Había marcas de quemaduras por todo su fuselaje trasero y el ala estaba sembrada de agujeros causados por el impacto de proyectiles balísticos. Umar se hacía una buena idea de qué era lo que había provocado que el piloto se quedara sin combustible.

─No sé si ha dado cuenta, pero su sección dorsal de babor está bastante machacada. Si quiere, puedo remendarla mientras estoy aquí. No llevará mucho tiempo y hará que sea mucho más seguro seguir volando.

─Agradezco la oferta, pero voy justo de credis. Por ahora, sólo quiero combustible.

─Claro. No hay problema. Permanezca inmóvil y pondré el dron a trabajar.

Umar se levantó del asiento del piloto y fue al puesto de control situado en la parte posterior del puente. Se desplazó por las opciones: Spear para rearme, Shake para reparaciones, y Liam para repostaje. Seleccionó a Liam, hizo una última comprobación, y viendo que todo estaba en verde, lanzó el dron cargado de combustible. Con la facilidad de la práctica, maniobró a Liam hacia la toma de combustible de la otra nave.

─Transferencia en curso ─informó Umar al piloto.

─Oiga, detesto tener que pedirle esto, pero lo cierto es que hay una cosa más que podría hacer por mí ─dijo el piloto con expresión avergonzada mientras se rascaba nerviosamente la nuca─. ¿No tendrá por casualidad alguna bebida o un poco de agua que pudiera darme? El combustible no fue la única cosa que me olvidé de proveerme, y estoy empezando a sentirme bastante deshidratado.

Umar vaciló antes de responder. El problema no estaba en compartir sus provisiones, sino en el momento. Había esperado poder conseguir como mínimo dos trabajos más hoy y sabía por experiencia lo difícil que podía ser algunas veces lograr que un invitado se fuera de tu nave.

─Oiga, si es un problema, puedo limitarme a esperar hasta que pueda llegar a una estación o algún otro sitio.

Umar sintió una punzada de culpa. ¿Qué había venido a hacer aquí si no estaba dispuesto a ayudar a la gente? ─No es ningún problema ─respondió Umar con tanta hospitalidad como pudo reunir─. Ya que estoy repostando su nave, puedo aprovechar para abastecerle a usted también. Suba a mi nave y le sacaré del apuro.

Dejando que Liam siguiera haciendo lo suyo, Umar abrió desde el puente la compuerta trasera de la Vulcan y regresó a los camarotes para esperar ante el ascensor. Al poco rato oyó cómo empezaba el ciclo de presurización. Abrió la nevera, agarró dos botellas de agua con gas, y se dio la vuelta justo cuando la presión atmosférica dentro del ascensor quedaba igualada.

A Umar le sorprendió un poco ver que el piloto tenía que inclinarse ligeramente para evitar golpearse la cabeza al salir del ascensor. Era una persona muy alta, y al llevar puesto el casco, su aspecto resultaba todavía más intimidante. De repente, los camarotes de la tripulación parecían haberse vuelto mucho más angostos.

─Espero que le guste el sabor a etrog ─dijo Umar, ofreciéndole la botella─. De lo contrario, me temo que tendrá que conformarse con agua del grifo.

El piloto no asió la botella. De hecho, ni tan siquiera hizo ademán de sacarse el casco. ─¿El resto de la tripulación sigue en el puente?

─No. Sólo estoy yo ─Umar se arrepintió de estas palabras tan pronto como salieron de su boca.

Con un movimiento fluido, el piloto sacó la pistola que había ocultado en su mochila EVA. ─Lo siento mucho, pero necesito su nave.

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A Umar le dolían las muñecas por todos sus intentos de liberarse de la cinta adhesiva con la que lo habían atado a la silla de la terminal de control. La cinta estaba diseñada para sellar brechas en el casco, por lo que no era demasiado sorprendente que Umar hubiera sido incapaz de aflojarla, pero tenía que intentarlo.

En la sección delantera del puente, el piloto estaba sacando la Vulcan del campo de asteroides. En la terminal de control parpadeaba un aviso de que Liam estaba quedando fuera del alcance.

─Oh, venga ─imploró Umar─. Al menos podrías haberme permitido recuperar mi dron.

─Mire, preferiría no tener que amordazarle ─dijo el piloto─ Sé lo incómodo que puede resultar.

─Que te jodan. No hagas ver que eres un tipo decente sólo porque tienes buenos modales. No sólo me has robado mi nave, sino que para poder hacerlo has simulado estar en problemas. ¿Intento ayudarte y así es cómo me lo agradeces?

El piloto no dijo nada, con su atención centrada únicamente en el mapa de navegación.

─Por si no lo sabías, cada vez que un gilipollas como tú monta una jugarreta como ésta, lo único que consigue es hacer mucho más difícil que la verdadera gente en problemas reciba la ayuda que necesita. ¿Quién va a pararse y echar una mano si hay bastantes probabilidades de que acabe recibiendo un tiro por sus desvelos? Por lo tanto, que te jodan otra vez. ─Igual que con forcejeos con la cinta adhesiva, Umar no esperaba realmente que su diatriba fuera a ayudarle de algún modo, pero no podía negarse que le hizo sentirse mejor.

Para su sorpresa, el piloto decidió responder a sus invectivas. ─No estoy robando tu nave. Tan pronto como llegue a mi destino, la tendrás de vuelta.

─Oh, en ese caso, pongamos un poco de música y disfrutemos del viaje ─contestó Umar con una mueca burlona cuando se le ocurrió una idea repentina ─. Espera. ¿Qué demonios iba mal con tu nave?

─Conocían mi código de identificación.

─¿Quienes?

Ninguna respuesta. En vez de esto, el piloto terminó de trazar un rumbo en la computadora de navegación y activó el motor cuántico. Luces de colores pasaron como centellas alrededor de la Vulcan mientras ésta se adentraba en el espacio. A lo lejos, Umar pudo ver Viruela, el planeta más exterior del sistema, volviéndose cada vez más grande. Umar había albergado la esperanza de que se dirigieran Carteyna, donde habría habido mayores probabilidades de cruzarse con las autoridades, pero en los confines exteriores del sistema, las probabilidades de toparse con otra nave eran mucho más escasas.

─La verdad es que podrías haberte limitado a pedir un aventón ─dijo Umar, rompiendo el momentáneo silencio─. Pero ése es el problema con la gente como tú, ¿verdad? Os limitáis a coger lo que queréis en vez de ganároslo. ¿Quieres saber por qué vuelo en este cacharro? Lo hago para deshacer un poco de los daños causados por gente como tú. El universo ya es lo bastante oscuro de por sí como para que nosotros nos dediquemos a lastimarnos mutuamente.

Los destellos cuánticos se desvanecieron y el piloto echó hacia atrás su silla y se levantó. Pasó caminando por delante de su prisionero y se encaminó hacia la sección trasera de la nave.

─¿Adónde vas? ─preguntó Umar.

 ─A por la mordaza.

Antes de que Umar pudiera responder, empezó a sonar una alarma estridente.

─¿Qué diablos es eso? ─exigió saber el piloto mientras volvía apresuradamente de las escaleras.

─Una alerta ECN ─Umar bajó la vista a la notificación que acababa de aparecer en su terminal─. Una nave cercana acaba de sufrir una brecha en el núcleo de su planta de potencia. No van a durar mucho.

El piloto pulsó varias teclas para silenciar la notificación. ─Pobres desgraciados. No es una buena manera de morir.

─Tenemos que ayudarles.

─Empiezo a pensar que no acaba de entender cómo funciona esto del secuestro.

─Si no les ayudamos ahora, van a morir.

─Y eso es terrible, pero no es problema mío.

─Por supuesto que es tu maldito problema. Has oído la alerta. Su planta de potencia se está sobrecargando y si la radiación no los deja fritos, la explosión lo hará. Si ignoras la alerta, los estás matando. Así de sencillo.

─Y si hay agentes de la ley por esta zona y acuden a ayudarles, entonces yo también puedo darme por muerto.

─¿Sabes dónde estamos? Es un milagro que hayamos oído la alerta. Sólo estamos nosotros. Somos su única esperanza en el universo. ¿Es que no lo entiendes? ─empezaron a brotar lágrimas de los ojos de Umar─. Por favor.

El piloto se quedó mirando a su prisionero durante largos segundos.

─Si les dices una sola palabra sobre mí, o intentas hacerles algún tipo de señal, te echaré por la escotilla. No habrá segundas oportunidades. ¿Comprendido?

Sin atreverse a decir nada por miedo de que eso hiciera cambiar de opinión al piloto, Umar asintió rápida y enfáticamente para expresar su aquiescencia.

─No puedo creer que esté haciendo esto.

El piloto volvió a su puesto y modificó el rumbo de la Vulcan para que se dirigiera hacia la señal de la baliza. Mientras iniciaba el proceso de activación del motor cuántico, meneó la cabeza con incredulidad. ─Es decir, mira de qué te ha servido pararte para ayudar a alguien.

CONTINUARÁ...



Traducción por Vendaval en CE.
https://robertsspaceindustries.com/comm-link/serialized-fiction/16465-One-Good-Deed-Part-One
 


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