Autor Tema: 02.08.2947 / TERRA GAZETTE: CRUSADER ADMITE EL AUMENTO DE LA CRIMINALIDAD  (Leído 1223 veces)

14 de Agosto de 2017, 21:19:33
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Havok Specter

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Crusader admite el aumento de la criminalidad

por Anna Folsen

Colaboradora

Jeff Barnes nunca había estado en Orison, en el sistema Crusader. El dos veces Mejor Jugador de la Liga Profesional de Sataball reconvertido en destacado empresario y filántropo terrano había viajado extensamente por toda la UEE, pero jamás había estado en las emblemáticas plataformas flotantes de esta ciudad. Tras celebrar una reunión de negocios el día 26 de junio en ArcCorp, Barnes contó a sus colaboradores sus planes de visitar por fin los vastos astilleros que orbitan el inmenso gigante gaseoso propiedad de Crusader Industries. Barnes subió a su Origin Jumpworks 600i y partió hacia el planeta. Desgraciadamente, jamás llegó a su destino.

Tras varias semanas de búsqueda, la familia de Barnes hizo una serie de llamamientos públicos pidiendo cualquier información concerniente a su paradero. Por fin, el 23 de julio, la tripulación de una Freelancer realizando un envío de suministros a Fellin (una de las lunas de Crusader) descubrió un campo de escombros. De entre los restos se pudo recuperar una caja negra que fue entregada a las fuerzas de seguridad de Crusader Industries. Un minucioso examen de esa caja negra acabó revelando que la nave destruida era la de Barnes.

La noticia de la muerte de Barnes se difundió con gran rapidez, y Crusader se vio inundado repentinamente de peticiones de las agencias de noticias solicitando más detalles. A pesar de la presión pública, las autoridades se han negado a proporcionar negado a proporcionar ninguna otra información al público. Según fuentes cercanas a la investigación, la razón detrás de este silencio es sencilla: el equipo de investigación de Crusader Security no tiene ni idea de qué es lo que ocurrió. Los registros de la caja negra estaban corrompidos y el único dato recuperable era la identidad del propietario de la nave destruida.

Yu Sorenson, quien trabaja como experto en seguridad en TPQ Consulting, no siente sorpresa por el estado de la investigación.

«Miren, esto está lejos de ser una investigación del nivel de la Fiscalía ─explica Sorenson─. Quienesquiera que tengan trabajando en el caso de Barnes es muy probable que no cobren un sueldo especialmente bueno ni dispongan de muchos recursos. Para serles sincero, es perfectamente posible que no hayan trabajado antes en un homicidio».

Sorenson señala en seguida que las peculiaridades que posee el sistema Stanton han creado una situación excepcional dentro de la UEE, una en la que los intereses corporativos pueden a efectos prácticos tener precedencia por encima de todo lo demás, incluida la seguridad pública. Hay quienes, como Sorenson, consideran esto como un fallo fundamental en la legislación del sistema Stanton.

«Desde las deplorables condiciones laborales en Hurston a la aparente incapacidad de Crusader para mantener la ley y el orden en el área circundante a su planeta, está bien claro que la principal preocupación de cada compañía acaba siendo siempre la cuenta de beneficios ─arguye Sorenson─. Es demencial. Se están tomando decisiones sobre asuntos de seguridad basándose en qué opción es más económica para la compañía, en vez de cuál es la mejor para el público».

La trágica muerte de Jeff Barnes no es más que el último de una serie de sucesos que ilustran los crecientes problemas de seguridad en el sistema Stanton. Diversos grupos de vigilancia independientes han publicado informes en los que advierten del aumento de la criminalidad en el sistema, pero sus cifras no coinciden en absoluto con las estadísticas oficiales de criminalidad que se dan para ese sistema.

Según Morgan Backer, miembro del Centro Terrano para la Justicia y coautor de uno de los informes: «Tener a esas compañías al cargo de su propia seguridad ha demostrado ser una espada de doble filo. Le ahorra créditos al Imperio, pero también hace que mantener unas estadísticas precisas sobre la criminalidad resulte casi imposible».

Becker explica que cuando la UEE vendió la administración de los cuatro planetas del sistema a las megacorporaciones de Hurston, Crusader, ArcCorp y microTech, una de las condiciones estipuladas por esa venta era que cada compañía sería la única responsable de la protección de su planeta y los sectores de espacio circundante. Cada unos de esos planetas quedaba obligado no sólo a aplicar las normas del Derecho Consuetudinario de la UEE y el código penal ordinario que todos los planetas no reconocidos deben respetar, sino también a proporcionar a intervalos regulares unas estadísticas precisas sobre el nivel de actividades criminales cometidas dentro de sus respectivas jurisdicciones. En ese momento, este acuerdo fue visto como una alternativa más económica a tener que destinar recursos de la Fiscalía y/o la Armada a ese sistema. Sin embargo, una de las cláusulas del acuerdo también especificaba que si la actividad criminal dentro del sistema llegaba a exceder un «nivel aceptable», en ese caso las fuerzas policiales de la UEE tendrían potestad para reimponer su autoridad.

Durante décadas, la excepcional situación de Stanton pareció beneficiar a ambas partes: las tasas de criminalidad se mantenían bajas y la UEE se ahorraba créditos. Pero el verdadero estado de las cosas es que la ausencia de fuerzas policiales imperiales en el sistema significa que nuestra seguridad depende exclusivamente de las cuatro compañías, y no existe ninguna forma verosímil de evaluar con qué eficacia está desempeñando cada una de ellas esa tarea. Las estadísticas que tenemos han sido compiladas por las propias compañías, y no hay ningún tipo de supervisión gubernamental que garantice su exactitud. De hecho, para las corporaciones redunda en su propio interés mantener bajas las tasas de criminalidad. Pero en vez de eso, la supervisión ha sido relegada a grupos de vigilancia independientes, como el Centro Terrano para la Justicia, que carecen de los recursos necesarios para poder llevar a cabo eficazmente dicha labor.

El año pasado, numerosos analistas se fijaron en que, según las investigaciones independientes, se había producido un aumento en la actividad criminal. Dicho aumento no se veía reflejado en las cifras proporcionadas por las compañías al cargo de Stanton, las cuales, al mostrárseles esta discrepancia, insistieron en que sus datos eran correctos.

«Básicamente, nos retaron a que demostráramos nuestras cifras ─dice Becker─. Sabíamos que nos era imposible vigilar todo el sistema, por lo que centramos nuestros limitados recursos en rastrear la actividad criminal alrededor de Crusader, donde el número de jaurías de forajidos parece ir en aumento. Tras pasarnos varios meses documentando incidentes, hace poco entregamos nuestros hallazgos a Crusader, y eso los puso entre la espada y la pared».

Tras serles entregados estos datos, Crusader ha publicado hoy unas estadísticas actualizadas sobre el nivel de criminalidad cuyas cifras son más parecidas a las registradas por el Centro Terrano para la Justicia. Algunos ejecutivos de la compañía han reconocido que la tarea de mantener la ley y el orden en las vastas extensiones de espacio en torno a su planeta ha resultado ser una labor mucho más difícil y costosa de lo esperado, pero que están decididos a dedicar más esfuerzos y recursos a mejorar la seguridad de esa región.

Sin embargo, aún persiste la incógnita de si dichos esfuerzos bastarán para paliar la ausencia de autoridades de la UEE en el sistema. ¿Cuántas personas inocentes más, como Jeff Barnes y una cantidad incontable de otras víctimas, deberán morir antes de que el nivel de criminalidad en el sistema exceda un «nivel aceptable» y la UEE se vea obligada a tomar medidas directas?

Se rumorea que la seguridad será este año el tema principal de la Conferencia del Sistema Stanton, el encuentro anual donde los líderes de los planetas corporativos discuten sobre temas que afectan a todo el sistema. Ya hay quienes han empezado a hacer presión para que se cree una milicia unificada de Stanton, pero todavía está por ver si un cambio tan ambicioso llegará tan siquiera a ser tomado en consideración por los planetas.

Por ahora, todo lo que puede hacerse es informar a la gente de que, cuando entren en el sistema Stanton, lo hacen por su cuenta y riesgo. La UEE no estará allí para protegerla, y no hay ninguna garantía de que los servicios de seguridad proporcionados por una de esas megacorporaciones poseedoras de todo un planeta aparezcan cuando se les necesite.



Traducción por Vendaval en Ciudadano Estelar.
https://robertsspaceindustries.com/comm-link/spectrum-dispatch/16041-Terra-Gazette-Crusader-Admits-Crime-Is-On-The-Rise
 


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