DÍA 627: EL FINAL EL VIAJE12.12.2947 TETpor Sean NazawaÉsta es la parte final de una serie de artículos que siguen las vivencias de un grupo de reclutas a medida que van avanzando por el sistema de entrenamiento de la Armada.Un ejecutivo de negocios ha sido secuestrado mientras volvía de una conferencia comercial en el Imperio Xi'an. Los investigadores de la Fiscalía han podido identificar a los secuestradores y seguirles el rastro hasta un repetidor de comunicaciones abandonado. Según la información recabada, parece que han vaciado el interior del repetidor, presurizado algunas secciones y transformado el lugar en una pequeña guarida. Desde un punto de vista estratégico, este sitio es una pesadilla: cualquier vía de aproximación es completamente visible, han dispuesto minas de proximidad improvisadas, y el interior de la guarida cuenta con múltiples mamparos cuyo mecanismo de cierre puede activarse rápidamente para obstaculizar y encerrar a cualquier grupo de asaltantes. La Fiscalía ha recurrido a la Armada para que les ayuden en la operación de rescate del rehén. Una escuadrilla de Avengers ha sido desplegada para resolver la situación. Ahora mismo se están manteniendo a una buena distancia del repetidor, de manera que su trayectoria parezca indicar que sólo están de pasada.
Es innegable que se trata de una situación angustiosa, pues este tipo de escenario podría fácilmente acabar siendo letal para todos los involucrados.
Por suerte, no es una situación real.
Este escenario simulado es la prueba final a la que este grupo de reclutas navales deberá enfrentarse antes de su graduación. Aunque ellos no lo saben, su actuación en este ejercicio será revisada por la Armada e incluso los Marines para determinar a dónde serán asignados estos reclutas. A efectos de que la simulación sea lo más parecida posible a una operación en el mundo real, los militares no han escatimado en gastos al orquestar esta ilusión.
Los «forajidos» son miembros del 208º escuadrón de la Armada, recientemente redesplegados del servicio activo en el frente vanduul, y muchos de ellos están disfrutando con esta pequeña distracción. El jefe de la escuadrilla Bravo, el comandante Harold Rifke, se ha pasado los días previos al ejercicio inventándose amplias historias de trasfondo para los demás pilotos y grabando falsos vídeos de peticiones de rescate que ha ido enviando esporádicamente al oficial departamental Edward Aine, el director de esta caos organizado, para que las haga llegar a los reclutas.
Estoy al lado de Aino a bordo de una nave de MyC, supervisando cómo se desarrolla todo el ejercicio bélico. Hay analistas y oficiales de comunicaciones encargándose de coordinar ambos bandos del enfrentamiento. En el canal de los forajidos utilizan un lenguaje considerablemente más pintoresco; los del 20º se están metiendo realmente en su papel.
Contemplo cómo las naves de los reclutas van desapareciendo de la holoesfera. Siguiendo las órdenes del jefe provisional de escuadrón Toulo Chalke, se están dirigiendo hacia el repetidor de comunicaciones. Aino escucha atentamente cómo se van transmitiendo sus posiciones el uno al otro. Menea la cabeza y toma un sorbo de té sujin.
─Decidle a Rifke que hackee sus comunicaciones ─le grita al oficial de comunicaciones que se encarga de coordinar el canal de los forajidos, y luego me mira─. No deberían haber revelado sus posiciones.
Durante el transcurso del ejercicio, Aino seguirá aplicando lo que él denomina «hándicaps quirúrgicos» contra los reclutas. Quiere que se sientan acosados, siempre en desventaja.
Voy identificando a los reclutas a partir de los breves mensajes que se transmiten entre ellos.
Callum Weaver está ajustando con gran confianza los vectores de aproximación de sus compañeros de escuadrilla. Este enjuto chico de Aremis ha demostrado constantemente su talento desde que empezó el entrenamiento de vuelo y es ahora el lugarteniente de Chalke.
El jefe provisional de escuadrón es una pequeña celebridad en las Forjas. A pesar de que su padre es Beo Chalke, un legendario jugador de sataball del Jata SC, y su madre es Valina Razari, la galardonada actriz de
Lágrimas del Tiempo y La última resistencia de Lidenvald (por mencionar un par de sus papeles), para los reclutas él no es más que «Paladín». El apodo procede de un incidente ocurrido hace tres meses en el que Chalke acudió en ayuda de varios reclutas que estaban siendo intimidados en la comisaría.
─Señor, Rifke ha enviado dos escuadrones a su posición. Dice que no están allí.
Aino sonríe.
El canal de comunicaciones de los forajidos estalla de improviso. Las cinco naves que se han quedado protegiendo el repetidor empiezan a informar de la aparición de blancos. Los reclutas abandonan su pantomima y pasan a transmitirse avisos de combate. Oigo cómo Lyssa Vale, la marrullera de los reclutas, se enzarza de inmediato con los pilotos forajidos.
Sumamente habladora en las comunicaciones, Vale se cuenta entre los reclutas con más dedicación que jamás he visto. Siempre se está forzando a sí misma hasta un nivel ridículamente exigente, pasándose hora tras hora en los simuladores, ejercitándose constantemente junto con todo aquel a quien pueda agregar a su programa de entrenamiento. Aunque parece que toda esa dedicación está dando sus frutos; Vale es temible en combate.
Los forajidos en el repetidor aguantan todo lo que pueden hasta que los disparos simulados de láser de los reclutas acaban finalmente con ellos. Con Vale proporcionando cobertura, Weaver abandona su nave y conduce a un par de pilotos hasta el interior del repetidor para liberar al rehén. Esperan finalizar su arriesgada EVA antes de que Rifke y sus dos escuadrillas de forajidos logren regresar.
El resto del ejercicio acaba siendo una única y larga refriega. Los reclutas lo hacen lo mejor que pueden, pero al final los experimentados pilotos de combate del 208º logran invertir las tornas. Weaver es el último en caer, pero acaban con él justo después de que consiga subir el rehén a su nave.
Quedan siete forajidos, el rehén ha muerto y todo el escuadrón de reclutas ha sido eliminado.
Dos horas después, los reclutas se han reunido en el aula de Aino para la evaluación del resultado del ejercicio. El silencio reina en la sala. Lyssa Vale todavía está tensa por la operación. Una de sus piernas golpetea el suelo mientras ella tiene la mirada absorta en el vacío. Weaver curiosea al azar en su mobi. Incluso Chalke parece decepcionado hasta que al final se arrellana en su asiento y decide romper el silencio.
─Bueno, casi los teníamos.
─Casi no es bastante ─murmura Vale.
─Venga, Vale, tú has acabado con... ¿Cuántos? ¿Seis? ¿Siete? ─Chalke parece empeñado en levantarle el ánimo a los presentes en la sala.
La puerta se abre de repente y Aino entra a grandes pasos en la sala. Avanza directo hasta el estrado, enciente el sistema de proyección y carga todas las grabaciones del ejercicio. Lo ha recopilado todo: las cámaras individuales de cada piloto, los registros de la holoesfera, la charla por los canales de comunicaciones... Durante las siguientes cuatro horas, hace que los reclutas repasen paso por paso el ejercicio bélico entero. Les interroga sobre cada decisión, preguntándoles por qué eligieron actuar de una manera concreta, y que es lo que cambiarían ahora que pueden verlo en retrospectiva. No hay ninguna recriminación. No expresa ninguna opinión sobre las acciones de sus reclutas. Su análisis es puramente objetivo.
Los reclutas, sin embargo, parecen pensar únicamente en su fracaso.
Aino interrumpe repentinamente su análisis. Observa las caras sombrías de los reclutas que están en la sala y menea la cabeza.
─Tenéis que madurar de una [censurado] vez ─murmura, tirando su puntero sobre la mesa.
Con esto consigue que todo el mundo le preste atención. Aino alarga la pausa y se sienta en una esquina de su mesa.
─Dejadme que os diga una cosa. ¿Sabéis este trabajo? ¿Las misiones que vais a realizar? Cualquiera de ellas puede acabar siendo un billete sólo de ida. Da igual si se trata de la patrulla más rutinaria del mundo, siempre hay una posibilidad de que algo vaya mal y uno de vosotros no vuelva a casa. Mirad, ya sé que todos los que estáis aquí sentados os cabrea haber fallado la misión. Permitidme contaros un pequeño secreto: no se os iba a permitir tener éxito. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para poner las cosas en vuestra contra. Wilkes, ¿te acuerdas del fallo de tu cápsula de misiles? Yo lo provoqué. Teague, el sobrecalentamiento de tu arma no fue un accidente.
Los reclutas intercambian miradas de confusión.
─Lo único que habéis visto todos vosotros es un fracaso, pero os diré que es lo que he visto yo. He visto a un escuadrón que trabajaba en equipo, ejecutando las órdenes con precisión y excelencia. Chalke, abandonaste un combate que estabas a punto de ganar para soltar unas bengalas con las que proteger a Kelso. Vale, cuando decidías enfrentarte a un piloto concreto, era porque le estaba dando problemas a uno de tus compañeros de equipo. Joder, usar vuestras comunicaciones para engañarnos acerca de vuestra posición fue una genialidad. Pensé que íbamos a acabar perdiendo debido a eso.
Los reclutas se ríen. Weaver recibe algunas palmaditas en la espalda. Aino les sonríe antes de proseguir. Es la primera vez que le veo sonreír a sus reclutas.
─Todos vosotros lo habéis hecho bien. Es verdad que no habéis tenido éxito. Habéis perdido a gente. Pero esa es la verdadera lección que os queríamos dar. Como pilotos de la Armada, vais a estar un montón de veces en situación como ésta. Lo que estamos intentando hacer es condicionaros para que actuéis racionalmente en situaciones imposibles. Eso no significa que vayáis a tomar siempre la decisión correcta. Lo verdaderamente importante es que aprendáis a cómo seguir adelante. Conozco a muchos pilotos, entre ellos algunos de los mejores con los que he volado, que preferirían ser el único a quien derriban en vez de tener que seguir adelante con uno menos en su escuadrón. Tenéis que saber superar eso. Tenéis que dar lo mejor de vosotros. Tenéis que prestar atención no sólo a la gente que lucha vuestro lado, sino también a los civiles a los que estáis protegiendo. Algunas veces todo saldrá bien. Otras, no lo hará. Sea como sea, vais a tener que poder reponeros y realizar la siguiente misión con la mente clara. Me encantaría poder contaros cómo hacer eso, pero es algo que vais a tener que descubrir por vosotros mismos.
Aino observa atentamente los rostros de los reclutas.
─He entrenado a un montón de pilotos, pero os puedo asegurar que nunca he visto a una clase en la que se ayudaran tanto entre ellos como hacéis vosotros. Espero que algunos de vosotros seáis asignados al mismo destino, pero si eso no ocurre, espero que mantengáis esa actitud dondequiera que terminéis, porque todos vosotros tenéis algo especial.
La sala permanece en silencio por un rato, hasta que alguien llama suavemente a la puerta.
─Adelante.
Rifke asoma la cabeza.
─Lo siento, señor. No quería interrumpir.
─No pasa nada, comandante ─contesta Aino a la vez que se levanta y recoge su puntero─. ¿En qué podemos ayudarle?
─Verá, señor ─dice Rifke mientras abre la puerta y entra en la sala. Fuera hay algunos de los demás pilotos del 208º─. Nos estábamos preguntando si, cuando usted acabe de evaluar a estos rorys, podríamos invitarlos a unos cuantos tragos. Los vanduul no luchan tan duros como lo han hecho ellos.
Aino mira a su clase y les hace un gesto rápido con la cabeza para indicarles que ya pueden irse. Todos los reclutas van saliendo lentamente de la sala para ser recibidos con vítores por los pilotos de combate que esperan fuera.
Weaver se detiene antes de cruzar la puerta y se vuelve hacia Aino.
─Gracias, señor.
─Venga, fuera de aquí.
Weaver sonríe y se marcha.
Me quedo esperando mientras la puerta se cierra con un suave chasquido. Aino empieza a recoger tranquilamente sus cosas. Siento que tengo que decir algo.
─Ha sido un bonito discurso, señor.
─¿De verdad? ─Aino termina de guardar sus cosas y me dirige su mirada─. Lo que les he dicho debería haberlos aterrorizado. A los otros O.D. les gusta decir que el momento en que cruzan el Rubicón es cuando aterrizan por primera vez en Kilian, pero si me lo preguntas a mí, nunca dejan de cruzar ese río. Hacer este trabajo todos los días te pone a prueba hasta lo más hondo de tu ser. La Armada ha sido mi único gran orgullo, y aun así me ha quebrado de maneras que ni siquiera yo soy capaz de ver ─Aino hace una pausa─. Pero ellos ya lo verán. Todos lo hacen.
* * * * * * * * *
La ceremonia de graduación de la promoción de 2947 se celebra a finales de verano en MacArthur y a ella asisten más de dos mil graduados pertenecientes a todo tipo de ramas de la Armada. Sólo la academia de vuelo es responsable de más de doscientos. Aino me sorprendió al conseguirme un asiento junto con los demás oficiales departamentales para la ceremonia.
Puedo ver a Arley Finn y Yen Hardigan, los dos O.D. de ese primer día en la pista de aterrizaje que me mostró el intenso viaje al que los reclutas navales se iban a enfrentar. Mientras veo cómo empieza la ceremonia, no puedo evitar reflexionar sobre los distintos tipos de personas a las que he conocido en este increíble viaje. Todas ellas comprometidas con los principios básicos de la Armada y a proteger a gente como yo.
Toda la promoción que se está graduando se pone en pie y repite el mismo juramento que lleva siglos siendo pronunciado por todos y cada uno de los miembros de la Armada.
Escuchad y sed testigos de que juro solemnemente que me dedicaré en cuerpo y alma a servir y proteger el Imperio Unido de la Tierra contra todos aquellos que quieran dañarlo a él y a su gente.
Que cumpliré fielmente las obligaciones que se me impongan, y cuando me sea requerido, defenderé el Imperio con mi vida.
Que seré la espada y el escudo. Que no flaquearé ni fallaré, sino que lucharé y venceré.
Que juro hacer todo lo que esté en mi poder para actuar como un guardián de la libertad y la justicia, como un adalid del honor y el valor, y como un verdadero y orgulloso miembro de la Armada de la UEE.Por fin logro distinguir a Weaver, Chalke, Vale y el resto de mis amigos, todos ellos apiñados juntos en medio de la multitud, saboreando cada palabra del juramento. Y cuando hayan terminado, su viaje (y supongo que también el mío ) habrá terminado.
Ahora son miembros oficiales de la Armada de la UEE.
Consigo hablar brevemente con Callum Weaver después de la ceremonia de graduación, aunque no es más que una breve conversación mientras él espera a recibir su primer destino, pero le pregunto acerca de ese primer día en la gélida pista de aterrizaje de Kilian. Cuando tuvo que responderle al O.D. Hardigan, Callum dijo que se estaba alistando para «no sentirse indefenso».
─Entonces ─le pregunto─, ¿todavía te sientes de esa manera?
El enjuto chico de Río Plantock, a tan sólo un par de horas de mi casa aquí en Aremis, que sobrevivió a los horrores del ataque vanduul, piensa en ello unos instantes.
─No creo que esa sensación llegue a desaparecer jamás... pero ahora sé que no estoy solo.
Traducción por Vendaval en
Ciudadano Estelar.https://robertsspaceindustries.com/comm-link/spectrum-dispatch/16325-AREMIS-POST-DAY-627-THE-JOURNEY-ENDS