Autor Tema: TswordZ (biografía)  (Leído 18187 veces)

23 de Abril de 2014, 18:56:19
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Klyon

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by Delan Conway on Vie Nov 01, 2013 2:22:55

Desde hace un tiempo vago por estos lares. La mirada baja, pensativa. Me siento perdido dentro de mi mente. Las estrellas en el cielo me llaman, pero mi interior está dudoso sobre el camino a seguir. Doy una mirada a mi vieja Aurora. No ha tenido muchas aventuras, pero las pocas han sido intensas. Una emboscada pirata en completa desventaja numérica, y el ataque y posterior destrucción de la estación en que me encontraba. Apenas pude escapar por lo pelos en ambas ocasiones. Mi nave anterior, una década atrás, vivió muchas más batallas. Resistió bien y pegó duro, pero una serie de malos negocios y las estafas de las que fui víctima fueron acabando con la pequeña fortuna que había reunido, relegando al pasado aquellos tiempos de aventuras.
Pasé un tiempo en la depresión. Perdí el interés en general y me la pasé haciendo trabajos de poca monta. No tenía planes a futuro más allá de vivir un día más. Había perdido la ambición de antaño, las ansias de surgir, las llamas de la pasión.
Luego del incidente de los piratas y la estación sentí una presión dentro de mí. La adrenalina de estar al borde de la muerte volvió a despertar en mí el deseo de vivir que había perdido hace años. La pequeña chispa de vida iba creciendo hasta hacerme sentir de nuevo ese deseo de alcanzar metas, de hacer algo más que meramente existir.
Ahora, con la cabeza algo más fría que en mi juventud, pero con el deseo de sentirme vivo creciendo nuevamente dentro de mí, decidí no volver a ser un muerto en vida. Usé la mayor parte de mis pocos ahorros en actualizar mi Aurora y dejé un tanto como fondo de reserva. Un cañón más potente o un motor más rápido me serían útiles, pero había aprendido que siempre es bueno estar preparado para los imprevistos, que suelen llegar cuando no se tienen los recursos para enfrentarlos.
Sin embargo, aún hay una sombra de duda rondando mi mente: El rol a tomar a partir de ahora. No soy mucho de causar daño a los demás... aunque si tratan de causármelo a mí o a los míos, me aseguraría no volviesen a tener siquiera la oportunidad de volverlo a intentar. La depresión y las estafas me hicieron perder ese sentimiento de amasar riquezas, aunque sé lo útil que puede llegar a ser el poseer una fortuna... y lo vacío que se siente uno al obtenerla finalmente. ¿Explorar? Je, suelo tardar en llegar a destino porque normalmente me entretengo en el camino con cualquier cosa que me llame la atención, aunque no estoy seguro de si eso es lo que quiero para mi vida.
Volví a darle una mirada a mi flamante Aurora LN. Luego de la actualización me encariñé más con ella y me dediqué a hacerle una mantención y aseo profundos. Quizás por mi indecisión el destino puso en mi camino esta nave. Es suficientemente versátil para utilizarla en cualquier rol, al menos hasta que decida finalmente el camino a seguir en esta vida. Sonreí ante este pensamiento. Con una mirada más decidida y una sonrisa de satisfacción apagué la luz y salí del hangar.
Y es por esto que me presento para solicitar el reclutamiento en los Space Cowboys. Desde hace tiempo que veo a los suyos con un ánimo y alegría que me recordaban a mi antiguo yo. Sentía deseos de unirme a ustedes, pero ante la imposibilidad de decidir el camino a seguir intentaba mantenerme un tanto alejado. Pero luego de un tiempo de reflexión me di cuenta que, aunque el rumbo que tome no está del todo decidido, es mejor pertenecer a un equipo. Ya he compartido unas cuantas cervezas con Delan, Retaliator y Txibi (que se perdió camino hacia acá, pero terminó encontrándonos siguiendo el olor de la cerveza), por lo que sé que son buena gente y hay un espíritu de compañerismo entre ellos.
Quizás aún no esté muy seguro de mi rol, pero, je, más importante que eso es estar rodeado de gente bien, y aparte de la buena cerveza que tienen, la disposición de algunos de ellos de participar en la invasión masiva a territorio Vanduul me hizo terminar de decidirme. Moriremos. Sí, tal vez. Pero si vamos a hacerlo, al menos que nos recuerden las futuras generaciones. Puede que mirado lógicamente esto sea estúpido, pero supongo que la estupidez es parte del ser humano y hay momentos en que ésta sale a relucir con más fuerza, sumado a que mientras más gente esté junta más fuerte se hace. Un caldo de caos, pero al menos será algo gloriosamente estúpido.

Vaya, incluso en una simple solicitud no puedo evitar alejarme del camino habitual. Supongo que algo de aventurero tengo... Aunque el poder haber sobrevivido todos estos años con una miseria de créditos demuestra que sé algo de manejar dinero. Y aunque calmo, también tengo mis momentos de ira y de vez en cuando se me afloja un poco el dedo del gatillo.
Pero, independientemente del camino que escoja, estoy convencido que será más divertido junto a ustedes. Y, seamos francos, sin diversión la vida, por muy bien que esté yendo en otros aspectos, se siente vacía y sin sentido.

 

25 de Mayo de 2014, 17:13:17
Respuesta #1

TswordZ

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Tiempo ha pasado desde que ingresé a los Space Cowboys. No estaba equivocado. Aquí se respira un ambiente de alegría y compañerismo... o tal vez sea el aroma de la cerveza. Es increíble lo mucho que tiene que trabajar Botejín (El robotito de la taberna) para mantener el lugar. Sabía que el consumo de alcohol era alto aquí, pero es que Txibi tiene que hacer un par de viajes semanales en su Starfarer para mantener aprovisionado el bar. Y un par de días luego de su partida hay que enviar algunos Cowboys a buscarlo y ayudarlo a volver. Algunos dicen que siempre falta cerveza porque consume una parte mientras está perdido, pero me parece más bien que sólo quieren culpar a otro de su propio consumo. Claro, otros dicen que el motivo real es porque suelo ofrecer demasiada a los recién llegados y visitantes, pero vamos, que no soy el único que hace eso.
Je, hasta las discusiones terminan en bromas e invitaciones a terminarlas en el bar, acompañadas de buenas cervezas. A fin de cuentas, no es que falten, pero siempre da la sensación de que se va a acabar por el rápido consumo, pero al menos la reposición va igual de rápido.
¿Y en qué he estado? Bueno, haciendo algunos trabajitos aquí y allá, transportando mercadería desde y hacia nuestro asteroide, yendo a buscar a Txibi un par de ocasiones y respondiendo a la llamada de alerta de naves hostiles cerca de la base. En esa ocasión eran piratas que queríar capturar a La Sangre de Thor (La Starfarer de Txibi) cuando venía cargada a tope de valiosa bebida de cebada.  Fue cosa de escuchar la señal de alarma y todos saltaron de sus sillas y corrieron hacia sus naves como si estuvieran participando en las Olimpiadas Estelares. Yo me encontraba haciendo ajustes en el interior de mi Aurora LN, por lo que fui el primero en prender los motores y despegar... y por ello nadie vio como me estrellé contra el borde de la puerta de salida por el apuro. La nave dio un bote en el suelo del hangar, pero terminé fuera igualmente. Comprobé el sistema de misiles y afortunadamente no se había dañado por el golpe. Miré a mi alrededor y presencié el mayor enjambre de naves que haya visto en mi vida. Decenas de Auroras y 300s, además de varias Avenger y Hornets se habían desplegado y encendido los postquemadores para llegar lo antes posible. Las Constellation quedaron orbitando nuestro asteroide base junto a una escuadra de Hornets y 300s, preparados para defenderlo o dar soporte de ser necesario.
En apenas un par de minutos la Starfarer aparecía en el radar holográfico. No tuve necesidad de esperar a que éste lo identificara: Con sólo ver la trayectoria aleatoria que llevaba se podía adivinar que era Txibi. Más preocupante fueron las siete señales alrededor, que como era de suponer eran los piratas malnacidos atacando a La Sangre de Thor. Me llevé una gran sorpresa al acercarme al rango visual de la Starfarer. Uno de los motores principales estaba en llamas, pero de algún modo, Txibi conseguía hacer maniobras evasivas con la inmensa nave de 150 toneladas que sólo hubiese creído posible en una Cutlass. Un par de piratas había desvíado su curso para enfrentar al puñado de naves que habían conseguido adelantarse, pues habían modificado sus motores para hacerlos más potentes, pero segundos después dieron la vuelta al percatarse de la verdadera magnitud de la horda defensora. Instantes después, decenas de misiles disparados dejaron a su paso una verdadera cortina de humo mientras se dirigían raudos a los atacantes. Éstos trataron de perderlos tras un asteroide, pero la multitud de cabezas explosivas lo destrozó y varios consiguieron traspasar la nube de restos que se formó. Los escudos de ese par de cutlass no fueron capaces de soportar el castigo y cedieron inmediatamente, dejando vulnerables las naves, que fueron acribilladas por una tormenta de impulsos de energía y proyectiles balísticos. Las otras naves piratas, dos cutlass, una 300 modificada y un par de Auroras, cesaron su ataque contra la Starfarer y se dispersaron, mas la segunda tanda de misiles convirtió en polvo espacial a una de las cutlass y ambas Auroras. La escuadrilla de Avengers y Hornets persiguieron a la Cutlass mientras las Auroras y 300s nos adelantamos a cerrarle el paso a la 300 pirata. Ésta trataba por todos los medios evitar recibir disparos, pero, a pesar de la maniobrabilidad de su nave, era imposible que no recibiera impactos del torrente láser que descargábamos contra él cual tormenta furiosa azotara una pobre palmera. Y al igual que la tormenta, no teníamos compasión contra aquel que osó amenazar nuestros suministro del vital elemento dorado. Sin embargo, entre nuestros intentos de cerrarle el paso e impedirle que escape, Txibi consiguió alcanzarnos y dirigió su inmensa nave en rumbo de colisión con la 300. Disparó sus cañones varias veces, dañando las alas del pirata para luego embestirlo por el costado. El fortísimo golpe lo sacó de curso, permitiéndonos ejecutar al agresor con un torrente láser y varios misiles que impactaron los restos del casco, no dejando ningún trozo más grande que un huevo.
Ya rodeando completamente a La Sangre de Thor, la escoltamos de vuelta a nuestro asteroide base. El escuadrón de Hornets y Avengers venía de vuelta luego de haberse encargado adecuadamente del último pirata. Luego de aterrizar las naves en el hangar (Y de algunos choques y raspones debido a que algunos aún estaban algo mareados por estar tomando antes de despegar), volvimos a la taberna a festejar por haber conseguido repeler el ataque sin ninguna baja. La fiesta duró todo el día y la noche... por lo que al día siguiente Txibi debía partir a buscar más suministros. Por suerte, el daño de su motor no fue tan grave, y sólo hubo que cambiarle algunas piezas y reemplazar una tobera. Sonreí al verlo partir. Lo ocurrido fue una buena muestra de la unidad, del espíritu de todos los miembros. Una unidad que pronto tendría otra prueba que superar.
« Última modificación: 02 de Agosto de 2014, 22:18:44 por TswordZ »
 

04 de Agosto de 2014, 16:50:05
Respuesta #2

TswordZ

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19 de Abril de 2944

Poco probable era que pudiéramos preveer los acontecimientos venideros. Cierto es que se dieron algunas señales que indicaban algunas desavenencias entre opiniones, pero nunca nada tan grave como para realmente preocuparnos. No obstante, en las últimas semanas el tono se fue elevando, principalmente debido al desacuerdo con la forma en que se manejaba la rama de combate. Bueno, más bien fue la rama de combate la que mostraba una disconformidad.
Para facilitar el ordenamiento, se habían creado varias ramas de pilotos, las cuales tenían cierta independencia para decidir su forma de actuar y de organizarse. No fue como que nos dividiéramos entre mercantes, mineros, militares, etc., sino que uno podía escoger un "rol principal" al cual, por gusto o por adecuarse más al estilo de vuelo y vida propio, le dedicaría más tiempo, pero sin limitar la participación en las otras ramas. Éstas fueron creadas para que cualquiera que quisiera participar en alguna labor tuviera un esquema, recomendaciones e información para así poder desempeñarse de la mejor forma posible en lo que prefiriera hacer.
Aunque desde fuera esta discrepancia pueda haberse visto como algo grave (Una posible sublevación de la sección de ataque y defensa) en realidad sólo era una diferencia de opinión:  Los combatientes estaban convencidos de que la fuerza de combate de la organización no era suficiente, y se debía incentivar a los nuevos reclutas a unirse a su rama, o ya de plano, aceptar por un tiempo sólo nuevos reclutas que tengan como rol principal la escolta y labores de carácter de seguridad. Argumentaban que, dado que el comercio abarcaba la mayor parte de las actividades de nuestra organización, ésta necesitaría una escolta adecuada que permitiera desempeñar nuestras labores comerciales sin mayores contratiempos.
Aunque su argumento era válido y tenía suficiente peso, también era cierto que nuestra filosofía fue siempre un tanto más... flexible. Estábamos de acuerdo en que una fuerza de combate mayor nos vendría bien, pero el limitar la acción de los nuevos miembros a labores de tipo bélico iba en contra de nuestra filosofía de libertad de elección.
Pasaron un par de semanas de discusiones; Ambas partes presionando a la otra para que cambie su parecer, pero hace unos días el debate se encendió más con un ultimátum de parte de los combatientes pidiendo que tuviéramos una organización más disciplinada. Esta forma de actuar no fue aceptada y su exigencia fue rechazada, por lo que al día siguiente la mayor parte de la rama de combate abandonó la organización, partiendo en busca de su propio destino.
Eso fue un duro golpe para nosotros como Space Cowboys. No por la pérdida de una gran cantidad de naves de combate, sino por la pérdida de compañeros, con los cuales compartimos cervezas y risas antaño. Fue doloroso, pero nos hizo darnos cuenta que, si bien siendo un grupo de amigos que actuaba como una familia, necesitábamos que nuestra filosofía de vida fuera menos ambigua para evitar malentendidos entre nosotros y entre los nuevos reclutas que pudieran ingresar más adelante. Por ello, al día siguiente de la escisión hubo una reunión general para discutir las bases y la filosofía de nuestra hermandad.
Durante una semana se hicieron encuestas, proposiciones y debates al respecto, buscando el mayor concenso sin perder las bases de la filosofía que nos caracterizaba y nos unió en un principio: El ser un grupo de compañeros que, aún trabajando unidos para un objetivo común, gozaba de la suficiente libertad para llevar a cabo sus propias metas.
Fue así como surgió una nueva Constitución, la cual albergaría en ella nuestra filosofía, objetivos, las reglas y deberes, además de los organismos necesarios para evitar que vuelva a ocurrir algo como aquella dolorosa partida de valiosos y queridos miembros. Todavía faltaba añadirle algunos detalles, pero la mayor parte estaba lista, lo cual nos trajo una sensación de realización y de confianza. No obstante, no fue lo único que había que mejorar...
 

07 de Septiembre de 2014, 21:05:24
Respuesta #3

TswordZ

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24 de abril de 2944

Uno de los motivos por el cual se inició todo ese lío, el excesivo ingreso de nuevo personal, trajo también otro problema, esta vez de carácter logístico: El hangar asteroide en el que nos habíamos asentado comenzaba a hacerse pequeño. Durante mi ingreso habían dos pisos de dormitorios y se estaba construyendo un tercero para albergar a los nuevos ingresos. El hangar mismo también estaba en labores de ampliación ya que varios de los nuevos cadetes no tenían sólo una nave, o lo que era más complicado, poseían algunas de tamaño bastante superior al de mi pequeña Aurora, lo que hacía que cada vez se hiciera más y más difícil aparcarlas, requiriendo casi un pulso de cirujano para evitar roces y golpes. El ejemplo más notorio fue la ocasión en que Txibi aterrizó su Starfarer, La Sangre de Thor, de una forma, digamos poco convencional, quedando ésta no muy bien estacionada. Media hora después, otro miembro quiso aparcar su nave, no me acuerdo si era una Freelancer o una Constellation, en su lugar habitual, pero como la Starfarer ocupaba parte de su lugar asignado, debió hacer maniobras extras para intentar aterrizar. En medio de la operación, la nave golpeó levemente uno de los estanques de La Sangre de Thor. Normalmente sólo hubiese habido un abollón, pero Txibi acostumbraba a rellenar sus tanques con líquido bajo una presión varias veces más alta que la recomendada para ahorrar viajes y para mantener provista la taberna, cuyo nivel de consumo alcanzaba niveles estratosféricos. En consecuencia, esa pequeña hendidura produjo una explosión de cerveza en el tanque, dispersando el dorado líquido por todo el hangar. Hay que reconocerlo, fue de las mejores fiestas de espuma que haya visto.

Cierto que del incidente se armó una fiesta, pero hizo notar que se necesitaba aumentar el ritmo de ampliación del hangar y lugares habitables. No obstante, a diferencia de un planeta, en un asteroide no se puede cavar indefinidamente para hacer más espacio. Al día siguiente de la escisión, durante las obras que se realizaban para hacer un cuarto piso de habitaciones, el techo comenzó a agrietarse y comenzó a oírse un silbido. Aunque extrañados, los operarios siguieron trabajando. Sin embargo, una nueva grieta se abrió y el aire comenzó a escapar por allí. Ante el grito de "¡Rotura!" todos abandonaron la zona y sellaron el acceso. Las comprobaciones desde el exterior confirmaron lo que se temía. Se había llegado al límite y la última expansión había causado un debilitamiento en la corteza del asteroide. Lo que antes era sólo una grieta ya era un agujero de tamaño respetable. Para empeorar las cosas, las grietas continuaban creciendo lentamente, amenazando con afectar el resto de las instalaciones.
Se efectuó una reunión de emergencia en donde se decidió adelantar el traslado, que se tenía previsto para unos meses, de la base de operaciones a una superficie planetaria. Por tanto, comenzaron de inmediato las labores de evacuación y traslado. Poco se perdió durante el cierre del cuarto nivel, y prácticamente todo, salvo alguna que otra baratija, se rescató del tercer nivel antes que colapsara el techo de éste.

El mayor tráfico de naves que iban y venían del asteroide hacía más peligroso el vuelo. Más que por el posible choque entre ellas, el motivo mayor es que habían sólo unas cuantas rutas seguras para transitar. El peligro no eran ataques de piratas ni algo así, sino la gran cantidad de latas de cerveza que orbitaban el asteroide. Dado el relativo pequeño tamaño de éstas, no se consideró como un problema desecharlas al espacio, pero el inmenso consumo hizo que pasado un tiempo su número creciera a un nivel tal que, viajando a suficiente velocidad, pudieran saturar rápidamente los escudos de cualquier nave, arriesgando causar daño catastrófico a la cabina. De todos modos, de lejos era un bonito espectáculo, pues no es nada común que un asteroide posea un anillo a su alrededor, aunque para la fecha de la evacuación ya era casi como una pequeña nebulosa.

Afortunadamente, Pinxo, Saul y Nox ya se encontraban trabajando en lo que sería nuestra nueva base de operaciones. Las negociaciones de cesión de terrenos habían terminado hace un tiempo, autorizándonos a utilizar una gran superficie para las instalaciones. Aunque ya se tenía terminada la estructura del hangar y de los dormitorios, y se estaban dando los últimos toques a la espaciosa taberna, con los incidentes acaecidos se aceleró el proyecto y se entregaron abundantes recursos para ello.
Al cabo de tres días, el traslado estaba prácticamente terminado. A la nueva base de operaciones sólo le faltaban unos retoques aquí y allá, pero ya estaba plenamente funcional. El hangar asteroide, en cambio, debido a la creciente actividad, aumentó  su desgaste y la rotura de la corteza.

Hoy viajé con mi Aurora hacia su ubicación y ya se había partido en tres partes. El anillo de latas comenzaba a dispersarse, llegando a golpear el escudo de mi nave un par de ellas, a pesar de la gran distancia que me separaba de nuestra antigua base. Cierto era que se sentia una leve nostalgia al ver nuestro antiguo lugar de reunión así, pero dados los acontecimientos recientes era una forma literal y simbólica de empezar de nuevo. De hacernos más grandes y fuertes. Más unidos y, aunque algo más organizados, más consciente de nuestros orígenes, de nuestros ideales. De lo que significaba realmente ser un Space Cowboy.
Levanté mi lata de cerveza, brindando hacia los restos del asteroide, me bebí el contenido y luego di media vuelta, dirigiendo el curso hacia el planeta cercano, hacia nuestro nuevo hogar.
« Última modificación: 07 de Septiembre de 2014, 21:12:39 por TswordZ »
 

07 de Septiembre de 2014, 21:14:15
Respuesta #4

Goldry

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Muy guapa la bio, me ha encantado!
 

08 de Septiembre de 2014, 00:07:24
Respuesta #5

Rafa _Too Wild

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Ahora la pregunta es ¿ de dónde saca txibi toda la birra? Muy chula la historia.
 

08 de Septiembre de 2014, 08:51:01
Respuesta #6

Esparter

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mejor que la prensa del dia , Si señor  :cerveza:
 

08 de Septiembre de 2014, 19:57:14
Respuesta #7

TswordZ

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Jeje, muchas gracias. Empezando de ya para tener una buena biografía para el personaje :-)

Ahora la pregunta es ¿ de dónde saca txibi toda la birra? Muy chula la historia.

Jajajaja, esa es una buena pregunta. La verdad, generalmente lo encontramos cuando ya viene de vuelta (Aunque vaya en otra dirección, pero ese es otro tema XD), así que aún eso es un misterio :-)

Salud por el misterio :cerveza:
 

01 de Enero de 2015, 19:01:18
Respuesta #8

TswordZ

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04 de Junio de 2944

El proceso de adaptación a nuestra nueva base de operaciones fue bastante rápido. Cierto que ahora había que considerar la reentrada a la atmósfera en cada viaje, pero con la incorporación de un sistema de asistencia al aterrizaje se consiguió que el proceso fuera más expedito y seguro. Antes de eso, yo mismo terminé en una ocasión junto a mi Aurora como sombrero de una Constellation que aparcó donde supuestamente yo debía aterrizar. En fin, salvo daños menores en las torretas no hubo mucho más que reparar. Mi vieja Aurora le hizo honor al apodo de «ladrillo espacial» que tienen las de su clase, y resistió bastante bien el impacto. Aunque como ladrillo mi nave terminó incrustada en la connie, no fue el único incidente ocurrido en las nuevas instalaciones: Rayones en los lujosos 300, alas perdidas en alguna Hornet... Incluso no faltó quien algo pasado de jarras confundió una de las toberas de una freelancer con un túnel de estacionamiento y estampó ahí su Aurora. Fue bastante cómico. Parecía que la Freelancer estaba dando a luz. Aunque al ser de marca distinta la criatura hubiese causado ciertas polémicas entre sus naves progenitoras...

En fin, ya me estoy enredando de nuevo en cosas sin mucho sentido.

Esta semana han estado todos bastante ocupados. No especialmente con algún encargo de alguna industria, o alguna invasión o ataque masivo de piratas en las cercanías. Ni siquiera un gran envío de cerveza, sino con el lanzamiento del nuevo simulador de Original Systems: Arena Commander. Luego del gran éxito conseguido con la serie Ultimate cambiaron de tercio y ahora decidieron simular la realidad. Sí, puede que las impresiones de un juego de simulación no sea tan remarcable como una bitácora acerca de una batalla gloriosa o algún descubrimiento astronómico o histórico, pero por desgracia eso no ocurre con asiduidad... De hecho, no sé si alguien de por aquí haya vivido acontecimientos de escala estelares. Supongo que cada uno tendrá sus experiencias, mejores o peores como algo digno de recordar, pero... Bah, ya me salí del tema otra vez.
El asunto es que un juego es una buena forma de pasar el tiempo, como lo es también tomar cerrveza con los amigos, pero cuando es con la calidad que los chicos de Original Systems suelen imprimir a sus creaciones, pues se hace un pequeño alto en las tareas cotidianas para apreciar las novedades. Como había mencionado anteriormente, esta vez decidieron irse por el realismo y permitirnos disfrutar de las excitantes experiencias que puede vivir un piloto. Sí, nada muy impresionante dicho así, considerando que es lo que solemos hacer la mayoría que puede adquirir una nave o trabaja con ella. Sin embargo, la posibilidad de poder luchar contra hordas vanduul es ligeramente improbable, y mucho más riesgosa en caso de suceder. Arena Commander nos permite revivir en cierto modo esos momentos en que nuestras fuerzas se enfrentaron en desiguales combates contra los voraces pilotos vanduul. Y, aunque como diversión y forma de quitar el stress viene muy bien (Aunque en ciertas ocasiones puede que lo aumente ante la imposibilidad de derrotar a algún «caudillo»), también viene muy bien para comprobar e ir mejorando las habilidades propias como piloto de combate y conocer sin riesgo a pérdidas los límites de su propia nave. Cierto, mi Aurora no es lo ideal para combatir, pero viene bien una que otra práctica que me permita estar a tono por si me tocara alguna emboscada pirata, las cuales han ido aumentando levemente el último tiempo, aún en territorio de la UEE.
En fin, con mucha ilusión, pero también con mucha cautela instalé el programa en la computadora de mi Aurora. Como temía, a ésta le faltó poco para estallar en llamas. El equipo de Original Systems siempre busca exprimir al máximo las posibilidades técnicas de nuestras computadoras, haciéndonos sufrir a aquellos que, por pereza o falta de créditos, aún no actualizamos el sistema informático de nuestra nave. Pero el gasto extra vale la pena, pues, aunque se demoran varios años en sacar al mercado alguna nueva entrega o franquicia, como en este caso, lo hacen con unas cotas de calidad altísimas, no como esos mal llamados simuladores como Call of Duty S que de realismo tienen lo mismo que sobriedad en la taberna. Je, como si no fuera suficiente, buscan ponerle extras que no calzan. ¿Medusas metálicas para apoyar el ataque? ¿Es fantasía o qué? Al menos los chicos que hacen el World of Spaceships consiguen ponerle algo de realismo y no quedarse sólo en la apariencia, aunque su sistema de vuelo es algo más simple para hacerlo más accesible. Bah, esos flojos casuales cada vez están peor. No tengo nada con los juegos de mobiglass. Algunos están bastante bien logrados. Lo que me molesta es la actitud de aquellos mal llamados jugadores que quieren quitar cualquier rastro de complejidad. Ahora alegan que el hecho de tener que activar la consola es un proceso muy difícil y que debería hacerse automáticamente en cuanto ellos se acercan. Ya no les basta con la moda del "Press Start to Win" con el que sólo iniciando el juego el protagonista o héroe de turno hace todo lo necesario para pasar la aventura o salvar el mundo. ¿Qué tiene eso de interactivo? ¡Eso no se diferencia de una holocinta! ¡Ya no sé siquiera como encuentran su propia boca cuando han de comer!

Como sea, lo importante es que ya era hora de que saliera algo en el mundo del ocio interactivo lo suficientemente bien elaborado para que realmente sea un desafío sin dejar de ser divertido. Y aunque arriesgué bastante la integridad de la computadora de mi nave al instalar este monstruo, el que pueda disfrutar de esta magnífica pieza de software hace que el riesgo valga la pena.
« Última modificación: 08 de Octubre de 2015, 13:45:43 por TswordZ »
 

01 de Enero de 2015, 19:30:05
Respuesta #9

Rafa _Too Wild

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Solo faltó la borrachera simulada. ;)
 

04 de Enero de 2015, 20:39:41
Respuesta #10

TswordZ

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Jaja, eso vendrá en otro parche más adelante  :;):


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15 de septiembre de 2944

Contrario a lo que esperaba, la computadora de mi nave sólo aguantó dos rondas más de Arena Commander. En la primera se colgó poco después de iniciar un combate con tres cazas vanduul y en la segunda literalmente explotó justo en el momento en que me había impactado un misil enemigo. «¡Sorprendente! ¡Cuanto realismo, cuánta inmersión!» me dije mientras las llamas comenzaban a extenderse por la cabina. Tardé varios segundos en darme cuenta que tanta inmersión era peligrosa y activé el sistema de control de incendios. Por desgracia, con todo el trajín que había tenido últimamente (El envío y recepción de productos desde y hacia nuestra base había aumentado bastante desde nuestro traslado a la superficie del planeta), había descuidado un poco la mantención de la nave. Por tanto, cuando activé el sistema, éste apenas soltó un poco de espuma, algo de líquido y luego sólo aire. Desconcertado y algo cubierto de espuma, sólo atiné a salvar mi cerveza y salir de ahí. Por desgracia, debido al espeso humo terminé derramando el dorado líquido sobre las llamas, fortaleciendo el siniestro. Como me temía, por mucha espuma que tuviera, la cerveza no era buena apagando un incendio. Abrí una de las compuertas laterales y salí de ahí. No iba a dejar que un juego... bueno, un fuego se llevara mi nave, así que fui a buscar un par de extintores.
Afortunadamente, varios compañeros me vieron en apuros y me ayudaron a controlar el incendio. La Sangre de Thor estaba ahí cerca también, lo que me había preocupado inicialmente por la posible explosión que pudiera producir si las llamas la alcanzaban, pero afortunadamente Txibi sólo la había llenado de agua al pasar cerca de un planeta helado. Abrimos las bombas de la nave rápidamente para apagar el fuego, pero olvidamos el pequeño detalle de la presión a la que nuestro compañero suele almacenar los líquidos. Apenas activamos el sistema, un potentísimo chorro de agua emergió de la bomba, inundando la cabina y lanzando a mi pobre Aurora hasta el otro extremo del hangar. El primer vuelo sin motor de mi nave también dañó dos 325, una Hornet y una Constellation al rebotar contra éstas. Volvieron a cerrar el paso, pero con sólo el par de segundos que estuvo abierta el lugar quedó inundado y varias naves lavadas. Afortunadamente para mí, el fuego de mi nave se había apagado, aunque todo el sistema electrónico estaba arruinado y los montajes de mis armas superiores se habían visto dañados. Bueno, la computadora se había fundido con el juego, así que de todos modos hubiese tenido que cambiarla, pero los abollones y demás no lo tenía previsto.

Pasó un par de semanas hasta que pude tener la nave nuevamente en funcionamiento. Aunque el daño del casco no fue importante, hubo que desmantelar todo el sistema electrónico y reemplazarlo. Esto, sumado a la compensación por las otras naves que resultaron afectadas tras el incidente me dejó sin créditos suficientes como para hacerle la actualización que requería el sistema informático. Aún sin poder salir a hacer misiones me las pude apañar con los créditos que tenía guardado, por lo que sirvió para tomarme unas vacaciones, aunque no fue como que saliera a algún lado tampoco. Más que nada me la pasé por ahí, bebiendo en la taberna, leyendo en mi camarote y ayudando en algunas labores en ocasiones.

Por motivos obvios, no he vuelto a tocar el Arena Commander. Lo que no quiere decir que me haya olvidado por completo de él. Con el tiempo libre que tuve pude ver varios hologameplays en mi mobiglass. Era sorprendente ver en especial las batallas disparejas entre Hornets y Auroras en las que, luego de una encarnizada lucha, salía vencedora la última. Cierto era que los pilotos que manejaban las Hornets no eran precisamente unos ases, pero no dejaba de tener gracia su derrota por ello. Solía pensar en mi propia Aurora en esos momentos. Y aunque me hacía ilusión la posibilidad de tener un combate desigual y aún así salir vencedor, la verdad era que mi pobre nave ni siquiera pudo con el simulador y yo distaba mucho de ser hábil con los controles de vuelo. Dando un suspiro, apagaba el mobiglass luego de eso.
No obstante, no ocurría lo mismo con mis compañeros. De hecho, la mayoría estaba disfrutando de la última actualización que habían entregado gratuitamente hace 3 días los chicos de Original Systems: La posibilidad de hacer carreras. Aunque el luchar contra hordas vanduul conseguía incrementar la adrenalina, la posibilidad de participar en la Copa Murray era algo más cercano, pero a la vez muy emocionante en su estilo. La sensación de velocidad y peligro al volar poniendo las resistencias de la nave y el piloto al límite tenía una atracción especial. Y para conseguir esto de la mejor manera en Original Systems decidieron añadir al catálogo de naves a las ganadoras de las últimas Copas Murray: La Origin 350R y la nueva M50. Varios de los Cowboys competían entre ellos, pero pronto Pinxo destacó con tiempos muy cercanos a las de corredores profesionales. Poco podían hacer los demás contra él, pero eso aumentó el deseo de correr en general entre los miembros de nuestra organización. Yo me reía con los intentos de correr con Auroras o Hornets. La primera nunca fue una nave rápida, aunque su forma de ladrillo ayudaba a no perder alas en las curvas cerradas. La Hornet... bueno, tampoco es que fuera la mejor elección para correr. Aquellos que lo hacían con una nave de la serie 300 iban mejor, pues de por sí esas naves de lujo se basaban en las líneas curvas y la velocidad (además del elevado precio) para conseguir que destaquen sobre las demás. Pero claro, a menos que uno volara una 350R o una M50 no sabría lo que era realmente sentirse un piloto de carreras, pero el detalle de permitir hacer las carreras con las otras naves fue bastante agradecido. Aunque una Aurora en la Copa Murray era algo casi ridículo no dejaba de ser interesante intentar mejores los propios tiempos. Eso podría ayudarme luego a hacer corridas de mercader de manera más eficiente... al menos respecto al tiempo, que el gasto de combustible no parece entrar en la ecuación. Aunque considerando que tanto llegar al lugar como hacerlo en el momento correcto son primordiales para conseguir buenos negocios, creo que podría permitirme gastos mayores en fuel si consigo reducir mis tiempos.
No obstante, ahora tengo que partir a hacer una nueva entrega. Quizás si consigo una buena ganancia en los siguientes viajes, en el corto plazo pueda actualizar la computadora de mi nave.
 

24 de Enero de 2015, 21:47:01
Respuesta #11

TswordZ

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10 de noviembre de 2944

Algún tiempo ha pasado desde mi última entrada. La situación ha estado bastante estable por aquí. Nuevos cadetes han ido engrosando nuestras filas, por lo que las fiestas de bienvenida se han hecho habituales, aunque no por ello menos divertidas. Entre las becarias y la buena cerveza se pasa un buen rato aquí.
Los chicos de Original Systems nos han dado hace un par de días la oportunidad de probar su juego con la interfaz holográfica y las características de la M50, lo cual es un bonito detalle y una buena táctica de márketing. Y por otro lado, ha servido para hacer un par de minitorneos entre los miembros del clan, y ya de paso, acercarse un poco más a los tiempos de Pinxo. Nuestro compañero no se conformó con correr virtualmente y durante el último tiempo ha estado practicando constantemente con su nave. Incluso ha participado en un par de carreras menores, llevándose el primer puesto por un considerable margen. Esto, sumado al éxito comercial de nuestra cerveza y de la actividad de los miembros en general, ha motivado la idea de profesionalizar a nuestros miembros más hábiles y veloces. Para tal efecto contaríamos con la ayuda de Kane, uno de los más exitosos inversores de nuestra organización, el cual regenta una cadena de concesionarios que ya empieza a llamar la atención de Astro Armada, para iniciar la creación de nuestra propia Escudería, lo cual podría llevarnos a competir incluso en la tan ansiada Copa Murray. Sumado a esto, nuestro ingeniero Al ha comenzado el diseño de nuestra propia nave de carreras, con la cual entraríamos por la puerta grande a la competición. Aunque aún estaba en fase de diseño, de entre los modelos propuestos ha salido una posible versión civil, un caza y un bombardero, por lo que esto podría llevarnos incluso a la creación de un astillero de conseguir la infraestructura necesaria.

Jeje, mi optimismo e imaginación a veces vuela más rápido y lejos que mi nave.

En cuanto a trabajo, conseguí suficiente dinero para hacer una ligera actualización al sistema informático. Dado que una mejora mayor encarecía demasiado la operación, decidí usar ese dinero en un contenedor más grande. El Stor-All Big Box me permitiría transportar el doble de carga, lo cual a la larga saldría mucho más beneficioso que la mejora informática, pues con las mayores ganancias me sería más fácil hacer actualizaciones a la nave. Sin embargo, mi reserva monetaria había sido considerablemente reducida con la última actualización, lo cual era un problema en ese momento, pues acababa de recibir un mensaje de uno de mis contactos avisándome de una lucrativa oportunidad de compra. Hablé con varios de mis compañeros y conseguí la cantidad de créditos suficiente para rellenar mi nuevo contenedor de material. Me subí a mi nave y, luego de salir de la órbita del planeta, introduje las coordenadas en la computadora de vuelo.

Casi medio día después despegaba del almacén con mi nave cargada a tope. Debido a sobrestock estaban vendiendo el material de construcción a un 20% más bajo de lo habitual. Considerando que la demanda no había disminuído era una buena oportunidad de hacer algunos créditos extra con la misma carga... y multiplicado por dos esta vez gracias al contenedor nuevo.
Ya llevaba varios minutos de vuelo en modo quántum, calculando la ruta más lucrativa posible, cuando la computadora de vuelo me alertó de que estaba siendo interceptado. La nave vibró fuertemente al salir del modo quántum de golpe, dejándome desorientado por unos instantes. Estaba en una zona relativamente vacía. Sin ninguna estación cerca y algo alejado de las rutas comerciales habituales no podría contar con ayuda hasta un buen rato en el mejor de los casos. Localicé con el radar al agresor y resultó ser una cutlass pirata. Aunque ya tenía apuro, esta situación me hizo desear estar ya en mi destino. No era el mejor momento para ser atacado, pero más me extrañó que el pirata ni siquiera se molestara en escanear la carga. Ésta tenía cierto valor, pero no tanto como para justificar un ataque.
La cutlass abrió fuego sin más, lo que me hizo pensar que seguramente el piloto estaría hasta arriba de drogas ya que lo habitual era que exigieran una transacción monetaria o que soltaran la carga antes de pasar a las armas. Rápidamente cambié de rumbo, pero había olvidado que el peso extra de lo que transportaba hacía que mis maniobras resultasen considerablemente más lentas. Redirigí la mayor parte de la energía al motor y a escudos y traté de alejarme de ahí mientras pensaba en alguna forma de salir de ese lío. Como temía, la cutlass me persiguió sin dejar de disparar. Moviéndome aleatoriamente como solía hacer conseguí esquivar buena parte de los disparos, aunque más por la mala puntería del piloto de la cutlass que por mi habilidad o la maniobrabilidad de mi nave. El ligero campo de restos a un costado era el único lugar adonde podía ir para intentar complicarle la persecución. Cierto que también me dificultaba la huída, pero los trozos de naves dispersos al menos servirían para detener algunos disparos, pues prácticamente ninguno era lo suficientemente grande como para ocultarme. En eso sonó la alerta de misil. Con dificultad dirigí la nave hacia un gran trozo de casco antes de soltar una bengala y ubicarme detrás del resto flotante. Traté de girar para enfrentarlo, pero la carga me impedía hacer los giros como estaba acostumbrado. En un par de ocasiones me había tocado maniobrar cargado para evitar emboscadas, pero esta vez llevaba el doble de peso y no había tenido oportunidad de aprender a compensar los movimientos y acostumbrarme a la nueva velocidad de maniobra. En cuanto vi que el misil había estallado en aquel trozo de casco salí de mi escondite, y afortunadamente el piloto de la cutlass creyó que saldría por el otro lado, por lo que conseguí valiosos segundos de ventaja mientras el pirata corregía su rumbo.
Aunque los trozos grandes de nave no abundaban, sí que lo hacían los pequeñitos. Multitud de brillos a mi alrededor podía ver al chocar éstos contra mi escudo, lo que aumentaba mi nerviosismo dado que se confundían con los impactos que recibía provenientes de la cutlass. Mi nivel de escudo ya estaba llegando al 50% cuando el pirata disparó otro misil. Sin un lugar para esconderme, esperé hasta casi el último segundo para soltar las contramedidas y cambiar mi rumbo. Disminuí la potencia del motor por un momento para facilitar el giro, pero entonces la explosión del misil me aturdió. Aunque no dio en el blanco, la onda expansiva había conseguido alcanzarme, debilitando aún más los escudos. Al recuperar la consciencia noté que el pirata ya estaba a menos de 2 kilómetros de distancia y acercándose. Aceleré hacia él mientras lo fijaba con un misil. Disparé mis CF-007 Bulldog para debilitar sus escudos cuando me percaté que los míos estaban a cerca del 20%. Redirigí la energía restante a escudos para que aguantaran los impactos de los láseres y entonces escuché una tercera alerta de misil. De frente y tan cerca no habría contramedida que funcionara, por lo que disparé mi misil Behring antes de levantar el morro de la nave y soltar el contenedor de carga junto con una bengala. Aunque ésta última no desvió la trayectoria del misil, el contenedor sí cumplió su labor de escudo y recibió el impacto. La explosión inflamó los materiales que cargaba, causando una bola de fuego aún más grande de lo habitual. La cutlass ascendió rápidamente para evitar recibir la onda expansiva, pero entonces estrellé mi Aurora en su barriga. Aunque no había alcanzado a dispararle lo suficiente para debilitarle los escudos, por lo visto éstos habían sido bastantes castigados por la basura espacial y la explosión como para que el impacto con mi nave los terminara de anular. La cabina punta de diamante de mi nave se hundió en su casco y ambas naves salieron despedidas. Ya sin el peso extra de la carga, di varias vueltas fuera de control. Disparé mis armas en cuanto tenía al pirata a tiro y alguno debió penetrar el casco pues comenzó a verse el brillo característico de un incendio. Ya estabilizada nuevamente mi Aurora, aceleré hacia la cutlass mientras la fijaba para disparar un nuevo misil y la castigaba con mis Bulldog. Un par de ráfagas que impactaron directamente en la cabina me hicieron recordar lo imprudente de mi acción, por lo que en cuanto el blanco estuvo fijado solté el misil y me alejé. Vi a la cutlass dar un par más de vueltas hasta que mi proyectil impactó en donde había perforado su casco, haciendo estallar la nave desde dentro.

—¡Ja! ¡Cómete esa! —exclamé al verlo estallar—. Skywalker no es el único que puede acertar a un agujero... aunque mi objetivo era algo más pequeño en verdad.

Con una amplia sonrisa de satisfacción comencé a revisar el estado de mi nave y lentamente mi sonrisa fue cambiando a una cara de preocupación. Aunque no había sufrido daños severos, la estructura de la cabina se había visto gravemente afectada y esas grietas en el cristal reforzado no eran una buena señal. Las Bulldog habían sido dañadas igualmente con el impacto aunque al menos parecía que los demás sistemas seguían operativos. Reactivé los escudos antes de salir de ese campo de restos. Dando un suspiro comencé a prepararme para entrar nuevamente en modo quántum.

—Tsk. Al final quedé en cero nuevamente. Tendré que trabajar bastante para recuperar el dinero de los préstamos.
 

11 de Marzo de 2015, 15:56:57
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TswordZ

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28 de noviembre de 2944

Casi medio mes ha pasado desde mi última entrada. La pérdida de la carga arruinó todos mis planes y me dejó en una mala situación. Mis compañeros me entendieron y me dieron más tiempo para que les devolviera el dinero que les había pedido (Y bueno fue que haya decidido pedir pequeñas cantidades a varios mienbros que un gran préstamo a un par, que ahí hubiese sido más complicado el ir cancelando deudas). En forma de agradecimiento, les invité a un par de rondas de cerveza a mi cuenta. Aunque económicamente no era el mejor momento para hacer eso, había que agradecer el gesto de alguna manera. Además, había que relajarse un poco después de lo que había pasado. Pronto tendría que volver a ponerme manos a la obra con lo que tenía en ese momento, que no era mucho.
Y sí, después de un par de días en el astillero, mi Aurora LN estaba nuevamente operativa. Las armas habían sido bastante dañadas, pero pudieron ser reparadas. El casco se vio bastante afectado, pero dada su resistencia no hubo que hacer reparaciones interiores, lo que aceleró el proceso al tener que reemplazar planchas de metal más que nada. Afortunadamente habían piezas de sobra para la reparación, por lo que sólo me cobraron la mano de obra, que al ser miembro del clan y haber colaborado en el transporte de piezas anteriormente, me salió bastante barato. Muy adecuado pues en este momento requería de cualquier crédito que pudiera conseguir para ponerme nuevamente a trabajar.
Tomé para empezar un par de trabajos como escolta ligera para unos transportes. La paga no era mucha pero esos días anduve con suerte y no fuimos atacados, por lo que la ganancia fue casi completa, descontando sólo el combustible. Aproveché el último viaje para transportar unas cajas de módulos electrónicos. Poco peso y buen valor. No haría mucho dinero, pero había que aprovechar lo más posible el viaje y las pequeñas cajas podían entrar en la cabina y ser afirmadas con unos cables sin mayores problemas. Con las ganancias recuperé el par de misiles que había gastado durante el combate contra la cutlass pirata y me quedó un resto para comprar otro pequeño contenedor con herramientas, el cual podría vender en el mismo planeta donde estaba el hangar de la organización.
Ya de vuelta, y con un poco más de créditos en la cuenta, instalé el Stor-All de fábrica a la nave y me dispuse a recomenzar mi labor comercial. Viajando por rutas seguras, pues ya no estaba en situación de arriesgarme demasiado, pude conseguir suficientes beneficios para pagar la mayor parte de la cantidad adeudada. Hice una pausa en mis viajes con motivo de mi cumpleaños, que celebramos a lo grande en la taberna, pues este mes estaba bastante llenito de festejados. Mucha torta y buenas becarias y cerveza. Una excelente forma de relajarse y olvidarse de la rutina.
Un par de días después ya había pagado todas mis deudas y comenzaba nuevamente a obtener beneficios. Chequeando mi mobiglass reparé en que se había cumplido un nuevo aniversario de la salida de Half-Life 2, un juego mítico del siglo 21, de cuya tercera parte se levantaron enormes teorías conspirativas y paranoicas que ni los illuminati. Divertido por todas las imágenes y comentarios al respecto, los viajes de ese día se me hicieron bastante cortos. Miré con una sonrisa mi cuenta bancaria, que ya tenía un cero más, antes de emprender el viaje de vuelta a la base.
Por desgracia, las buenas rachas no suelen durar demasiado, y un trío de piratas me interceptó a la salida del planeta. No había mucha seguridad cerca, pero yo tampoco llevaba nada de carga. Al hacerles notar eso, los piratas reaccionaron de mala manera y comenzaron a disparar. Afortunadamente, un escuadrón de hornets de la organización volvía de su misión de escolta. Tan pronto recibieron mi señal de socorro volaron raudos hacia mi posición, ayudándome a enfrentar y eliminar la amenaza. Acompañado por aquella fuerte escolta, y tan sólo con daños menores, nos dirigimos hacia la base, prometiéndoles un par de rondas de cerveza en agradecimiento por la ayuda prestada.
Y con un buen timing ocurrió, ya que al volver nos encontramos con que se estaba celebrando un aniversario más de nuestra organización. ¡Con todo el apuro por recuperar la inversión se me había olvidado! Decidí aprovechar los festejos y unirme. Después de todo, lo más apremiante, que era pagar las deudas, ya estaba hecho, así que bien podía disfrutar de la ocasión. Fueron tres días de gozo, cerveza, asado, risas, bellas becarias y música. La duración extendida fue para darles tiempo a los rezagados a llegar, y también para festejar a los cumpleañeros que caían cerca de la fecha.
Ya luego de los festejos había que volver al trabajo. La rutina lentamente iba haciéndose su espacio mientras iba de aquí para allá, comerciando y haciendo encargos. Esta vez opté por reunir un colchón de dinero mayor antes de empezar a invertir nuevamente en la nave. Me arriesgué mucho la vez anterior y quedé en números rojos. No quería que sucediera lo mismo.
Y bien me salió la jugada, aunque por otro motivo: Resulta que, revisando el panel de anuncios en uno de los viajes de transporte, supe que RSI estaba haciendo un remate de una gran cantidad de unidades de Auroras. Debido a que se habían mandado a reparar ya no podían ser vendidas como naves nuevas. Eso no me importaba. Una nave casi a mitad de precio era una oportunidad que no podía desaprovechar. Busqué en el mapa estelar la tienda de RSI más cercana y enfilé mi nave hacia allá. Podría comerciar más tarde. El duplicar la flota era más importante ahora.
« Última modificación: 08 de Octubre de 2015, 13:45:13 por TswordZ »
 

21 de Marzo de 2015, 16:20:21
Respuesta #13

TswordZ

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01 de diciembre de 2944

Bueno, al final mi aventura en RSI resultó bastante provechosa. Salí de la concesionaria siendo el nuevo propietario de una flamante Aurora LX. Y destaco lo de flamante, pues con la alegría por el buen resultado de la operación decidí celebrar con una cervecita, pero en una mala maniobra al esquivar a un altanero en una 300i que pasaba por la órbita del planeta sin importarle los demás, derramé el preciado líquido sobre los controles, generando un pequeño incendio. Afortunadamente pude apagarlo a tiempo (junto con todos los sistemas) antes de que la cosa pasara a mayores.
Mientras flotaba a la deriva en el espacio me puse a apreciar mejor el interior. La verdad esperaba que al ser la versión «Deluxe» ésta tuviera algunos adornos en metales valiosos o siquiera terminaciones de madera en algún lado. Cierto que la inclusión de asientos de cuero era de agradecer, pero ya llevaba disfrutando de ello hace casi un año, cuando instalé uno en mi vieja LN.
Aunque era verdad que al final de lujo la nave tenía bien poco, visto de otro modo, si eso encarecía el precio final no me hubiese resultado tan conveniente, y es que además pillarla por menos de la mitad de precio normal fue toda una ganga.
Mirando el vacío del espacio me puse a pensar en mi vieja Aurora. Había ordenado que la llevaran de vuelta a mi hangar. Probablemente les tomara uno o dos días, pensé. No había apuro. Entonces sólo quería probar mi nueva adquisición. Pero la verdad era que, dado todo lo que habíamos pasado junto a mi LN, me costaría mucho deshacerme de ella, incluso teniendo una nave mejor como una versátil Freelancer. O una espaciosa Connie. Wow, la idea de ser dueño de una y pasar de transportar pequeñas cargas a pedidos mayores me hizo estremecer de emoción. Cierto que el transporte pesado es bastante lucrativo, pero también algo más peligroso por lo tentadoras que son las connies, en especial las Taurus, para los piratas y demás escoria del espacio. Sacudí la cabeza para despejar un poco mi mente. Aunque era una meta apetecible, aún quedaba mucho para hacerla realidad. Miré un momento hacia atrás. Aunque pequeñas, las Auroras de algún modo seguían siendo acogedoras. Y sí, aunque no pudiera cargar demasiado, al menos si transportaba una carga valiosa pasaría más inadvertido que si fuera en una connie o una lancer. Con una sonrisa volví a encender los sistemas. Ahora tenía un pequeño dilema: Era el dueño de dos naves, pero no podría utilizar ambas a la vez. Y al ser similares tendría que escoger una. Mientras aceleraba para volver a casa decidí que no podría abandonar mi vieja Aurora. Arreglaría un poco esta LX y luego la vendería. Con el dinero quizás pueda comprar otra nave en no muy buen estado y luego, ya con mejor aspecto y reparada, venderla a un precio mayor. No estaría mal. Sería otra entrada de dinero aparte del comercio que hacía habitualmente. Comencé a revisar los sistemas y demás para ver qué podría necesitar mejora mientras desviaba la ruta a un proveedor de piezas conocido que tenía. Ya había tratado varias veces con él, por lo que solía hacerme pequeños descuentos. Quizás luego de invitarlo a unas buenas cervezas pueda conseguir que acepte que le pague en cuotas más pequeñas, lo que me permitiría recuperar la inversión más rápido. Suerte que esta nave aún traía su motor de salto instalado y operativo. Anoté las coordenadas en el NavDrive y, mientras la nave tomaba su nuevo rumbo, continué revisando el coste de las piezas y meditando sobre lo que podría mejorar de ella para obtener el máximo beneficio.
 
Los siguientes usuaríos te invitarían a una cerveza por este mensaje: Rafa _Too Wild

19 de Mayo de 2015, 16:09:37
Respuesta #14

TswordZ

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wow, creo que he dejado esta historia abandonada mucho tiempo. Mejor ponerse al día con las fechas  :;):

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22 de diciembre de 2944

Vaya, casi un mes he dejado tirada esta bitácora. Cierto que he estado un tanto ocupado, pero tengo que esforzarme en tirar alguna línea de vez en cuando siquiera. Ya casi es Navidad. Se puede ver el espíritu festivo en todas partes, pero en especial en las tiendas, que se aprovechan de cualquier cosa para intentar aumentar las ventas.

No los culpo. Aunque la festividad original aún se recuerda, cosa impresionante considerando que han pasado casi tres milenios, son muchos los que apenas tienen alguna idea del origen y sólo piensan en disfrutar de las festividades. También es cierto que otros eventos han pasado a tomar su lugar en estas fechas. Por mi parte, en estas fechas me pongo a pensar más de lo habitual respecto a la vida y la muerte, pues ya he cruzado la línea parcialmente varias veces, y eso hace que uno tome una nueva perspectiva de las cosas, en mi caso, algo más pragmática.

Por otro lado, en este último tiempo hemos tenido un aumento en el número de nuevos miembros en la organización. Normalmente venían una o dos personas a la semana a pedir unirse, ¡pero este mes incluso vinieron cinco en un sólo día! Cierto que nuestro nombre se oye en varios bares y otros lugares, pero parece que este año ha ido aumentando un poco nuestra notoriedad. Eso es bueno, en cierta medida, ya que posiblemente nuestros miembros puedan conseguir mejores contratos con las corporaciones... aunque el tema de las recurrentes peleas de bar podría afectar negativamente... Bueno, esas trifulcas no suelen ocurrir en medio de una misión, así que supongo que no importará mucho en tanto el trabajo esté bien hecho.

En otro orden de cosas, los chicos de Original Systems lanzaron la versión completa de su simulador Arena Commander. Ya con la versión 1.0, al fin me es posible hacer simulaciones con la variante LN. Esto me permitirá ir cogiendo más práctica en simulaciones de combate sin arriesgar mi pellejo ni el de mi nave. En Original Systems prometen seguir mejorando y añadiendo cosas, lo cual me alegra bastante. De hecho, apenas pude esperar para instalar la actualización en la computadora de mi nave. Eso sirvió para traerme de vuelta a la realidad: Con toda la alegría había olvidado que nunca actualicé mis sistemas, así que seguía teniendo problemas para renderizar tal potencia gráfica y sonora, arruinando la inmersión. Di un largo suspiro de decepción. De nuevo el simulador era más grande de lo que podía manejar, pero luego me relajé. Eran épocas felices, los negocios estaban resultando como debían y seguro podría conseguir que algún amigo con mejor equipo me deje dar unos tiros en la cabina de su nave. Aunque primero tendría que esperar a que acabe la fiebre de la novedad. Sin mucho más que hacer, pasé el resto del día en la taberna, junto a varios compañeros más con el mismo problema. No es que el Arena Commander sea una prioridad, pero como preparación y diversión no es mala opción. De todos modos, siempre hay algo que te anima en la taberna. El ambiente alegre y distendido sube los ánimos apenas se entra.
Había varios compañeros, y algunas personas ajenas a nuestro grupo. No importaba esto último. Bien se podía conseguir información o nuevos trabajos con posibles contactos, aunque esta vez no hallé nada de eso. Por tanto, decidí aprovechar mi vuelta a casa para descansar un poco por las fiestas. Al menos hasta que consiga un encargo de transporte bien pagado que pueda llevar a cabo el dueño de una humilde Aurora LN.