by _-Caleb-_ on Vie Sep 27, 2013 0:40:18
Buenas chicos, os pongo unas cosillas que escribí hace un par de años... espero que os gusten Happy Veréis que el tono es totalmente anti-sistema pero así soy yo, un perroflauta disfrazado de piloto espacial :P
- MÓDULO 2 -:
Se levantó nervioso, como solía hacerlo en los últimos tiempos, no era para menos viviendo la época que le tocó vivir, guerra tras guerra, crisis tras crisis, el planeta moría y nadie parecía verlo, ahora parecía que varias naciones se habían unido para crear la primera colonia espacial en La Luna, que se aleja cada vez mas y mas de nuestra fuerza gravitatoria, como el hijo que huye de su moribundo padre, la lanzadera “Horizonte” estaría preparada para despegar en algún momento de ese año, mientras el proyecto “Tunel Blanco”, que establecía colonias humanas en las profundidades marinas llevaba varias décadas implementado, pero la humanidad vio con gran desconfianza esta a raiz de “la” misión, ahora que lo pienso, solo vió la superficie una vez, suficiente para llevar a cabo esa misión suya, fue por mera curiosidad y desde luego no vió el patio que nos enseñan al subir, la visita guiada de las ruinas…
Amely, su esposa, y el no atravesaban un buen momento y el le prometió sacarla a la superficie a pasear, fuera cual fuera el estado de la superficie sería mejor que la colonia submarina, mejor que las minas, ella siempre se mostró reacia a esa idea pero concedió su deseo, esperando que su relación mejorase y creo, que esperaba ese momento especial para anunciar al hijo que esperaban. Siempre pensaba mucho las cosas, casi hasta el punto de que fuese demasiado tarde, si hubiera vivido lo suficiente habría tardado semanas o meses en decírselo.
Como bien puede imaginar, todo fue un rotundo fracaso, se colaron por un ascensor de servicio, todos sabemos cual es el castigo por salir a la superficie sin autorización, ¿Sabe qué me contó de lo que vió? No habían ciudades destruidas, erosionadas por el tiempo que nada lo perdona, no, las ciudades estaban intactas, así como sus ciudadanos, “¿Vivimos una mentira?” Eso me contó que dijo, no le dio tiempo a responder, no pudieron avanzar ni hasta la salida del ascensor para contemplar la megalópolis en toda su extensión cuando empezaron los disparos, al caer, intentó proteger a su mujer con su cuerpo, ella, mientras caía decía unas palabras que matarían el alma de cualquier persona, “Protege a nuestro bebe”, puñales mas que palabras, clavados una y otra vez sobre el mismo punto de su pecho, tras caer el ascensor volvió a bajar, al abrirse la puerta 2 doctores esperaban la mercancía, carne muerta que abonaría los campos, o al menos eso se dice.
Por lo visto al primero no le dio tiempo a reaccionar, según me contó, un puñetazo en la traquea acababa con su vida de manera trágica y lenta y, mientras el segundo intentaba dar la alarma sintió un dolor estrepitoso en la nuca, una bombona de oxígeno, ¿o era de butano? no importa, tras el único golpe, nada.
Tras huir volvió a casa, y ahí entro yo, al escuchar los gritos de auxílio le ví lleno de sangre, con Amely aun entre sus brazos y me contó lo que había ocurrido, así que yo le cubrí las espaldas, mientras el llevaba a cabo “esa” misión yo vine aquí gritando que en la superficie había vida. Agente, fue un error por su parte la falta de previsión ante estos casos, un hombre, un minero al que se le acaba de arrebatar a su familia por proteger una mentira, voy a repetir el hecho de que es minero y a recalcar que cualquier minero dispone de un relativamente fácil acceso a explosivos.
- No soy un agente, soy el Jefe de Seguridad del módulo 3 de la 4ª colonia submarina atlántica y su vecino, su amigo, o lo que mierda sea acaba de matar a casi 2500 personas importantes, mas importantes que cualquiera de nosotros.
– ¿Mas importantes que para un padre su hijo? A partir de ahora, agente - dije con un tono bastante sarcástico - podemos si quiere saltarnos este trámite, se el final que me espera y se que no será bonito, ¿Ha explotado el módulo 2? ¿Con personal político, altos cargos militares y sus familias? Usted ya lo sabrá pero vivimos en una mentira, ni la superficie es inhabitable ni mucho menos es inhóspita, solo que la gente como usted vive arriba y la gente como yo abajo, unos saben de la existencia de los otros y los explotan en los trabajos que ellos no quieren, sin embargo los otros no saben de la existencia de los unos, un trato demasiado injusto entre iguales. Desde luego esas muertes… son una tragedia, ¿o no? – Con esa sonrisa burlesca, con esa sentí el frio metal apoyándose en mi nuca.
Un único disparo.
Fuente: Noticias de mediodía, módulo 3, 4ª colonia:
Cita:
Las autoridades nos informan de que el suicida, cargado de explosivos estaba resentido con los mandatarios del módulo 2 debido a unos roces laborales con el jefe de su mina, el señor Jeff Harris, muerto en la explosión, ahora nosotros nos preguntamos, ¿Merecían morir tantas personas solo por que un loco psicótico tuviera un problema con su jefe? Juzguen ustedes mismos.
En otro orden de cosas; los análisis recientes del aire de la superficie indican que una exposición prolongada, de mas de 5 minuto podrá ser causa de muerte radioactiva debido a la cercanía de un antiguo super-reactor nuclear que explotó hace unas horas, se han suspendido todas las excursiones indefinidamente hasta nuevo aviso.
Vivimos para mantener a otros, ¿Es que nadie lo ve?
Trabajamos para mantener a las clases en su posición ¿Quién trabaja para si mismo?
Trabajamos para entregar nuestro sudor a cambio de basura. ¿Quién tiene, mucho o poco, pero sabiendo que es suyo íntegramente?
Nos han hecho creer durante años que trabajando duro, podemos ser como ellos, dando esperanzas vacías a gente ya sin espíritu, el sudor de la frente, el dolor de la espalda, las manos agrietadas y su recompensa, entregada a ellos, a cambio de un simple, gracias, cuando se dignan a darlo.
Ya va siendo hora, de salir a la superficie. Vivimos una mentira, ¿Es que nadie lo ve?
Hemos perdido el valor para preguntarnos que hay tras la capa de noticias falsas, que hay realmente allá arriba.
- ABRO LOS OJOS, GRITO -
Nadie recuerda cuando empezó la guerra, aunque todos conocemos el por qué, el control de los recursos que le quedan al planeta, ya desde el Siglo XX se viene hablando de la escasez de recursos y la super población, si sumamos esto al resto de problemas, calentamiento global, con la independencia de La Luna y de Marte y su negativa a ayudarnos, tenemos un lugar caótico al que los jóvenes de mi generación llamamos hogar. Me pregunto cómo sería el mundo hace 600 años, de pequeños estudiamos las estaciones que habían en el planeta hace varios siglos, ahora solo hay calor, por todos los rincones del mundo solo calor, casi no llueve y los alimentos y el agua potable escasean para todos, con todos estos factores la población mundial está diezmada, pero nosotros seguimos luchando…
Abro los ojos, a mi alrededor suenan las explosiones de las granadas y los morteros, esta vez la batalla es contra el continente Americano, quieren conseguir el agua dulce de algunos lagos de Europa. Cojo mi fusil de francotirador, lo miro, es gracioso, cientos de años de avances tecnológicos y las armas siguen funcionando igual; percusión, deflagración, la bala sale disparada y la vaina sale por la ventana de expulsión, se carga de nuevo y vuelta a empezar .
Miro lo que me rodea, un paisaje cercano al que fue El Gran Cañón del Colorado americano, antes de la gran guerra, claro está, ahora es el desierto del Colorado. Mire donde mire es todo seco, abrupto, así es ahora el 80% del mundo, delante de nosotros un batallón de infantería, cientos de enemigos, igual de predispuestos a morir que nosotros a la carga, los trajes no son de camuflaje, no es práctico, ellos van de un azul y nosotros de lila, no se que significan los colores, no me interesa demasiado, cerca de donde nos encontrábamos alguien grita:
– ¡Francotirador, mortero en coordenadas 76-Zulú-X-2!
Los veo, 2 enemigos, apunto, disparo, cae uno, el otro mira a su compañero caer, vuelvo a disparar, cae el segundo. Vuelven a gritar:
– ¡¡Infantería, a la carga!!
Cambio de fusil, cojo uno de asalto y me lanzo al ataque con el resto de soldados, durante la carga veo caer a algunos, algunos conocidos, malos soldados, los buenos no mueren.
El combate es muy intenso, ruido por nuestra espalda, resuenan los ecos de unas decenas de ABIS dispuestas de entrar en combate a nuestro lado, armaduras biomecánicas, de unos 3 metros de alto con munición de muy alto calibre y misiles tierra-tierra en lugar de brazos.
Les abro paso, nos adelantan a la carrera, imponentes, el blindaje es impenetrable con las armas convencionales, en medio de la formación enemiga varios vehículos blindados automáticos salen a su encuentro, son como las ABIS pero en vez de llevar piernas humanoides van con ruedas blindadas, lo recuerdo de la academia, me obligo a recordarlo, “…miden 2.4 metros de alto y disponen de munición de corto alcance, pueden enfrentarse a una ABIS y eliminar un batallón enemigo en minutos.”, extremo las precauciones, la batalla es encarnizada, tengo que tener cuidado, a parte de con las balas y las granadas, con los trozos de metal y metralla que generan esos enfrentamientos entre colosos.
Al contrario que las guerras de antaño, las batallas no las dirigen expertos estrategas, son los políticos, que ahora también son el mas alto mando militar, quienes dan las órdenes desde el puesto de mando, las guerras por el honor se acabaron, ahora las guerras son por la supervivencia, los grandes actos de heroismo quedaron en el pasado, esta es la guerra moderna, la que todo joven sueña con luchar, sucia, polvorienta, en lugares remotos.
El zumbido de las minas anti-aéreas enemigas «Abeja» nos prepara para lo que va a ocurrir, las Abeja son como las minas submarinas de hace siglos, solo que el mar es demasiado tóxico para luchar, demasiado tóxico incluso para mojarse la piel sin riesgo a una infección grave, las bolas llenas de explosivo con hélices emprenden el vuelo esperando cazar algo.
En solo unos instantes cientos de sombras nos cubren por unos segundos del sol abrasador seguidas por un casi inaguantable estruendo, nuestras naves «Gorrión», o como les conocíamos, PyR (Pequeños y Ruidosos)
Nos sobrevuelan disparando a las minas, veo abejas en dirección a los PyR, caen 2, 10 hacen pasadas rasantes contra el batallón enemigo.
Los PyR, grandes naves sin duda, superiores a las armas de cualquier otro ejército del mundo, pensadas para un solo uso, grandes ráfagas a mucha distancia durante mucho tiempo. Su morro redondo y chato es en realidad una ametralladora que acaba con cualquier cosa a la que alcance, la pintura plateada de tono lila, nuestro color, giros y maniobras que casi desafían las leyes de la física, un gran espectáculo sin duda.
Miro hacia el bando enemigo, han sufrido grandes bajas, de infantería y de blindados, malos soldados, seguro. Lanzamos la segunda carga y vamos a tierra evitando el fuego enemigo.
El soldado de mi izquierda se recuesta sobre una piedra que nos hace de cobertura, me suena su cara, creo que no se su nombre, le falta un brazo, no se queja, sigue luchando, me mira de reojo, al final cae, otro mal soldado.
Lanzo varias granadas con carga electrónica, puede desconectar nuestras ABIS pero seguramente desconectará un par de blindados enemigos, funciona, me lanzo sobre los blindados y disparo a bocajarro a sus ocupantes, seguramente jóvenes como yo, que como yo arden en deseos de luchar en esta guerra, al darme la vuelta no puedo reaccionar, un soldado enemigo me tiene encañonado a aproximadamente 10 metros, ¿qué hago?, no se de donde ha salido, antes de poder levantar mi arma oigo el disparo y a cámara lenta veo acercarse la bala hacia mi pecho, intento saltar, mi vida, no se proyecta como una diapositiva, solo pienso que puede dolerme, es tarde, caigo.
Abro los ojos, grito, escucho mi sollozo como un eco lejano, me duele el pecho, me miro, a mi alrededor los terminales de datos que nos enlazan a los robots humanoides que manejamos en batalla, levanto la mano, sudo, viene el operador, tras el viene el dirigente de la sala, ministro de economía, me recuerda lo cara que ha salido mi muerte y se marcha, soy mal soldado, debo serlo, los buenos no mueren, me dan acceso a otro robot de aspecto humano, cierro los ojos. ¿Qué hice mal?
Abro los ojos y así lo haré cada día del resto de mi vida, cumplo condena luchando por otros, muriendo una y otra vez por las ideas de otros, aun siendo de la opinión es que es mas fácil compartir recursos que gastarlos construyendo máquinas que luchen por nosotros. Creo que para los gobiernos es mejor que los soldados mueran de crisis nerviosas o suicidio, el 90% de la raza humana lucha, así se puede controlar la densidad de población, respiro hondo, me preparo. Conexión establecida.
Vuelvo al lugar del combate, apunto, mi enemigo está de espaldas, disparo, cae, a mi derecha una ABI explota, lo observo, recargo, tras la figura de la ABI un blindado me dispara ráfagas, intenta apuntar, corro, el blindado salta por los aires, un gorrión me sobrevuela, da un giro brusco de 180 grados sobre su morro y va a otro lugar del campo de batalla, el sonido de esas naves me ensordece, lo miro marchar, calor en mi espalda, mientras tropiezo me giro y veo el puñal y la mano que lo empuña, vuelvo a caer.
Imagino, que es mas cómodo luchar hasta la muerte cuando lo que muere, no eres tu.
Abro los ojos, grito…..