Autor Tema: 17.01.2948 / EMPIRE REPORT: VARADO EN ESPACIO VANDUUL  (Leído 1345 veces)

24 de Enero de 2018, 00:27:40
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Havok Specter

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  • En el espacio impera la ley del oeste


BECK: Bienvenidos a Empire Report y gracias por acompañarnos. Soy Beck Russum.

ALAN: Y yo soy Alan Nuevo. Comenzamos el programa de hoy dirigiendo nuestra atención al frente vanduul. Aunque al público se le suelen contar historias de grandes logros y hazañas, las increíbles historias personales de los astronautas encargados de la protección del Imperio suelen ser pasadas por alto.

BECK: Victoria Hutchins está en el sistema Kilian para traernos una de estas historias en la que conoceremos el increíble viaje de regreso a casa de un piloto de combate de la Armada de la UEE.

VICTORIA: Puede que este gigantesco hangar en Osha no tenga un aspecto demasiado espléndido, pero para los miembros de las fuerzas militares y sus familiares directos no existe un lugar más agradable en toda la UEE. Es aquí donde, un día por semana, los astronautas descienden de los transportes tras haber completado sus periodos de servicio en algunos de los rincones más peligrosos del universo para reunirse con sus familias. Si bien estas vueltas al hogar suelen estar repletas de seres queridos sujetando con emoción carteles escritos a mano, amables funcionarios del gobierno e incluso una banda militar, el regreso ayer por la noche del teniente comandante Liam Nealey fue un asunto muy diferente. La pompa habitual quedó aparcada, mientras una nave de apoyo que normalmente sólo transporta suministros entraba en este hangar con el teniente comandante Nealey a bordo. Sólo su esposa, Anaya, su hija, Gabija, y unos cuantos oficiales militares de alto rango estaban presentes. Este emotivo regreso a casa fue preparado específicamente para el piloto, quien apenas unos días antes había sobrevivido a algo inimaginable: quedar atrapado a solas en espacio vanduul.

A Empire Report se le ha concedido una entrevista exclusiva con este piloto para que pueda contarnos su angustiosa historia.

LIAM NEALEY: Gracias por hablar conmigo. Para serles completamente sincero, hubo un momento en que pensé que jamás volvería a estar aquí.

VICTORIA: Puede que el increíble viaje de regreso a casa del teniente comandante Liam Nealey haya terminado sano y salvo en este hangar, pero empezó en el frente vanduul. Como piloto condecorado con centenares de misiones y docenas de derribos confirmados en su haber, Nealey sabía que un encuentro con el enemigo era posible cuando despegó del UEES Ammit.

LIAM NEALEY: Nos habían encargado hacer un barrido de reconocimiento. Inteligencia Militar quería actualizar sus mapas y se suponía que el sistema estaba deshabitado. Pues bien, no lo estaba. Resulta que un clan pequeño se había establecido en él para pillar recursos. Nos topamos con ellos nada más salir del salto. Yo ya me las había tenido antes con los duul, pero ese día las cosas fueron diferentes. Nos habían pillado pero bien. A dondequiera que yo me dirigiera, ellos me cortaban el paso y seguían machacando mis escudos. Superada en armas, mi escuadrilla no tuvo ninguna posibilidad.

Sabía que cuando me quedara sin escudos no duraría mucho, así que les lancé todo lo que tenía. Cuando mis escudos se agotaron, sólo me quedaba una contramedida. Fue entonces cuando viré en redondo y apunté mi morro justo por debajo de los restos de ese Driller que de alguna manera habíamos conseguido destruir.

A decir verdad, no llegué a pensar en lo que estaba haciendo. Fue todo adrenalina e instinto.

Afortunadamente, calculé bien mi maniobra. Giré a la izquierda, solté esa última contramedida y salí eyectado, esperando que me perdieran de vista entre el espectáculo de luces. Ni siquiera llegue a mirar atrás para ver si mi nave llegaba a estrellarse, me limité a seguir moviéndome hasta que estuve dentro de esa nave vanduul destruida.

VICTORIA: Incapaz de saber si aparecería en los escáneres de los vanduul, el teniente comandante Nealey se abstuvo de transmitir inmediatamente una llamada de socorro. En vez de eso, recurrió a las tácticas que había aprendido durante su instrucción en Supervivencia, Evasión, Resistencia y Fugas para mantenerse con vida. Se mantuvo constantemente en movimiento y, lo más importante de todo, intentó controlar su respiración.

LIAM NEALEY: Resulta mucho más difícil hacerlo cuando te estás moviendo por dentro de una nave capital vanduul reventada. No sabría decirte cuántas esquinas giré para darme de cara con un duul muerto. Nunca había estado antes tan cerca de uno de ellos y espero no volver estarlo nunca más. La verdad es que no sé cómo lo soportan los marines.

VICTORIA: Cuando el teniente comandante Nealey se sintió seguro de que no le estaban rastreando, dirigió su atención al siguiente paso: ser rescatado.

LIAM NEALEY: Transmití una señal de socorro, pero nadie respondió. Eso significaba que todo el mundo estaba demasiado preocupado por salvar su propio pellejo, o muerto. La única manera de saberlo a ciencia cierta era dar un vistazo.

VICTORIA: Nealey corrió el riesgo de salir de la nave destruida. Lo que vio confirmó sus peores temores.

LIAM NEALEY: Había restos por todas partes, pero eso era todo. La batalla había terminado y yo estaba solo.

Sentí que me dominaba una oleada de pánico. Ése fue el momento en que pensé que no volvería a ver jamás a mi familia. El Ammit estaba a todo un sistema estelar de distancia y no había ninguna manera de hacerles saber lo que había ocurrido. Pasarían horas antes de que considerarán que mi escuadrilla llevaba demasiado tiempo sin volver y organizaran una operación de rescate.

Por suerte, mi entrenamiento se hizo cargo. Unos cálculos rápidos demostraron lo que yo ya sospechaba. Mi traje no disponía de oxígeno suficiente para poder sobrevivir hasta que el grupo de rescate llegara al sistema.

VICTORIA: El teniente comandante Nealey se hallaba ante un difícil dilema. Necesitaba oxígeno para sobrevivir, pero el esfuerzo físico de buscarlo sólo serviría para aumentar el consumo de sus reservas. Lentamente, avanzó por entre los restos flotantes buscando cualquier fuente de O2 que hubiera sobrevivido a la destrucción.

LIAM NEALEY: Todos los restos de naves voladas en pedazos parecen tener la misma pinta. Algunas veces desperdiciaba un tiempo valioso desplazándome hasta un campo de escombros sólo para descubrir que se trataba de una nave vanduul.

VICTORIA: Nealey no tuvo mucha suerte en su búsqueda de O2 flotando en medio de los restos, lo que le obligó a dar un giro macabro a su tarea.

LIAM NEALEY: El único sitio donde yo sabía que podía encontrar O2 era... bueno, conectado a otros trajes de vuelo. Encontrar cuerpos de astronautas pasó a ser mi prioridad. Fue duro inspeccionar los cadáveres de pilotos a los que yo había entrenado y llegado a conocer bien. Apunté sus nombres, rangos y localización exacta. De esa manera, si yo sobrevivía, podría asegurarme de que ellos también volverían a casa.

VICTORIA: A medida que el teniente comandante Nealey registraba exhaustivamente el campo de escombros, sus reservas de oxígeno seguían disminuyendo lentamente. El poco O2 que logró hallar añadió unos valiosos minutos a su vida, pero se le seguía agotando el tiempo.

LIAM NEALEY: Pensé en dejar de buscar para centrarme en conservar mi O2, pero seguiría agotándose antes de que movilizaran un grupo de rescate. Me sentía cada vez más desesperado y teniendo que inspirar cada vez más hondo para conservar la calma.

Fue entonces cuando vi ese Gladius en bastante buen estado flotando a lo lejos. El fuselaje estaba acribillado con disparos de plasma pero, por lo que yo alcanzaba a ver, la carlinga parecía en su mayor parte intacta. Me arriesgué a salir al descubierto más tiempo del que probablemente sería prudente. Mientras me acercaba al caza, me fijé en que la cubierta estaba abierta pero la carlinga y la consola de mandos seguían de una sola pieza.

VICTORIA: Nealey subió a la carlinga y cerró la cubierta. Consciente de que su vida pendía de un hilo, aguardó un instante y luego empezó a activar los sistemas de soporte vital.

LIAM NEALEY: El corazón casi me estalló de alegría cuando los sistemas se encendieron. No sé qué habría hecho si no hubieran funcionado.

VICTORIA: Milagrosamente, lo hicieron. El sistema de soporte vital bombeó O2 a su traje.

LIAM NEALEY: En ese momento fui plenamente consciente de lo que eso implicaba. La comprensión de que era posible que sobreviviera me abrumó. No sé lo qué hice para tener tanta suerte.

VICTORIA: El teniente comandante Nealey permaneció en la carlinga esperando pacientemente hasta que estuvo convencido de que ya habría un grupo de búsqueda en camino. Calculó el tiempo que les llevaría despegar, viajar hasta el punto de salto y atravesarlo. Temía que transmitir una señal de socorro demasiado pronto sólo sirviera para atraer a los vanduul, quienes es sabido que suelen regresar a los lugares donde ha tenido lugar una batalla para buscar restos aprovechables.

LIAM NEALEY: Afortunadamente, calculé bien el momento. El grupo de búsqueda no llevaba mucho tiempo en el sistema cuando yo transmití mi primera señal de socorro. Ver al grupo de rescate salir de velocidad cuántica justo delante de mí fue uno de los mejores momentos de mi vida. Significaba que yo iba a volver a casa.

VICTORIA: Y en casa es donde está ahora exactamente el teniente comandante Nealey. Tras ser rescatado, ayudó a localizar los cuerpos de los astronautas que había hallado durante su búsqueda. Su coraje fue merecedor de alabanzas por parte del Mando Supremo, quien le concedió un permiso temporal para descansar y recuperarse al lado de su familia.

En cuanto a su futuro, los oficiales navales le han ofrecido un puesto docente en la academia, y aunque Nealey afirma que todavía no ha tomado una decisión definitiva, cuando le preguntan sobre sus planes para el futuro, su mirada se vuelve intensa.

LIAM NEALEY: Bueno, lo que puedo deciros ahora mismo es que nuestra misión contra los vanduul no ha terminado, y es evidente que yo no soy uno de los que se dan por vencidos.

VICTORIA: Aquí Victoria Hutchins, informando desde Osha. Esto es todo, Alan y Beck.

BECK: Gracias, Victoria.

ALAN: Qué historia tan increíble.

BECK: Totalmente. De parte de un Imperio agradecido, gracias por su valentía, teniente comandante Nealey.

ALAN: Tenemos que hacer una breve pausa. A nuestro regreso, nos dirigiremos al sistema Ellis con el periodista deportivo Colt Legrande para saberlo todo acerca de unas cuantas reglas y regulaciones nuevas para la Copa Murray de este año. Eso y mucho más cuando Empire Report esté de vuelta.



Traducción por Vendaval en Ciudadano Estelar.
https://robertsspaceindustries.com/comm-link/spectrum-dispatch/16372-Empire-Report-Stranded-In-Vanduul-Space
 


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