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Relatos / Biografías / Re:Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 22:56:51 »
by Delan Conway on Dom Sep 15, 2013 12:44:47

Fecha estelar 2943.8.15


¡Dios mío, estoy metido en un lío! Uno de los gordos.

Hace tres días que Myke se sentó a mi mesa. Cuando lo hizo ni siquiera pude verle la cara. Por alguna extraña razón no podía apartar la mirada del insinuante vaho que se desprendía de su verdosa copa. Hubiese querido dar un trago, probar su sabor en mis labios pero él no me lo ofreció y yo no pregunté.

Ni siquiera sé porqué sentía esa apremiante necesidad. Supongo que mi mente estaba ansiosa de probar cosas nuevas o, tal vez, era porque sabía que aquel brebaje podría tumbar a un elefante y pasar cinco o seis horas sin pensar en los últimos mese de mi vida era un premio demasiado tentador.

De todas formas, Mike resultó tan bueno como el alcohol para tal menester.

Se acercó a la mesa y se sentó frente a mi en silencio. A pesar de no verlos, podía sentir sus ojos clavados en mi frente, como si en ella hubiera dibujada una diana.
Pasaron varios minutos, o puede que segundos, aunque a mi me parecieron horas, en los que ninguno habló, hasta que ya no lo resistí más. Despegué la vista de su vaso y le miré a los ojos. Eran duros, como si un tosco artesano los hubiera cincelado directamente sobre su cráneo. Llevaba barba de tres días y su olor era... Ni siquiera sé a qué rayos olía, pero no era agradable.

-Quiero estar... quiero estar solo.- balbuceé. Sin mediar palabra su presencia conseguía llevarme lejos en el tiempo, a unos años en los que éste mocoso que ahora os habla apenas se atrevía a cruzar media docena de palabras con su padre. No porque éste fuera malo con él, simplemente porque no sabía qué decirle. Lo mismo me ocurrió con MIke.

Ni siquiera tenía por qué estar allí. ¿Por qué debería saber qué decirle más allá de "lárgate de una maldita vez" algo que, jamás se me hubiera ocurrido decirle. Puede que mi camino fuera cuesta abajo, pero tampoco había porque pisar el acelerador. Sin duda Mike no parecía un tipo amigable, es más, parecía la clase de tipo que siempre lleva un cuchillo a mano por si tenía que zanjar alguna abrupta discusión. (De echo resultó que llevaba dos; uno enfundado en la manga de la chaqueta que salía despedido con un mecanismo fijado a su muñeca y el otro oculto en su bota derecha)

-Sé lo que quieres chico -me dijo- y por eso he venido.
-Tu no sabes nada de mí. - mis ojos volvían a saltar de aquí para allá, incapaces de fijarse en ningún punto concreto de aquel rostro.
-Oh, pero yo creo que sí.- dijo dando un sonoro sorbo a su bebida y recostándose sobre el respaldo de la silla- He conocido a muchos hombres con esa expresión tuya -añadió señalándome con gesto impreciso-Sólo que ninguno era tan joven como tu. ¿Quién sabe, puede que eso te ayude algo?
-¿Eso? ¿Ayudarme? ¿De qué estás hablando?
-No eres muy listo ¿verdad chico?- sus ojos le escudriñaron como si le estuviera evaluando.
De pronto fue como si toda la mierda por la que había tenido que tragar durante los últimos meses se solidificara en mi estómago. Dolía, pero con esa clase de dolor que te hace seguir adelante, que te obliga a embestir como un Swakc's cabreado contra todo lo que se cruce en tu camino.
-Mira hijo de perra, no sé quién coño te crees que eres para venir aquí y...
El hombre, lejos de romperme el vaso en la cabeza como hubiera cabido esperar, estalló en una sonora carcajada que hizo que grandes esputos verdosos volaran sobre la mesa.
Me dejó sin habla de nuevo.

-Vaya, resulta que tienes pelotas chico.- y, tendiéndome la mano, añadió- Mi nombre es Mike.
En un acto completamente reflejo, me vi a mi mismo estrechándosela y diciendo mi nombre. -Según lo veo, tienes dos opciones, o sigues atragantándote con esa porquería -dijo señalando la jarra de cerveza caliente-hasta que mees espuma o puedes venir conmigo. Me vendría bien alquien con tu... disposición,
-¿Disposición?
-Seré claro chico, necesito a alguien que le importe un carajo morir o vivir.
Una débil vocecilla en mi interior quiso gritar, escupirle a la cara y decirle que no quería morir, pero no había por qué mentir. Él sabía la verdad, y yo también. Así que acepté. Sólo pedí una cosa a cambio; que me diera un sorbo de su bebida. No pregunté por la misión, ni siquiera por la paga, sólo por la bebida.
Nunca fui muy listo.
Su sabor ácido me recordó al de la bilis. Bilius con alcohol de 90* una combinación ganadora en cualquier sistema conocido.

Terminé su bebida, dejé que pagara la ronda, y le seguí hasta el hangar.
Allí nos esperaba la Freelancer más andrajosa y deteriorada que hubiera visto jamás. El casco estaba oxidado y la pintura descarcarillada prácticamente en su totalidad. Tan sólo la sombra de un viejo logo parecía aguantar el tipo. Era un círculo azulado con el nombre Blue Star pintado en él con letras blanquecinas. A su alrededor, unas ondas, también blancas, rodeaban la circunvalación dándole al dibujo un aire casi místico. Pude ver cómo Mike lo observaba con orgullo y cierta tristeza.
Al acercarnos más en la nave pude vislumbrar más letras en el círculo. Habían sido erosionadas hasta casi desaparecer y la quemadura de un impacto las enmascaraba casi por completo, pero en ellas pude leer: SPACE COWBOYS.

Jamás había oído hablar de nada parecido y tampoco le di más importancia.

Para cuando la compuerta de la Lancer se abrió, ya había dejado de pensar en ello.

Pasamos a través del estrecho pasillo donde comprobé que las dos literas de la derecha habían sido sustituidas por una hilera de armas que se sujetaban de forma magnética al casco de la nave.
Fuera lo que fuera lo que aquel tipo tenía planeado, esperaba encontrar problemas. Problemas serios cabe añadir.
-¿Se puede saber a dónde vamos?
Mike no respondió, se limitó a sentarse en la silla del piloto y a indicarme que me sentara a su lado.
Lo hice.
Me abroché los cinturones de seguridad y le confesé que jamás había disparado un arma.
-Hasta un tonto sabe apretar un gatillo.
Era cierto, pero no era apretar el gatillo lo que me preocupaba, sino acertar al blanco antes de que él lo hiciera conmigo.
Para cuando descubrí que, en realidad, no tenía tantas ganas de morir como hubiera creído sentado en el bar, ya estábamos sobrevolando el hangar directos hacía algún lugar desconocido.

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Relatos / Biografías / Re:Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 22:56:34 »
by Delan Conway on Jue Sep 12, 2013 23:40:46

Fecha estelar 2943.8.12

Hace una semana que enterré a mi padre. Intento no pensar mucho en él pero es difícil. Hay demasiados recuerdos en esta casa, y todos duelen. Incluso los que deberían ser más alegres me atraviesan como un alfiler candente.

Esta semana he estado poco por allí. (digo esto y a mi mente me viene un lugar casi extraño, como si no hubiera pasado en él toda mi vida, como si n fuese mi hogar)Ahora mismo estoy escribiendo desde este bar. Ni sé cuántas horas llevaré aquí sentado, bebiendo una cerveza tras otra. Creo que si intento levantarme me caeré en redondo.

John ha estado llamándome toda la semana. Sé que está preocupado por mi, pero no quiero verle. ¿Estoy siendo egoísta? Supongo, pero no me importa. Después de lo ocurrido creo que me lo merezco.

Éste mediodía me ha llegado un holo-mensaje del jefe Pryus diciéndome que si no me presentaba mañana a las 7 al trabajo tendría que despedirme. Todos dicen que es un viejo capullo demasiado amargado pero se había portado bien con él. Ni siquiera le hizo preguntas cuando le dije que estaba enfermo. Era mentira y él lo sabía, pero no preguntó.
No le culpo, sé que todo tiene un límite, y él también tiene a jefes viejos y capullos mordiéndole el culo. Ha hecho lo que ha podido, no se le puede pedir más.
Sé que debería ir, que es lo que necesito, pero también sé que no lo haré. Mañana me levantaré con una resaca de escándalo y, tras tomar algo de desayuno, me tumbaré en el sofá con el
álbum de fotos que llevo manoseando toda la semana.

Hay un tipo curioso sentado en la otra esquina del bar. Esta tomando un bebida verdosa. O eso creo, la oscuridad juega con los colores en este lugar.

Me está mirando. Creo que lleva un buen rato haciéndolo.Imagino que un tipo que se pasa media tarde escribiendo debe destacar en este tugurio. Ni siquiera lo había pensado hasta este momento. ¿Qué pensaran los parroquianos?

¿A quién le importa? Supongo que a mi, en otra vida, pero ya no.

No sé hacía dónde se dirigirá mi vida, no sé qué camino me espera pero temo que esté empezando a deslizarme cuesta abajo a una velocidad que ya no pueda parar.

Me asusta y, sin embargo, es la primera vez que me siento realmente libre.

¿Qué haré con esa libertad? No lo sé.

Un momento, tengo que dejarlo aquí. El tipo de la bebida verde viene hacia aquí...

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Relatos / Biografías / Re:Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 22:56:16 »
by Delan Conway on Sab Sep 07, 2013 23:50:24

Fecha estelar 2943.8.03

Hace tiempo que no escribo nada. Me he forzado a venir aquí. Creo que escribir me ayuda. Aunque, la verdad, es que no sé muy bien qué decir.

Tengo miedo.

Supongo que eso es un comienzo.

Hace unos días encontré… Dios, este es más duro de lo que creía.

Mi padre ha muerto. Encontré su cuerpo en la cama. Estaba completamente consumido. Se le marcaban los pómulos como si fueran dos garras intentando desgarrarle la piel.

Hace diez minutos que he regresado de su funeral. No ha venido mucha gente. Tampoco es que lo esperara. No hemos sido la mejor compañía del mundo estos últimos meses.

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Relatos / Biografías / Re:Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 22:56:00 »
by Delan Conway on Vie Sep 06, 2013 16:35:19

Fecha estelar 2943.5.11

Mi padre está cada vez peor. Ha empezado a hablar con Mamá.Le escucho por las noches y es... No lo sé, es casi como si en realidad ella le respondiera. Creo... creo que la oye. Y eso me asusta.
Se que la echa de menos, que no quiere dejarla marchar, pero no está bien.

He intentado hablar con él pero ni siquiera he sabido por dónde empezar. No es que hayamos tenido la mejor de las relaciones aún cuando Mamá vivía. A veces creo que somos unos completos desconocidos. Aunque, tal vez, no seamos tan distintos. Él habla con Mamá y yo he empezado a escribir este diario. Si alguien me hubiera dicho hace un par de meses que escribiría uno... bueno, creo que aún me estaría riendo.
Supongo que la muerte nos cambia a todos.

Nunca volveré a ser el que era.
¿Que quién soy ahora?
La verdad es que no lo sé. El que espera, supongo. Es como si me encontrara en suspensión, atrapado en una pesadilla criogénica de la que me es imposible despertar. Tal vez me encuentre dentro de la Artemis y mi vida no haya sido más que el sueño de un pobre tipo que sigue congelado.
Eso estaría bien.
Pero que leches digo. La estoy perdiendo, se me está yendo la cabeza.
Que alguien haga algo por favor. Lo que sea. No creo que pueda seguir así mucho más tiempo.
A veces... que Dios me perdone, pero a veces desearía que hubiera sido él el que hubiera muerto esa noche,

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Relatos / Biografías / Re:Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 22:55:37 »
by Delan Conway on Jue Sep 05, 2013 23:13:59

Fecha estelar 2943.4.22


Hoy he salido con John y Tesa. Aunque decir que me han arrastrado sería más preciso. No es que no quiera verles pero ir a pasármelo bien mientras… Bueno, mientras mi padre está como está no me parece bien. En cuanto una sonrisa aflora en mis labios me siento como la peor persona del sistema. ¿Qué derecho tengo a divertirme cuando mi madre ha muerto? ¿Qué derecho tengo a olvidarla?
Les traicionaba a ambos.

Aún así no ha estado mal. Hemos ido al bar para ver actuar a Kyle. Además, cumplieron su promesa de traerme a casa para la hora de cenar.

Son buena gente y hacen una pareja increíble. No hace más que unos meses que salen pero es como si llevaran toda la vida juntos. Me alegro por John.

Hoy Tesa ha traído a su hermana Sarah. Sé que quieren juntarnos y creo que a ella le gusto. Aunque no sabe nada de mi. Y nunca lo sabrá. No puedo compartir mi carga con ella. No sería justo.

Tengo claro que esto es algo por lo que tengo que pasar solo.

Creo que lo mejor será no verles más. Se preocupan por mi y no quiero hacerles más daño.

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Relatos / Biografías / Re:Cadete
« en: 23 de Abril de 2014, 22:55:05 »
by Goldry on Lun Dic 16, 2013 14:45:41
 

DÍA 27



El hornet F5A se escoraba lentamente atraído por el cercano campo de asteroides. Alrededor de el flotaban los restos del ala derecha y parte de los estabilizadores. El viejo F5A estaba condenado. A lo lejos se vislumbraba un extenso campo de asteroides.

 

- Espantapájaros de Ciudad esmeralda. Inicie las rutinas previas al EVA de emergencia y vaya enunciándolas - dijo una voz metálica a través del audífono.

 - Recibido Ciudad esmeralda.

 - Equipando mochila de supervivencia.

 - Ok.

 -Comprobando carga de gas propulsor.

 -Carga Ok.

 -Comprobando estado del transpondedor de rescate.

 -Transpondedor Ok.

 -Comprobando arma reglamentaria y munición.

 -Ok.

 -Ciudad Esmeralda de Espantapájaros.

 -Adelante Espantapájaros.

 -Preparado para EVA.

 

-Recuerde que a partir de ahora se decreta silencio en la red. Proceda con cuidado Espantapájaros. Buena suerte.

 

Con un golpe seco pulse el botón que hizo estallar las cargas acopladas a los cierres de la marquesina con el fuselaje, esta se alejó con rapidez y silenciosa desapareció en la inmensidad. Me desabroché el cinturón. Las gotas de sudor que se acumulaban en las cejas resbalaron hacia  los ojos haciendo que me escocieran. Era tanto el  sudor  que el traje no podía procesar el excedente de humedad.

 

El láser de medición acoplado en el casco del traje me informó que el asteroide más cercano se encontraba a unos dos mil cuatrocientos metros, pero lo descarte, su velocidad de rotación era demasiado elevada para mi ángulo de entrada, si llegara a hacer pie saldría despedido hacia el infinito. Así que fije el láser en el siguiente pedrusco, una mole de aspecto ominoso , si los asteroides tuvieran cara la de este sería la de un matón de Spider. Su cara visible estaba surcada por mil y un cráteres de diferentes tamaños, de la parte superior respecto a mi plano y surgiendo de su cara oculta una gran falla irregular lo dividía en dos. Ese sería mi destino. Me separaban de él unos cuatro mil ochocientos metros, a una velocidad de unos 6 m/s seria un paseo de unos 15 minutos.

 

Con cuidado me incorpore en el asiento y me preparé para impulsarme y así alejarme de la nave. Antes de hacerlo dirigí la mirada hacia la zona de combate, a lo lejos la batalla se recrudecía por momentos, las ráfagas y los proyectiles incandescentes surcaban el vacío unos contra otros algunas veces dejaban tras de si una preciosa explosión de color azul celeste y rojo.

Volví a centrarme en mi objetivo, el asteroide cara-rajada. Tome impulso y salté intentando conseguir una trayectoria más o menos correcta, el traje haría el resto.

Una vez el traje corrigió la trayectoria, me relajé, tenía un cuarto de hora hasta llegar a mi destino.

 A los pocos minutos empezó lo que algunos llaman “el vértigo”...

 

Cuando dejas de estar centrado en algo y no hay estímulos externos tu cerebro hace cosas raras. Notas los pulsos en las sienes, los notas y los oyes, sientes como tus jugos gástricos disuelven la última comida, el cerebro intenta construir patrones reconocibles de lo que tus ojos ven pero en el espacio hay pocas referencias y el resultado son aberraciones visuales, fantasmas.

Tuve un momento de pánico, la misma sensación de cuando te despeñas en un sueño, una caída eterna un vértigo monstruoso. Cerré los párpados  fuerte hasta que ante mi danzaron miles de puntitos brillantes.

Utilice un viejo truco mental.

 

¡¡Cien mil!!

¡¡Noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve!!

¡¡Noventa y nueve mil novecientos noventa y ocho!!

¡¡Noventa y nueve mil novecientos noventa y siete!!

¡Noventa y nueve mil novecientos noventa y seis!

 

Ya podía respirar mejor.

 

Noventa y nueve mil novecientos noventa y cinco.

Noventa y nueve mil novecientos noventa y cuatro.

 

Los músculos se empezaron a relajar.

 

Noventa y nueve mil novecientos noventa y tres.

Noventa y nueve mil novecientos noventa y dos.

 

Volví a abrir los ojos y descubrí que Cara-rajada estaba un poco más cerca.

 

Noventa y nueve mil novecientos noventa y uno.

Noventa y nueve mil novecientos noventa.

Noventa y nueve mil novecientos ochenta y nueve…

 

Mi pulso retornó a un ritmo más normal.

 

Debía distraer a mi cerebro, darle algo en lo que pensar. Inicié un escaneo de los sistemas del traje.

Ese traje era una pequeña maravilla, solo existían doce. Era un prototipo hecho ex profeso para el grupo de intervención especial de los marines. Disponía un transpondedor de entrelazamiento cuántico que lo conectaba a tiempo real con el ordenador de abordo de la Jerusalén, a todos los efectos disponía de toda la potencia de cálculo del computador de matriz de cuantos del portanaves auxiliar.

Otra de las características únicas del traje era el sistema impulsor, este último en conjunción con el novedoso sistema de garfios, el material de estos y su composición son aun mas secreto que el traje en si. Todo esto dotaba al traje de una agilidad inaudita, característica en extremo útil en las operaciones de abordaje en marcha, algo impensable para cualquiera que no contara con este sistema.

 

Estaba aún divagando sobre las bondades del traje cuando una lucecita empezó a parpadear furiosa. Tenía compañía.

Aún estaban lejos pero se acercaban a gran velocidad. Un F5A y un acosador tevarin. No podía hacer otra cosa que intentar pasar desapercibido y rezar al Viajero.

El hornet estaba en apuros su ala derecha había desaparecido y perdía plasma, aunque parecía que sus escudos aún aguantaban su intención era llegar al campo de asteroides e intentar despistar al tevarin. El acosador por su parte no es que estuviera mucho mejor, una grieta recorría el casco de frente a trasera por donde salían chispas a cada cambio de timón. Pero  le había ganado la cola y no soltaba su presa.

Casi me habían alcanzado cuando el F5A en un acto de desesperación giro sobre si mismo y le soltó todo lo que le quedaba. Me recordó a las viejas películas de piratas donde los barcos se ponían a la par y soltaban salva tras salva de metal y metralla. Los escudos de los contrincantes fluctuaron. El hornet estalló primero seguido del tevarin el casco del cual no pudo soportar los últimos disparos del F5A. Era difícil que hubiera supervivientes pero tenía que comprobarlo.

Frené el traje y me impulse hacia los restos de los dos pecios.

 





CONTINUARÁ…

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Relatos / Biografías / Cadete
« en: 23 de Abril de 2014, 22:54:26 »
by Goldry on Dom Sep 15, 2013 10:56:55

Dia 1



- ¡Los principios que hacen del cuerpo de marines lo que és, son el honor, el compañerismo y el sacrificio! - gritó a voz en pecho el sargento Peebles.

- ¡Vosotros, pipiolos, no cumplís ni uno de estos jodidos y sagrados principios! - continuó.

- ¡Tu! - dijo señalando a la recluta de mi izquierda. ¿De dónde eres? - dijo duchándola con una lluvia de gotitas de saliva.

- ¡De Stanton, señor!

- ¿En serio? - dijo con voz melosa.

- ¡Vaya vaya!

- Sabéis paletos una vez un tipo me dijo que en Stanton solo había dos clases de personas. Me dijo: “Peebles desengañate, en Stanton solo hay cobardes y furcias tevarin.”

- ¿És usted una puta tevarin, cadete? - dijo mirándola a los ojos.

- ¡No señor!

- ¿Entonces es usted una cobarde?

- ¡No señor!

- ¿Esta insinuando que mi amigo me engañó? -dijo con un tono amenazante.

- ¡No señor, es que yo debo ser la excepción que confirma la regla señor!

- ¿Cómo? - dijo ahuecando su mano en la oreja para oírla mejor y acercándose a Quang.

- ¡Que soy la excepción, señor! - dijo Quang desgañitándose.

- Así que usted va a darme problemas.

- ¡No señor!

- ¿No? ¿No acaba usted de decir que es la excepción de la regla?

- ¡Pues déjeme decirle ha ido a parar al peor lugar del universo para arrogarse de tal afirmación! - dijo con los ojos a punto de salirse de las órbitas.

- ¡Está usted en el cuerpo de marines cadete Quang! ¡Aquí se inventaron todas las putas reglas que rigen este jodido y podrido universo y usted insinúa que se limpiará con ellas su maldito culo de cobarde puta tevarin!

Mientras los ecos de la voz del sargento morían en el asfixiante aire del hangar 13, el silencio hizo su entrada como suele hacerlo, de improviso, suave como la seda, sutil y voraz. El sargento se había quedado a menos de diez centímetros de la cara de la cadete Quang.

Y Quang no pudo más.

La tensión hizo que la pobre Quang que hasta entonces había logrado mantener una precaria compostura vomitase todas las gachas en las impolutas botas del sargento.

El bueno de Peebles, no pudo controlar el tic en el ojo izquierdo. Bueno, tampoco pudo controlar el tic de su puño, que sabiamente se alojó en la boca del estómago de la, ahora pálida, aterrorizada y boqueante Quang.

- ¡A vosotros zurullos de vanduul, más os vale espabilar!En 20 minutos pasaré revista y si hay algo que no termina de gustarme, estaréis limpiando condensadores de flujo hasta que brillen más que el puto Betelgeuse -dijo marchándose mientras daba un sonoro portazo.

Me acuclillé al lado de Quang.

- Me llamo Goldry -dije tendiendo la mano.

- Venga tenemos que limpiar toda esta porquería y ponernos presentables, o nos va a colgar de los huevos.


Edición:

Corrigiendo algunas incongruencias: Si se están entrenando para entrar en el cuerpo de marines no puede ser que se entrenen para el escuadrón 42. si acaso vendrían de ese escuadrón.

"- ¡Los principios que hacen del esquadron 42 lo que és, son el honor, el compañerismo y el sacrificio! - gritó a voz en pecho el sargento Peebles."

23
by Goldry on Jue Sep 05, 2013 21:11:00

Envío cifrado número 12519 del oficial de reclutamiento para el psicólogo adjunto. Ruego valoración.

-- Inicio de la grabación, 1100 hora terrestre estándar, 23 de enero del 2941 --


Sabes yo antes era como todos vosotros.

Si, era un cordero, un lechal, un ternero que espera en el matadero el tajo del matarife, ajeno y a la vez consciente de que mi destino es inevitable.

Pero ya no.

Hace ya dos semanas que no estoy en el redil. He cambiado. He vuelto a nacer.

Hasta ese momento mi vida no había sido especialmente dura, ni había sufrido ningún trauma digno de mención. Había gozado de una infancia tranquila y divertida, de una adolescencia confusa y furiosa y de una juventud llena de ilusión y perspectivas. Pero cuando la juventud estava ya tocando a su fin el tedio y la depresión dominaban mi día a día.

Siempre lo mismo.

Levantarse, desayunar la pseudo-comida sintetizada, ducharse en la eco-cabina -¡Dios! ¡como odio esos flácidos chorros de agua reciclada una y otra vez!-, vestir el mismo uniforme anodino de técnico de segundo nivel.

Fichar.

Supervisar el robot de ensamblaje TAR-29.03, una jodida máquina que no necesita de ningún supervisor porque es jodidamente perfecta. Diez horas más tarde, volver a fichar. Regresar a mi mierda de piso-container de usar y tirar (ensamblado cómo no por un TAR-16.78 ) y vuelta a empezar.

Hasta mi periodo vacacional , estaba consensuado en el convenio general de factorías de nivel dos.

¡Jodidos sindicatos!

Me esperaban dos semanas de crucero de placer por los más pintorescos rincones de esta galaxia dejada de la mano de dios.
Embarqué en la nave de lujo que la Gaal Koh Basic and Special Assembly Corp había fletado para nosotros.

¡En Gaal Koh sabemos que los beneficios siempre van unidos a la felicidad de nuestros trabajadores!
por eso nosotros siempre queremos los mejor para usted, nuestro socio en esta gran aventura comercial!

De rumbo a nuestra primera parada. El planeta Nemo III en el sistema Nemo, donde podríamos contemplar la mítica ballena espacial.

Pero de algún modo, en algún punto indeterminado de nuestra ruta algo salió realmente mal.

Empezó como un traqueteo, continuó con unos silbidos, como de tetera cabreada y finalmente una explosión y después la oscuridad y los gritos.
Estábamos a la deriva, la tripulación no respondía, la compuerta de acceso al puente estaba bloqueada y caliente al tacto. Pasaron los minutos. De repente alguien se puso a gritar y a señalar por la ventana. El caos y el miedo se desataron. Me hice un hueco a codazos entre los que se amontonaban delante de la ventana más próxima.

Allí estaban.

Un grupo de seis naves. Cuatro Cutlass, una caterpillar y una 300i que había visto tiempos mejores. Un escalofrío hizo que se me encogieran las pelotas. Esos hijos de puta no eran simples piratas, eran esclavistas y todos habíamos oído historias de naves flotando a la deriva sin un alma a bordo.

Estábamos todos jodidos.

Es curiosa la percepción que tenemos los humanos del tiempo, pues al contrario que nuestros ingenios no percibimos el tiempo como algo lineal, lo sentimos como algo orgánico, sentimos como se estira y se acorta, como se ensancha y se encoge. En los veinticuatro segundos que tardaron las Cutlass en rodear la nave por sus cuatro vértices, la caterpillar se alineaba con la escotilla y la 300 - o ¿era una tres quince? - se alejaba un poco para tener una visión global de la escena.

El tiempo se estiró y se ensanchó.

Cuando vi que los post-quemadores de la caterpillar aumentaban su nivel de expulsión supe lo que iba a ocurrir. Busqué algo, algún objeto contundente, las armas estaban descartadas pues de haberlas estarían detrás del mamparo que daba al puente. Pensé en esconderme, inútil. No había escondite posible. Las cápsulas de escape estaban inexplicablemente fuera de servicio.

La cater inició su secuencia de abordaje, desplegó sus hojas a la vez que replegaba sus temibles lásers para evitar algún desperfecto y cargó.

Cuando empezó la carga no debía estar a más de quinientos metros, no le costaría más de unos segundos alcanzarnos. El golpe fue brutal. Las cuchillas perforaron nuestro casco provocando pequeñas fugas. La lujosa 890 estaba condenada. Todos esperamos en silencio a que los esclavistas utilizarán sus lanzas térmicas para abrirse paso a través de la escotilla. Pero nada ocurría. Solo el silencio roto por algún sollozo ahogado.

Un segundo después estalló el pandemónium, toda la pared donde estaba encastada la cater desapareció. La descompresión que succionó a unas cuantas personas, también se llevó el aire de mis pulmones pero no mi instinto de supervivencia, que tomó el control. En un último movimiento desesperado abrí la puerta de la cápsula de escape que tenia a mi derecha y me metí dentro cerré y esperé. Sabía que la cápsula estaba inutilizada que sería mi ataúd pero era mejor eso que nada.
Me ardían los pulmones, era doloroso, la vista empezaba a fallar cuando recordé las instrucciones de la azafata de que todas las cápsulas de escape disponían de balas de aire autónomas accionables manualmente. Encontré el manoreductor detrás de un panel y con mis últimas fuerzas giré el grifo. En ese mismo instante ocurrieron dos cosas.

La primera.

La caterpillar, que aún tenía un trozo de panel enganchado en sus cuchillas, estaba alejándose a toda máquina cuando estalló toda su sección ventral partiéndose por la mitad.

La segunda.

Con la imagen de la destrucción de la caterpillar quemando mi retina finalmente los módulo de escape se activaron y los que estaban ocupados cómo el mio fueron expulsados.

El panorama era algo sobrecogedor. Lo que quedaba de la 890 era un cascarón vacío del que salían vapores, chispas y cuerpos. A la derecha un campo de gigantescos asteroides dominaba el plano. Un poco a la izquierda los restos de la cater, aún incandescentes, flotaban a la deriva. A un kilómetro por encima de mi posición un grupo de naves estaba acosando a los Cutlass. Dos de ellos estaban a punto de ser destruidos. Los otros dos intentaban quitarse de encima a sus perseguidores para poder huir a través del campo de asteroides, cuando de repente una sombra cubrió mi cápsula. Dos andanadas de descargas láser y unos cuantos misiles cruzaron en dirección a las Cutlass.

Fueron borradas del mapa.

La sombra pasó a ser algo físico y poco a poco fue mostrando su gigantesca silueta , era una visión maravillosa. Era glorioso.

Era un Bengal Carrier. Estaba salvado.

Así fue como decidí dejar atrás mi patética vida. El ejército me había salvado, era justo que yo saldara mi deuda dando a cambio unos cuantos años de servicio.

Después seguro que el Viajero proveería.


-- Fin de la grabación --

24
Relatos / Biografías / Fecha estelar 2943.4.14
« en: 23 de Abril de 2014, 19:05:14 »
by Delan Conway on Jue Sep 05, 2013 17:57:24

Fecha estelar 2943.4.14


Hace algún tiempo que siento que no pertenezco a este lugar. No sabría describirlo, es algo esquivo. Veo las paredes del salón y no son lo mismo. Nada ha cambiado realmente tras la muerte de mi madre. Quiero decir que ni siquiera hemos cambiado ese cuadro horrible que sólo le gustaba a ella pero, de algún modo, es como si todo fuese distinto. La vida, esta vida parece irreal, un sueño del que no logro despertar.
Mi padre está en su habitación mientras escribo esto. No hace el menor ruido, pero se que está allí. Desde el funeral apenas sale y, cuando lo hace, no es más que un fantasma que deambula sin reconocer el mundo que tiene frente a sus ojos.
¡Dios, como me gustaría salir de aquí! Dejarlo todo y escapar lejos. Sé que no puedo hacerlo, no mientras él siga así. Se olvidaría de comer si no le llevara la comida. A veces, cuando lo hago, veo que se ha meado encima. Ni siquiera le importa. Nada le importa.
Yo tampoco.

25
Relatos / Biografías / Preludio. Relato corto
« en: 23 de Abril de 2014, 19:04:09 »
by Retaliator_Cowboy on Sab Sep 14, 2013 0:35:36

Aunque lo colgare tb en CE, lo pongo aqui primero porque me siento orgulloso de esta pagina. Sé que no estoy aportando mucho, pero tengo un lio del carajo con una mudanza doble, mucho trabajo y poco tiempo. Os pido perdon y os ruego que no me lo tengais mucho en cuenta.
Recomiendo vivamente un corta y pega para leerlo comodamente y espero que os guste tanto como a mi el escribirlo y leer vuestros comentarios.
Un abrazo a todos

Retaliator





Preludio

Ha sido así desde que el primer marino regreso a tierra -El olor a tierra le llaman-. Del´an Conway descendió por la rampa de su mientras inspiraba profundamente. Hacía rato que su pulso cardiáco se había ralentizado, pero las manchas de sudor en el traje de vuelo demostraban que no hacia tanto tiempo su situación era muy distinta.

-En realidad es el olor del mar-pensó. -El olor de lo orgánico que se descompone en las líneas de costa, pero poca gente lo sabe, y realmente no importa. Era más el sentimiento-. Todos los marineros del mundo le hubiesen dado la razón. El olor de tierra, el olor de mar que se aprecia cerca de las costas, es la promesa del puerto cercano, de la familia, la seguridad el fin de las penurias y peligros de los océanos. Ya fuesen de agua salada como antaño o del nuevo océano en el que se había convertido el vacío espacial, aunque, en no mucho tiempo, ese mismo vacío les llamase con poder tal que no fuere posible resistirse a él.
Cada puerto tiene un olor. Algunos marinos presumían de saber donde se encontraban con solo oler el aire del puerto al que arribaban y la fanfarronería no había cambiado en cinco mil años. Del´an no presumía de tanto. El se limitaba a disfrutar del aire no presurizado mientras rodeaba su nave. Del aire no mil veces reciclado de las naves espaciales. Ese aire con el toque ácido del fluido hidráulico y metálico del refrigerante.

Su mano se deslizo sobre el casco arrugado como su ceño -Ese bastardo ha estado realmente cerca. Si el escudo hubiese estado solo un poco más bajo de energía...- El rictus de la amarga sonrisa se acentuó. La reparación del blindaje se llevaría unos cuantos créditos, pero no era cuestión de arrepentimientos. Además no los tenía. Se había metido en ese fregado él sólito, sin ayuda de nadie, y lo había hecho porque debía hacerse, fin de la historia.

El carraspeo a su lado le hizo volver a la realidad. El encargado del muelle le presento la holotableta solicitando la supervisión de los servicios portuarios. Seleccionó las tasas portuarias, combustible y reparación del blindaje. El sistema presento un presupuesto que le hizo arrugar el ceño otra vez. A lo presupuestado debería añadirle un diez por ciento más pues existía una ley universal aún no formulada, por la cual, los presupuestos siempre se quedaban cortos cuando se llevaban a la práctica. Dio autorización a la orden de trabajo y se encaminó a la plataforma de aterrizaje adyacente.

Del´an admiró las líneas de la Costelation que descendía. La "Connie" como era conocida en el argot era un proyecto de nave multipropósito especialmente dedicada al transporte. Eso no quitaba que, fuertemente armada y blindada, se convirtiese en una plataforma de ataque con entidad propia. Mientras lo hacía, su mirada se concentro en las numerosa marcas de impactos de su superficie. Muchas eran recientes, pero había muchas más que ya llevaban un tiempo.

-Esta nave también se ha llevado lo suyo-, pensó -y no sólo por el fregado de hace un rato-.
El montacargas de la nave comenzó a descender y era evidente que no lo hacía vacio. La figura alta que se le acercaba tenía el aspecto de quien no encuentra diferencias entre pasear por una nébula o atravesar un campo de asteroides con la potencia al máximo para ahorrase unos días en la entrega. El tipo de sujeto sacado de una película antigua que es capaz de volar igual de bien sobre una escoba que con un caza estelar, de conquistar a una princesa, derrotar un imperio, besar a la chica y volver a tiempo a casa para cenar antes de que acabe el día. El mismo tipo de sujeto que es capaz de dispararle a un caza recompensas por debajo de la mesa de una cantina en un puerto espacial, que de ofrecerte franca y abiertamente la mano como la ofrecía en ese momento.

Del´an la aceptó sin reservas mientras señalaba la impresión de la cazadora -¿Luzbel?. ¿Es nick o nombre?- El recién llegado exhibió una de esas sonrisas del tipo -¿hay alguna diferencia?-, que dejan el tema resuelto para siempre. -Hay quien dice que es en honor al ángel caído del génesis y una forma de volar. Otros creen que es una mala fonética de Lisbeth, el nombre de mi gata. Yo les dejo que cada uno tenga su propia historia y me paguen las cervezas mientras divagan sobre el tema. Por cierto, creo que te debo una-.

El rostro desenfadado de Luzbel se torno duro por un momento mientras se clavaba en los ojos de Del´an.-Pensé que ese misil te había arruinado el día. Fue un alivio verte salir de la explosión-.

-Hubo suerte-

-Ya veo-

-¿Y la cerveza?-

-¡Muy cierto!

Si hay una ley en el universo que dice que los presupuestos jamás se cumplen, hay otra que dice que todas las cantinas de los puertos estelares se parecen. Quark´s no es la excepción. Para los ojos inexpertos lo que más llama la atención son las perpetuas broncas típicas de las líneas fronterizas, en este caso, un piloto pequeño, compacto como un engranaje de grafito y con las insignias de un hornet insultaba y maldecía a los que le habían colgado de una percha de la que no podía descolgarse. Pero los más veteranos reparan dentro de la penumbra del ambiente, en los reservados apartados de la vista y en una música ambiente o una orquesta, que suena demasiado alto, demasiado estridente. Cualquier cantinero te dirá que son así porque los pilotos desean algo de intimidad después del viaje, pero los viejos lobos del espacio te dirán que las cantinas son así porque en las penumbras de sus recovecos se cruzan tratos y acuerdos que no pueden ser conocidos. Una de esas conversaciones parecía estar teniendo lugar en uno de los apartados entre un sujeto demasiado elegante para el sitio y la oscura sombra que se apartaba de cualquier luz y de la que solo se veía el dibujo de un bufón sonriente bajo el gorro de cascabeles y con una cerveza en la mano.

-Dos cervezas y dos submarinos de tequila, por favor-

Del´an asiente mientras Luzbel hace la petición y ambos se sientan frente a la barra.

-¡Por los space cowboys!

-¡Por los space cowboys! -

El viejo brindis. El viejo homenaje a una raza de hombres. A los primeros exploradores. Cuando las rutas eran de todo menos seguras y las escaramuzas entre pioneros y piratas que solían terminar de mala manera para los primeros estaban a la orden del día. En algunos casos, durante los asaltos, los pioneros se encontraban con la inesperada ayuda de naves que se daban cuenta de lo que ocurría y acudían en su auxilio sin más explicaciones. Entrando a tiros en mitad de la batalla como los anticuados cowboys de los westers del siglo XX. Gente que había labrado su propia leyenda, en muchos casos anónima y en los más, sólo conocida por unos pocos que, en algunos casos como muestra de respeto dejan un recordatorio en el muro de algún puerto espacial o cantina que ojos curiosos descubrían y donde se preguntan ¿qué historia puede esconderse tras el dibujo de un gato con botas sobre el que una mano, evidentemente infantil ha escrito a duras penas "Gracias señor gato por salvar a mi mama"?.

-Luzbel, ¿cómo te metiste en semejante fregado?-

Este, completó el largo trago de cerveza antes de responder. -Pues supongo que más o menos igual que tú- terminó la frase con una carcajada. -El carguero emitió una señal de alarma por ataque de los merodeadores Vanduul, así que me aproximé a ver lo que pasaba-

Del´an asintió. El tema venia de hacía tiempo y la flota imperial se las veía y deseaba para atajar este nuevo tipo de amenaza. Los Vanduul habían modificado algunos de sus cazas hasta conseguir que tuviesen una señal de emisión realmente baja. Así se dedicaban a emboscar naves comerciales con armamento muy inferior y cortar las líneas de suministros en los frentes de frontera.

-Cuando vi lo que el carguero tenía que enfrentar no me quedo demasiada alternativa- se encogió de hombros -Dos escuadras completas, ocho naves, son mucho más de los que una nave de ese tipo podía manejar. Lance una llamada de alarma general para el sector, liberé algunos de los contenedores de carga para ganar movilidad y velocidad y empecé a lanzar misiles. Supongo que es ahí donde entras tú.-

Del´an sabía que había sido mucho más que eso. El también había sido un space cowboy al recibir la llamada y lanzarse a ciegas en medio del enfrentamiento. Para cuando había llegado entre la Connie de Luzbell, el carguero y una tercera nave que no llego a identificar habían dado cuenta de 3 de los 8 cazas Vanduul, pero estos habían reestructurado el ataque tras la primera sorpresa y estaban atacando despiadadamente al carguero, que ya sufría graves daños, para reducir la potencia de fuego a la que se enfrentaban. Su Origin se había portado extraordinariamente bien. Concentrado en su nievo plan, el Vanduul, había descuidado su flanco y le había podido meter un misil entre los dientes igualando el tanteo en un cuatro contra cuatro, pero después las cosas se torcieron.

-Supongo que hemos tenido mucha suerte al fin ya al cabo. -

-¡Y una mierda!, hacen falta unas pelotas como asteroides para cruzar el campo de fuego y cerrarle el paso a la andanada de ese hijo de puta- Luzbel se envaró al recordarlo. Los merodeadores supervivientes habían decidido que el factor sorpresa ya no les favorecía y quisieron retirarse matando. Los cuatro cazas Vanduul se alinearon contra el carguero y lanzaron un total de ocho misiles no guiados sobre la superestructura del carguero que ya tenía daños terribles e intentaba poner distancia. Luzbell se mantenía pegado a él haciendo de escolta cercana pero la freelancer se había jugado la vida de mala manera. Al detectar el lanzamiento, la polivalente nave había reducido al mínimo su propulsión y desviado la energía a sus escudos al tiempo que se colocaba en un curso de intercepción de los misiles. De los ocho vampiros, cuatro habían devastado sus escudos y parte del estabilizador inercial, los otros 4 habían reventado el casco del machacado carguero.

-¿Te fijaste en la identificación de la freelancer?-

-No. Cuando llegó yo ya estaba lanzando misiles y cubriendo al carguero. Pero si me das un momento...- Luzbel estableció una conexión con la IA de la costelation a través de su periférico y codificó una serie de ordenes -... uhhmmmmm, aquí está. Tiene un código identificativo , a ver, UEE..., ¡caramba!, es un comerciante legal y registrado, ¡quien lo diría!, UEEFR2368038F397STANTON, este es.-

-¿Siempre guardas registros de tus combates?-Del´an alzo la ceja con cierta sorna-.

-¡Por supuesto!- Luzbel exhibió una radiante sonrisa -Pero no sólo de los combates, sino de cualquier misión. Luego llego a casa, la repaso y ¿quien sabe?, lo mismo te encuentras una sorpresa en forma de pecio, anomalía gravimétrica o algo interesante para la inteligencia de la flota. Así los beneficios se multiplican.-

-Definitivamente por el nombre del ángel caído.- Del´an rezongó -Vuela como un demonio y tiene el sentido de la oportunidad de una tentación. Es bueno que aun existan tipos así en tiempos de cambios como estos.-

-¡Barman!, ¿tienes una estación de comunicaciones en este antro?-

-¿Tienes los 100 créditos para pagarla?. La comunicación se paga aparte claro.

-Claro, claro...

Luzbel tecleo el código del carguero y esperó. A veces la comunicación tardaban o era imposible. Dependía de si estaban demasiado lejos para la red de enlaces, si estaba realizando un salto, si el piloto había desconectado el transponedor... En este caso la espera fue muy corta, lo que hacía sospechar que aun debía estar en el sistema.

-Hola, ¿Hola?. Aquí El Pajarraco centenario respondiendo a la llamada. Si lo que quiere es cobrar habla con mi representante, pero si lo que deseas es hacer negocios, soy todo oid.....¡OOOOOOH DIOS MIIIIIIIIIO, ¡¿QUIEN ES EL CONSTRUCTOR DE ESA MARAVILLA?!-...

Del´an y Luzbel estallaron en la misma carcajada al tiempo que se volvían en sus sillas. La "maravilla" era una piloto enfundada en un mono de vuelo que se le ajustaba como una segunda piel. Alta, estilizada como la mejor nave y el pelo recogido en una elegante trenza, ceñía unas curvas que hubiesen enloquecido al mejor diseñador mientras, su ojos, causaban murmullos de admiración o, un respetuoso silencio, al moverse felina por el local cuando la escasa luz reflejaba el brillo plateado de dos estrellas sobre la leyenda Valinor Aerospace.

-Hola Pajarraco, soy Luzbel. ¿Sois los dos chiflados que nos habéis ayudado hace un rato?

-¿Te refieres a los fuegos artificiales con los que hemos saludados a los Vanduul?- la risa era contagiosa -Pues sí, aquí mi socio Txibi y yo estábamos preguntándonos que había sido de vosotros. ¿Cual volabas tu Luzbel, la Connie o la Origin?.

-La Connie. El de la Origin era yo. Soy Del´an Conway, un placer caballeros. ¿De cuál de ustedes fue la loca idea de lanzar la freelancer sobre el racimo de misiles?- la irónica sonrisa se tornó a franca en la cara de Del´an cuando los dos desconocidos se señalaron mutuamente y a la vez con sendas caras de no haber roto un plato en su vida.

-El placer es nuestro Del´an. Yo soy Pequadt, ¿cómo terminó la operación de rescate?- La sombra de duda que reflejaba la pregunta se extendió como el aceite a los rostros en el lado de la cantina.

-No demasiado bien-, la voz de Luzbel estaba desprovista de toda emoción. -Cuando amarré en la esclusa superior, solo pudimos sacar a cinco. ¿Tuvisteis más suerte?-

-No demasiada-. Txibi negó con la cabeza- La carga fue pérdida total. Respecto a la tripulación sólo sacamos a dos de ellos prácticamente ilesos. Nos han pedido que les llevemos a final de destino. El resto todos muertos. Quizás con una cutlass podríamos haber abierto brecha para buscar más supervivientes, pero sin esa opción... -

-¿Cuantos finalmente?-

-Según el manifiesto de carga, 36-

No era exactamente tristeza. Más bien es la sensación de la inevitabilidad. Los cuatro callan. Los cuatro saben que de no haber intervenido no estarían hablando de 36 muertos, sino de 43. Sin contar con que en el sistema seguirían existiendo 8 cazas furtivos dispuestos a repetir la tragedia, pero eso no les quita el regusto amargo que no es fruto de la cerveza.

-La cuestión es que la armada está demasiado sobrecargada y seguridad del sistema es incapaz de hacer frente a este tipo de amenaza. Entre piratería y contrabando sencillamente no tienen efectivos ni recursos. Hay mucho vacio ahí fuera para poder cubrir, Pequadt-.

-Eso sin contar que ni aún con el doble de efectivos se podría cubrir todos los servicios de escolta que se demandan. El borde imperial se desplaza cada vez mas rápidamente. Hay muchas promesas de dinero fácil y gloria- Txibi lo expone tranquilamente. No hay reproche en su voz. Él lo conoce bien, pues ha sido uno de los muchos que ha respondido a esa llamada y sospecha que el resto de sus interlocutores lo han sido también.

-Por eso M.E.R.C. y el resto de alianzas están reclutando de esta manera- Luzbel toma un largo trago después de decirlo -Se están preparando para los tiempos que vienen. Va hacer falta mucha potencia de fuego y grandes flotas para poder compensar los movimientos en la frontera-

El bip-bip insistente interrumpe la conversación y hace que Txibi desplace la vista del sistema de comunicaciones a una consola superior mientras da un par de golpes en el brazo de Pequadt. Este da un vistazo rápido y se vuelve hacia el comunicador:

-Caballeros, ha sido un placer esta charla, pero estamos en la proximidad de la boya de navegación y debemos preparar el salto. Espero que nos veamos otra vez en mejores circunstancias-

-Cuenta con ello-

-Gracias Del´an. Suerte allá afuera para ustedes dos. Txibi fuera-

El negro de la pantalla deja a Del´an y Luzbel en sus propias reflexiones. Se preguntan si el negro no será el destino final de todos ellos. Si en algún momento la fatalidad no les alcanzará como a la tripulación del carguero. Pero a diferencia de los predeterministas a ninguno de los dos les gusta la idea del azar como amo de sus destinos. Ellos son los dueños de sus decisiones, buenas o malas, pero suyas. Si el universo les borra en un brillante fogonazo será porque decidieron estar allí con lo que conllevase, de la misma manera que defendieron al malogrado carguero. No pedirán perdón por ello y pelearan contra ese destino.

-Vale la pena pensar en lo que hemos estado hablando. Establecer alianzas va ser una de las claves para poder sobrevivir en los próximos meses.-

-Y no solamente de tipo militar. Los acuerdos comerciales y de reaprovisionamiento van a jugar un importante papel- Luzbel estrecha la mano de Del´an y el pacto tácito no necesita de más. -Creo que a nuestros amigos Txibi y Pequatd estarán interesados en el tema. ¿Nos vamos?-

Del´an asiente -Si, pero no sin antes recoger los contenedores que dejaste arriba. ¿Están balizados a tu nombre?-

-Si-

-Pues vamos-

-¡Esperad!- El pequeñajo al que vieron colgaron de la percha se dirige hacia ellos -Voy con vosotros-

-¿Y tú quién eres piloto?

-Retaliator.-







Dedicado con todo el afecto, a toda la gente que constituye Ciudadano Estelar. A Adamanter, el padre de la criatura y, muy especialmente, a mis Spaces Cowboys.

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Relatos / Biografías / Un relato de... ¡piratas!
« en: 23 de Abril de 2014, 19:03:20 »
by Retaliator_Cowboy on Mie Sep 18, 2013 19:52:41

En las largas noches de la madrugada, cuando la congoja muerde el corazón como una fiera y las horas se hacen eternas, entre los recuerdos vienen momentos de la infancia. Momentos en donde recordamos nuestra inocencia. Momentos en los que recordamos cuentos y leyendas. Relatos y novelas que tenían como misión predisponer a la esperanza aún cuando esta pareciese hallarse fuera de nuestras pesadillas…

Durante la hegemonía de la UEE, galeones y mercantes traían desde los lejanos mundos los tesoros que eran la sangre del nuevo orden.

Con objeto de menoscabar el poder imperial y atraídas por las incesantes riquezas del todopoderoso imperio ,obscuras facciones e intereses ocultos en las cloacas imperiales lanzaban sus ataques contra dicho tráfico utilizando para ello corsarios, bucaneros y… ¡piratas!

Cuenta una leyenda que uno de los mercantes que hacía la ruta de regreso desde los mundos lejanos mundos fronterizos al puerto de Stanton fue asaltado y capturado por un corsario de particular ferocidad y famoso por atormentar a sus víctimas antes de darles muerte.

Durante dicho asalto, la escasa guardia que custodiaba el cargamento se rindió tras presentar una resistencia desesperada ante la aplastante superioridad del enemigo….

Todos... menos uno.

Acorralado por el mamparo de proa, un infante de los tercios Hispanicus, que se había embarcado en el navío a última hora, mantenía a ralla a los piratas que le acosaban y les hacía pagar, a no menos de seis de ellos, que ya yacían a sus pies sin vida.

Al a vez molesto he impresionado por el infante, que se batía, con ferocidad tal, que pareciera que el infierno le esperase tras la muerte, el capitán corsario ordenó que se le capturase vivo, con el objeto de doblegarle y usarle como ejemplo ante los otros prisioneros.

No menos de ocho piratas encontraron la muerte de su fuego y su daga antes de que el resto pudiesen someter al tercio.

Arrojado sin miramientos a los pies del capitán corsario, este le dedico una mirada burlesca y cínica, al tiempo que le espetaba…
-¡Bonita manifestación de valor!. Lástima que sirviere de tan poco al emperador cuyo tesoro jurasteis proteger-

Sin signo alguno de aflicción por la afrenta recibida, los ojos del tercio se clavaron en los suyos.

Sorprendido por la falta de reacción, el corsario murmuró…
-¡Desgraciada la mujer a la que améis, si al tomarla lo hacéis con tan poco arrojo!-
¡Brillaron con tanta pasión los ojos del soldado!. ¡Tensáronse tanto por la ira sus músculos!, que de no haber mediado los grilletes que le dominaban, el corsario hubiese temido por su vida.
Satisfecho este de haber encontrado un punto vulnerable que explotar, le increpó de nuevo con objeto de comenzar su humillación y, señalando la esclusa por la que se arrojaba a los prisioneros al negro vacio le espetó…

-¡Vaya, vaya!, así que sí que amáis a una mujer-, proclamó con sonrisa cruel. –Eso justificaría vuestro deseo de volver a verla y en ello vuestra lucha desesperada. ¡Pues bien, os ofrezco una oportunidad para ello!. ¡Nombradme cien razones que la adornen!. ¡Nombradme las cien razones por las que la amáis, y si la creo digna de vos, os permitiré vivir!- terminó entre las mofas y las chanzas del resto de corsarios.

Y a través de unos ojos fríos como el hielo, sin ápice de turbación, el tercio le devolvió la mirada. Se irguió cual alto era y se encaminó hacia la tenebrosa cámara desde la cual, volvió a enfrentar la mirada de su captor, respondiendo…

-¡Porque es ella!... Y por tal sobran vuestras cien razones-, mientras se giraba y comenzaba a andar hacía la caída que le conducía al olvido.

Estupefacto y sin podérselo explicar, el capitán corsario, al que la incredulidad y la curiosidad dominaban, le volvió a reclamar preguntando…
-¿Por qué entonces que tengáis tantas ansías por morir?. ¿Cómo explicar que no ansiéis volver a verla, tomarla entre vuestros brazos y prefiráis enfrentaros con la nada a cambio?-.
Y justo antes del último paso, frente a la inmensidad de las estrellas, con los ojos cerrados y una lágrima resbalando sobre su cara levantada hacia el cielo susurró…

-Porque ama a otro…-

Cuenta la leyenda que apenas murmuró esas palabras acaricio y presiono el interruptor de eyección como quien acaricia a una amante. Ordeno el capitán corsario se volase la puerta y se procediese presto a su rescate para, posteriormente, liberarle en una de las más lejanas colonias francas con la esperanza de que olvidase el amor que le atormentaba.

Y aunque, según dicen, conoció otros amores, jamás consintió en desposarse ni en desprenderse de un pequeño chip holográfico con el que, finalmente, fue enviado al corazón de una estrella tras su muerte.

Buena guardia a todos.

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Relatos / Biografías / Cuenta la leyenda...
« en: 23 de Abril de 2014, 19:02:39 »
...que antes de que se inventara el antes, cuando el vino sabía a vino de la Tierra, los planetas eran inhóspitos pero hospitalarios, los valientes peregrinos saltaban al vacío sin mirar atrás, cuando los negocios se cerraban en estaciones sin nombre pintadas de negro, cuando los piratas tenían un código y además lo seguían, ya muchos se sorprendían al ver pasar a esos grupos de mamados transportistas, borrachos mineros picasteroides y expertos pilotos con pulso tembloroso; feos, desgarbados, ruidosos y siempre sonrientes, que además de compartir esa extraña insignia en sus sucios trajes, siempre entonaban alta y desafinada la misma canción:

"No recuerdo dónde vengo
ni me importa dónde voy,
mi hogar son las estrellas
y mi patria donde estoy.

Mi nave es mi montura.
El espacio... la llanura.
¿La cerveza? ¡Con espuma!
¡Y mi hermano es un Cowboy!"

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Relatos / Biografías / Espronceda se actualiza
« en: 23 de Abril de 2014, 18:59:25 »
by Skullkid jota on Sab Sep 21, 2013 15:21:44

Me ha hecho gracia el post de Klyon y me han dado ganas de tunear la canción del pirata de Espronceda.

Con diez torretas por banda,
warp en popa a cinco parsec,
no corta el sol, sino vuela,
una nave de Origin;
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo Orion conocido,
del uno al otro confín.

La luna en el gas riela,
en la cargo gime un Ewok
y alza en blando movimiento
trazas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Marte a un lado al otro Europa (la luna de júpiter)
y allá a su frente Stanton:

-Navega, cohete mío,
sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

veinte presas
hemos hecho
a despecho
del UEE
y han rendido
sus pendones
cien planetas
a mis pies.

Que es mi nave mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el turbo;
mi única patria, el hangar.

29
Relatos / Biografías / Relatos: Módulo 2 y Abro los ojos, grito...
« en: 23 de Abril de 2014, 18:58:40 »
by _-Caleb-_ on Vie Sep 27, 2013 0:40:18

Buenas chicos, os pongo unas cosillas que escribí hace un par de años... espero que os gusten Happy Veréis que el tono es totalmente anti-sistema pero así soy yo, un perroflauta disfrazado de piloto espacial :P

- MÓDULO 2 -:

Se levantó nervioso, como solía hacerlo en los últimos tiempos, no era para menos viviendo la época que le tocó vivir, guerra tras guerra, crisis tras crisis, el planeta moría y nadie parecía verlo, ahora parecía que varias naciones se habían unido para crear la primera colonia espacial en La Luna, que se aleja cada vez mas y mas de nuestra fuerza gravitatoria, como el hijo que huye de su moribundo padre, la lanzadera “Horizonte” estaría preparada para despegar en algún momento de ese año, mientras el proyecto “Tunel Blanco”, que establecía colonias humanas en las profundidades marinas llevaba varias décadas implementado, pero la humanidad vio con gran desconfianza esta a raiz de “la” misión, ahora que lo pienso, solo vió la superficie una vez, suficiente para llevar a cabo esa misión suya, fue por mera curiosidad y desde luego no vió el patio que nos enseñan al subir, la visita guiada de las ruinas…

Amely, su esposa, y el no atravesaban un buen momento y el le prometió sacarla a la superficie a pasear, fuera cual fuera el estado de la superficie sería mejor que la colonia submarina, mejor que las minas, ella siempre se mostró reacia a esa idea pero concedió su deseo, esperando que su relación mejorase y creo, que esperaba ese momento especial para anunciar al hijo que esperaban. Siempre pensaba mucho las cosas, casi hasta el punto de que fuese demasiado tarde, si hubiera vivido lo suficiente habría tardado semanas o meses en decírselo.

Como bien puede imaginar, todo fue un rotundo fracaso, se colaron por un ascensor de servicio, todos sabemos cual es el castigo por salir a la superficie sin autorización, ¿Sabe qué me contó de lo que vió? No habían ciudades destruidas, erosionadas por el tiempo que nada lo perdona, no, las ciudades estaban intactas, así como sus ciudadanos, “¿Vivimos una mentira?” Eso me contó que dijo, no le dio tiempo a responder, no pudieron avanzar ni hasta la salida del ascensor para contemplar la megalópolis en toda su extensión cuando empezaron los disparos, al caer, intentó proteger a su mujer con su cuerpo, ella, mientras caía decía unas palabras que matarían el alma de cualquier persona, “Protege a nuestro bebe”, puñales mas que palabras, clavados una y otra vez sobre el mismo punto de su pecho, tras caer el ascensor volvió a bajar, al abrirse la puerta 2 doctores esperaban la mercancía, carne muerta que abonaría los campos, o al menos eso se dice.

Por lo visto al primero no le dio tiempo a reaccionar, según me contó, un puñetazo en la traquea acababa con su vida de manera trágica y lenta y, mientras el segundo intentaba dar la alarma sintió un dolor estrepitoso en la nuca, una bombona de oxígeno, ¿o era de butano? no importa, tras el único golpe, nada.

Tras huir volvió a casa, y ahí entro yo, al escuchar los gritos de auxílio le ví lleno de sangre, con Amely aun entre sus brazos y me contó lo que había ocurrido, así que yo le cubrí las espaldas, mientras el llevaba a cabo “esa” misión yo vine aquí gritando que en la superficie había vida. Agente, fue un error por su parte la falta de previsión ante estos casos, un hombre, un minero al que se le acaba de arrebatar a su familia por proteger una mentira, voy a repetir el hecho de que es minero y a recalcar que cualquier minero dispone de un relativamente fácil acceso a explosivos.

- No soy un agente, soy el Jefe de Seguridad del módulo 3 de la 4ª colonia submarina atlántica y su vecino, su amigo, o lo que mierda sea acaba de matar a casi 2500 personas importantes, mas importantes que cualquiera de nosotros.

– ¿Mas importantes que para un padre su hijo? A partir de ahora, agente - dije con un tono bastante sarcástico - podemos si quiere saltarnos este trámite, se el final que me espera y se que no será bonito, ¿Ha explotado el módulo 2? ¿Con personal político, altos cargos militares y sus familias? Usted ya lo sabrá pero vivimos en una mentira, ni la superficie es inhabitable ni mucho menos es inhóspita, solo que la gente como usted vive arriba y la gente como yo abajo, unos saben de la existencia de los otros y los explotan en los trabajos que ellos no quieren, sin embargo los otros no saben de la existencia de los unos, un trato demasiado injusto entre iguales. Desde luego esas muertes… son una tragedia, ¿o no? – Con esa sonrisa burlesca, con esa sentí el frio metal apoyándose en mi nuca.

Un único disparo.

Fuente: Noticias de mediodía, módulo 3, 4ª colonia:

Cita:
Las autoridades nos informan de que el suicida, cargado de explosivos estaba resentido con los mandatarios del módulo 2 debido a unos roces laborales con el jefe de su mina, el señor Jeff Harris, muerto en la explosión, ahora nosotros nos preguntamos, ¿Merecían morir tantas personas solo por que un loco psicótico tuviera un problema con su jefe? Juzguen ustedes mismos.

En otro orden de cosas; los análisis recientes del aire de la superficie indican que una exposición prolongada, de mas de 5 minuto podrá ser causa de muerte radioactiva debido a la cercanía de un antiguo super-reactor nuclear que explotó hace unas horas, se han suspendido todas las excursiones indefinidamente hasta nuevo aviso.


Vivimos para mantener a otros, ¿Es que nadie lo ve?

Trabajamos para mantener a las clases en su posición ¿Quién trabaja para si mismo?

Trabajamos para entregar nuestro sudor a cambio de basura. ¿Quién tiene, mucho o poco, pero sabiendo que es suyo íntegramente?

Nos han hecho creer durante años que trabajando duro, podemos ser como ellos, dando esperanzas vacías a gente ya sin espíritu, el sudor de la frente, el dolor de la espalda, las manos agrietadas y su recompensa, entregada a ellos, a cambio de un simple, gracias, cuando se dignan a darlo.

Ya va siendo hora, de salir a la superficie. Vivimos una mentira, ¿Es que nadie lo ve?

Hemos perdido el valor para preguntarnos que hay tras la capa de noticias falsas, que hay realmente allá arriba.

- ABRO LOS OJOS, GRITO -

Nadie recuerda cuando empezó la guerra, aunque todos conocemos el por qué, el control de los recursos que le quedan al planeta, ya desde el Siglo XX se viene hablando de la escasez de recursos y la super población, si sumamos esto al resto de problemas, calentamiento global, con la independencia de La Luna y de Marte y su negativa a ayudarnos, tenemos un lugar caótico al que los jóvenes de mi generación llamamos hogar. Me pregunto cómo sería el mundo hace 600 años, de pequeños estudiamos las estaciones que habían en el planeta hace varios siglos, ahora solo hay calor, por todos los rincones del mundo solo calor, casi no llueve y los alimentos y el agua potable escasean para todos, con todos estos factores la población mundial está diezmada, pero nosotros seguimos luchando…

Abro los ojos, a mi alrededor suenan las explosiones de las granadas y los morteros, esta vez la batalla es contra el continente Americano, quieren conseguir el agua dulce de algunos lagos de Europa. Cojo mi fusil de francotirador, lo miro, es gracioso, cientos de años de avances tecnológicos y las armas siguen funcionando igual; percusión, deflagración, la bala sale disparada y la vaina sale por la ventana de expulsión, se carga de nuevo y vuelta a empezar .

Miro lo que me rodea, un paisaje cercano al que fue El Gran Cañón del Colorado americano, antes de la gran guerra, claro está, ahora es el desierto del Colorado. Mire donde mire es todo seco, abrupto, así es ahora el 80% del mundo, delante de nosotros un batallón de infantería, cientos de enemigos, igual de predispuestos a morir que nosotros a la carga, los trajes no son de camuflaje, no es práctico, ellos van de un azul y nosotros de lila, no se que significan los colores, no me interesa demasiado, cerca de donde nos encontrábamos alguien grita:

– ¡Francotirador, mortero en coordenadas 76-Zulú-X-2!

Los veo, 2 enemigos, apunto, disparo, cae uno, el otro mira a su compañero caer, vuelvo a disparar, cae el segundo. Vuelven a gritar:

– ¡¡Infantería, a la carga!!

Cambio de fusil, cojo uno de asalto y me lanzo al ataque con el resto de soldados, durante la carga veo caer a algunos, algunos conocidos, malos soldados, los buenos no mueren.

El combate es muy intenso, ruido por nuestra espalda, resuenan los ecos de unas decenas de ABIS dispuestas de entrar en combate a nuestro lado, armaduras biomecánicas, de unos 3 metros de alto con munición de muy alto calibre y misiles tierra-tierra en lugar de brazos.

Les abro paso, nos adelantan a la carrera, imponentes, el blindaje es impenetrable con las armas convencionales, en medio de la formación enemiga varios vehículos blindados automáticos salen a su encuentro, son como las ABIS pero en vez de llevar piernas humanoides van con ruedas blindadas, lo recuerdo de la academia, me obligo a recordarlo, “…miden 2.4 metros de alto y disponen de munición de corto alcance, pueden enfrentarse a una ABIS y eliminar un batallón enemigo en minutos.”, extremo las precauciones, la batalla es encarnizada, tengo que tener cuidado, a parte de con las balas y las granadas, con los trozos de metal y metralla que generan esos enfrentamientos entre colosos.

Al contrario que las guerras de antaño, las batallas no las dirigen expertos estrategas, son los políticos, que ahora también son el mas alto mando militar, quienes dan las órdenes desde el puesto de mando, las guerras por el honor se acabaron, ahora las guerras son por la supervivencia, los grandes actos de heroismo quedaron en el pasado, esta es la guerra moderna, la que todo joven sueña con luchar, sucia, polvorienta, en lugares remotos.


El zumbido de las minas anti-aéreas enemigas «Abeja» nos prepara para lo que va a ocurrir, las Abeja son como las minas submarinas de hace siglos, solo que el mar es demasiado tóxico para luchar, demasiado tóxico incluso para mojarse la piel sin riesgo a una infección grave, las bolas llenas de explosivo con hélices emprenden el vuelo esperando cazar algo.

En solo unos instantes cientos de sombras nos cubren por unos segundos del sol abrasador seguidas por un casi inaguantable estruendo, nuestras naves «Gorrión», o como les conocíamos, PyR (Pequeños y Ruidosos)

Nos sobrevuelan disparando a las minas, veo abejas en dirección a los PyR, caen 2, 10 hacen pasadas rasantes contra el batallón enemigo.

Los PyR, grandes naves sin duda, superiores a las armas de cualquier otro ejército del mundo, pensadas para un solo uso, grandes ráfagas a mucha distancia durante mucho tiempo. Su morro redondo y chato es en realidad una ametralladora que acaba con cualquier cosa a la que alcance, la pintura plateada de tono lila, nuestro color, giros y maniobras que casi desafían las leyes de la física, un gran espectáculo sin duda.

Miro hacia el bando enemigo, han sufrido grandes bajas, de infantería y de blindados, malos soldados, seguro. Lanzamos la segunda carga y vamos a tierra evitando el fuego enemigo.

El soldado de mi izquierda se recuesta sobre una piedra que nos hace de cobertura, me suena su cara, creo que no se su nombre, le falta un brazo, no se queja, sigue luchando, me mira de reojo, al final cae, otro mal soldado.

Lanzo varias granadas con carga electrónica, puede desconectar nuestras ABIS pero seguramente desconectará un par de blindados enemigos, funciona, me lanzo sobre los blindados y disparo a bocajarro a sus ocupantes, seguramente jóvenes como yo, que como yo arden en deseos de luchar en esta guerra, al darme la vuelta no puedo reaccionar, un soldado enemigo me tiene encañonado a aproximadamente 10 metros, ¿qué hago?, no se de donde ha salido, antes de poder levantar mi arma oigo el disparo y a cámara lenta veo acercarse la bala hacia mi pecho, intento saltar, mi vida, no se proyecta como una diapositiva, solo pienso que puede dolerme, es tarde, caigo.

Abro los ojos, grito, escucho mi sollozo como un eco lejano, me duele el pecho, me miro, a mi alrededor los terminales de datos que nos enlazan a los robots humanoides que manejamos en batalla, levanto la mano, sudo, viene el operador, tras el viene el dirigente de la sala, ministro de economía, me recuerda lo cara que ha salido mi muerte y se marcha, soy mal soldado, debo serlo, los buenos no mueren, me dan acceso a otro robot de aspecto humano, cierro los ojos. ¿Qué hice mal?

Abro los ojos y así lo haré cada día del resto de mi vida, cumplo condena luchando por otros, muriendo una y otra vez por las ideas de otros, aun siendo de la opinión es que es mas fácil compartir recursos que gastarlos construyendo máquinas que luchen por nosotros. Creo que para los gobiernos es mejor que los soldados mueran de crisis nerviosas o suicidio, el 90% de la raza humana lucha, así se puede controlar la densidad de población, respiro hondo, me preparo. Conexión establecida.

Vuelvo al lugar del combate, apunto, mi enemigo está de espaldas, disparo, cae, a mi derecha una ABI explota, lo observo, recargo, tras la figura de la ABI un blindado me dispara ráfagas, intenta apuntar, corro, el blindado salta por los aires, un gorrión me sobrevuela, da un giro brusco de 180 grados sobre su morro y va a otro lugar del campo de batalla, el sonido de esas naves me ensordece, lo miro marchar, calor en mi espalda, mientras tropiezo me giro y veo el puñal y la mano que lo empuña, vuelvo a caer.

Imagino, que es mas cómodo luchar hasta la muerte cuando lo que muere, no eres tu.

Abro los ojos, grito…..

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Relatos / Biografías / Re:PITCHFORK
« en: 23 de Abril de 2014, 18:57:45 »
by Archeron5 on Mar Oct 29, 2013 9:15:02

Así se hará, utilizaré la baja huella calorífica de mi Aurora para atravesar las lineas enemigas y causar el mayor daño y confusión posibles en su retaguardia. Jamás sabrán qué les golpeó, y cuando den la alarma, me reuniré con mis camaradas Cowboys en el puesto avanzado que heroicamente Delan y Txibi prepararon en las mismísimas narices de los Vanduul.

Aún se me eriza el vello del cuello al recordar como estando ya en silencio radio, la patrulla vanduul se estaba aproximando al asteroide por el punto ciego, y sin manera de avisarles, Jot4 y Retalliator, tuvieron que dejarse captar por sus sensores para alejarlos de allí. No fue un combate bonito, pero fue rápido y eficaz, los scythes enemigos eran muy ágiles y buscaban el cara a cara directo donde su ventaja era clara, pero a la vez su talón de Aquiles al no prestar atención a Espartero y Trastan que volvían de reabastecerse y listos para la acción.

 

Con la patrulla destruida, nos reunimos todo el clan en el asteroide para beber una última vez antes de la hora D.

 

 

Salud Camaradas! Hagamos que este dia sea recordado para toda la Historia! Que comience la Operación Pitchfork!

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