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Mensajes - Klyon

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Relatos / Biografías / PITCHFORK
« en: 23 de Abril de 2014, 18:57:16 »
by Retaliator_Cowboy on Mar Oct 29, 2013 2:07:12

Bienvenidos caballeros soy el Coronel  Eduardo C. Clark. No hace falta que se cuadren. Como habrán observado no les he hecho el saludo militar por qué no lo son, eso no significa que ustedes no sean combatientes. ¡Lo son!, y muy buenos.

Forman ustedes parte de la operación "PITCHFORK". Un asalto frontal y sin prisioneros hacia lo que consideramos el territorio Vanduul. Muchos son los motivos de esta operación, algunos conocidos, la mayoría clasificados, lo que sí les puedo decir es que hay "muy buenas razones" para ejecutar este asalto.

Como pueden imaginar, la armada por sí sola no puede desarrollar una operación de este calibre sin que los preparativos alerten al enemigo. Por eso están ustedes aquí. Van a ser la mano izquierda de la armada. Van a realizar determinadas operaciones usando sus propios recursos para que el grueso de la flota lance su ataque frontal sin aviso previo.

Se le han asignados los roles habituales que realizan en sus propias  operaciones rutinarias que podría implicar la colaboración entre las distintas alas civiles que participan en la operación. No se preocupen por ello. A nadie se le va a exigir un trabajo al que no esté acostumbrado, pero estén listos para improvisar.

 

La primera asignación es para los Space Cowboys. Señores, para ustedes está diseñada la operación "PUNTA DE FLECHA".

Como grupo independiente están acostumbrados a moverse en solitario, a veces clandestinamente y otras veces como un enjambre. Usan tácticas poco habituales y tienen un modo de pensamiento diferente a los clanes guerreros. Por eso vamos a usarles para preparar el camino.

Entrarán en el Sector Vanduul de forma clandestina, evitaran los contactos. Localizarán un asteroide, lo tomarán, preparan depósitos de avituallamiento en el mismo y  zonas de aterrizaje ocultas en sus cavernas.

Usaran sus tácticas para transportar y recolectar recursos a dicho depósito. En colaboración con Non Serviam atacaran convoyes de carga, los asaltaran y tomaran sus recursos. Hostigarán  su retaguardia y se sumergirán en las sombras cuando les busquen. Distraerán a las patrullas, contribuirán a suministrar información falsa de inteligencia, actuaran como falso cuerpo de ejército y despejaran la ruta principal de invasión.

 

La siguiente asignación es para  Non Serviam  y Stelar Corsairs. Para ustedes le hemos preparado la misión "MATAR A UN RUISEÑOR".  Espero que sus ansias de sangre queden saciadas.

Realizaran una infiltración masiva usando sus naves sigilosas. Cartografiaran los sistemas desconocidos. Realizaran misiones de guerra de guerrillas contra las fuerzas Vanduul, especialmente en situaciones de superioridad numérica o estratégica. Acosaran su flanco, sus líneas de aprovisionamiento. Generaran inteligencia falsa para los Vanduul. Asaltarán sus recursos y  colaboraran estrechamente con los Spaces Cowboys para aprovisionar los depósitos con dicho avituallamiento y se aprovisionaran en ellos para continuar sus operaciones. ¡Una advertencia caballeros!, seré claro. La mayoría de ustedes son asesinos, esclavistas, contrabandistas y piratas. En el mejor de los casos podría decirse que su moral y sus expedientes son... manifiestamente mejorables. La mayoría de ustedes están aquí buscando una amnistía de sus crímenes, pero se los advierto:

¡Un sólo tornillo que se extravié en el manifiesto de carga de un asalto!.¡ Una pelea entre facciones en las que pueda estar presente uno de ustedes!.¡ Un sólo carguero Vanduul o Terrano que "desaparezca misteriosamente" cuando en las proximidades sólo existan naves de Non Serviam o Corsairs!,¡ Una lata de cerveza que falte del inventario de un deposito asteroide y no esté debidamente justificada!,... ¡y codificare sus IFF de un rojo tan intenso que podrán verles desde el propio infierno!.

 

Para M.E.R.C. y Spanwars hemos construido un bonito paquete de misiones al que llamaremos "ESCUDO".

Sepan que nos han planteado un serio quebradero de cabeza caballeros. Sus reputaciones les preceden y no sabíamos si asignarles directamente al frente. Sin embargo creemos haber encontrado un lugar adecuado para sus habilidades.  En un despliegue tan importante como este es imposible mantener el frente lo suficientemente compacto como para no desproteger el flanco. Ustedes van a ser el escudo de dicho flanco. Se situaran en posiciones estratégicas para un despliegue rápido de contención ante cualquier contragolpe Vanduul.  Les enfrentaran, les derrotaran y permitirán a la flota principal reestructurar su posición para contrarrestar la amenaza. No se extrañen si en algún momento se convierten en la línea de vanguardia de un enfrentamiento de flotas en toda regla. Lo que empieza como una escaramuza, puede convertirse en poco tiempo en un frente estratégico que absorba recursos y pilotos más rápidamente que un agujero negro y ustedes pueden llegar a ser el primer plato del menú.

 

La patrulla del infierno y Nova Space corporation son los siguientes en el roster. "COLMILLOS" es su asignación.

Hasta ahora las asignaciones que hemos dados prevén enfrentamientos clandestinos y de mediana intensidad.  A ustedes les toca los peces grandes del estanque. Los bombarderos de  La patrulla del infierno y los cazas de Nova se encargaran de la destrucción de las naves principales en los escenarios de oportunidad y de proveerles escolta respectivamente. Trabajaran íntimamente con la inteligencia de la flota. Dispondrán de los más avanzados sensores y naves de alerta precoz. Establecerán zonas caliente desde las cuales los Vanduul  puedan desplegar sus naves principales. Merodeadores furtivos, las localizaran y les darán los vectores adecuados. Coordinaran sus ataques con la flota principal para evitar alertar al enemigo sobre las auténticos movimientos del frente y les darán caza fuera del frente principal cuando se les requiera. Les negarán las posibilidades de retirarse y agruparse.  Les negarán la posibilidad de proyectarse y amenazarnos.

 

Para los antiguos veteranos del  E69 que sin pertenecer a facción alguna se han presentado voluntarios  les ha correspondido  "YUNQUE.

Señores, mis respetos. La mayoría de ustedes acaban de licenciarse o han pasado a situación de reserva. Tienen más experiencia de vuelo y combate de lo que algunos tendrán jamás. Han participado en más batallas que el ángel de la muerte y han sobrevivido, por ello les queremos en el frente de batalla. Avanzaran con la flota principal en misiones de primera línea y enfrentamiento de flotas. Cuando no tengan misiones especificas de combate dentro de una batalla se dispondrán en situación de Alerta-1 para su despliegue inmediato al frente de batalla si se les requiere como tropas de refresco.  Enfrentaran cualquier objetivo asignado. Patrullas de protección, de superioridad espacial.  Bombardeo y torpedeo. Escolta. Búsqueda y destrucción. Darán a los Vanduul tales pesadillas que estos pensaran que el diablo en persona ha venido a abrirle las fauces de todos los infiernos personalmente.

 

A la corporación Valinor Aerospace se les asigna la misión "HOMELAND".

Estabilizado el frente de avance  proveerán  de material manufacturado desde sus fabricas en retaguardia. Serán los encargados de estructurar el despliegue de nuestros propios convoyes desde las fabricas a los depósitos clandestinos y desde ellos a las líneas de frente. Vertebraran un sistema de seguridad interior y control de tráfico del territorio tomado.  Construirán las estructuras necesarias para proyectar el aprovisionamiento de la flota como son refinerías y estaciones de reparaciones, la evacuación de heridos y si fuese necesario actuaran como alas de refuerzo en los frentes de batalla.

 

¡Que nadie menosprecie la función de cada parroquia señores!. Quizás a algunos de ustedes no les parezcan muy glamurosas, pero no se equivoquen, esto no es un juego, es la guerra, todos ganan, todos pierden. Sin recursos no hay avances, sin convoyes no hay recursos, sin bajas enemigas no hay progreso, sin seguridad interna no hay retaguardia. No les faltará trabajo, ¡y lo harán bien!.

 

Reúnanse con sus respectivos coordinadores tácticos para los detalles de cada misión. Eso es todo damas y caballeros, pueden retirarse y buena suerte.

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Relatos / Biografías / TswordZ (biografía)
« en: 23 de Abril de 2014, 18:56:19 »
by Delan Conway on Vie Nov 01, 2013 2:22:55

Desde hace un tiempo vago por estos lares. La mirada baja, pensativa. Me siento perdido dentro de mi mente. Las estrellas en el cielo me llaman, pero mi interior está dudoso sobre el camino a seguir. Doy una mirada a mi vieja Aurora. No ha tenido muchas aventuras, pero las pocas han sido intensas. Una emboscada pirata en completa desventaja numérica, y el ataque y posterior destrucción de la estación en que me encontraba. Apenas pude escapar por lo pelos en ambas ocasiones. Mi nave anterior, una década atrás, vivió muchas más batallas. Resistió bien y pegó duro, pero una serie de malos negocios y las estafas de las que fui víctima fueron acabando con la pequeña fortuna que había reunido, relegando al pasado aquellos tiempos de aventuras.
Pasé un tiempo en la depresión. Perdí el interés en general y me la pasé haciendo trabajos de poca monta. No tenía planes a futuro más allá de vivir un día más. Había perdido la ambición de antaño, las ansias de surgir, las llamas de la pasión.
Luego del incidente de los piratas y la estación sentí una presión dentro de mí. La adrenalina de estar al borde de la muerte volvió a despertar en mí el deseo de vivir que había perdido hace años. La pequeña chispa de vida iba creciendo hasta hacerme sentir de nuevo ese deseo de alcanzar metas, de hacer algo más que meramente existir.
Ahora, con la cabeza algo más fría que en mi juventud, pero con el deseo de sentirme vivo creciendo nuevamente dentro de mí, decidí no volver a ser un muerto en vida. Usé la mayor parte de mis pocos ahorros en actualizar mi Aurora y dejé un tanto como fondo de reserva. Un cañón más potente o un motor más rápido me serían útiles, pero había aprendido que siempre es bueno estar preparado para los imprevistos, que suelen llegar cuando no se tienen los recursos para enfrentarlos.
Sin embargo, aún hay una sombra de duda rondando mi mente: El rol a tomar a partir de ahora. No soy mucho de causar daño a los demás... aunque si tratan de causármelo a mí o a los míos, me aseguraría no volviesen a tener siquiera la oportunidad de volverlo a intentar. La depresión y las estafas me hicieron perder ese sentimiento de amasar riquezas, aunque sé lo útil que puede llegar a ser el poseer una fortuna... y lo vacío que se siente uno al obtenerla finalmente. ¿Explorar? Je, suelo tardar en llegar a destino porque normalmente me entretengo en el camino con cualquier cosa que me llame la atención, aunque no estoy seguro de si eso es lo que quiero para mi vida.
Volví a darle una mirada a mi flamante Aurora LN. Luego de la actualización me encariñé más con ella y me dediqué a hacerle una mantención y aseo profundos. Quizás por mi indecisión el destino puso en mi camino esta nave. Es suficientemente versátil para utilizarla en cualquier rol, al menos hasta que decida finalmente el camino a seguir en esta vida. Sonreí ante este pensamiento. Con una mirada más decidida y una sonrisa de satisfacción apagué la luz y salí del hangar.
Y es por esto que me presento para solicitar el reclutamiento en los Space Cowboys. Desde hace tiempo que veo a los suyos con un ánimo y alegría que me recordaban a mi antiguo yo. Sentía deseos de unirme a ustedes, pero ante la imposibilidad de decidir el camino a seguir intentaba mantenerme un tanto alejado. Pero luego de un tiempo de reflexión me di cuenta que, aunque el rumbo que tome no está del todo decidido, es mejor pertenecer a un equipo. Ya he compartido unas cuantas cervezas con Delan, Retaliator y Txibi (que se perdió camino hacia acá, pero terminó encontrándonos siguiendo el olor de la cerveza), por lo que sé que son buena gente y hay un espíritu de compañerismo entre ellos.
Quizás aún no esté muy seguro de mi rol, pero, je, más importante que eso es estar rodeado de gente bien, y aparte de la buena cerveza que tienen, la disposición de algunos de ellos de participar en la invasión masiva a territorio Vanduul me hizo terminar de decidirme. Moriremos. Sí, tal vez. Pero si vamos a hacerlo, al menos que nos recuerden las futuras generaciones. Puede que mirado lógicamente esto sea estúpido, pero supongo que la estupidez es parte del ser humano y hay momentos en que ésta sale a relucir con más fuerza, sumado a que mientras más gente esté junta más fuerte se hace. Un caldo de caos, pero al menos será algo gloriosamente estúpido.

Vaya, incluso en una simple solicitud no puedo evitar alejarme del camino habitual. Supongo que algo de aventurero tengo... Aunque el poder haber sobrevivido todos estos años con una miseria de créditos demuestra que sé algo de manejar dinero. Y aunque calmo, también tengo mis momentos de ira y de vez en cuando se me afloja un poco el dedo del gatillo.
Pero, independientemente del camino que escoja, estoy convencido que será más divertido junto a ustedes. Y, seamos francos, sin diversión la vida, por muy bien que esté yendo en otros aspectos, se siente vacía y sin sentido.


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Relatos / Biografías / Re:Cómo conocí a Eloise, 2ª parte.
« en: 23 de Abril de 2014, 18:50:59 »
by El Keve on Jue Feb 27, 2014 20:40:55

¡Claro! Será un placer.

Prohibido madrugar, editorial Punto Rojo. Autor: Fernando Quevedo (yo, claro). De momento sólo está puesta en e-book. En papel tardará unos días. Es novela negra, nada que ver con el espacio.

Si queréis podéis leer gratis un par de capítulos en www.prohibidomadrugar.com

Un abrazo a todos.

EDITO:

En la web de La Casa del Libro está en e-book, por el momento.

http://www.casadellibro.com/ebook-prohibido-madrugar-ebook/9781629346427/2264886

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Relatos / Biografías / Re:Cómo conocí a Eloise
« en: 23 de Abril de 2014, 18:49:37 »
by El Keve on Mar Ene 21, 2014 5:28:08

III.- EL VIAJE

 

   Como faltaba tramitar la ID, me tomé un par de libertades. Mientras los de la ambulancia recogían sus equipos y tapaban el cadáver de Harper, los empleados del concesionario de Origin se fueron a la sala de juntas a lamentarse por lo ocurrido. Nadie pareció recordar que yo existía, así que un pensamiento fugaz me cruzó la mente.

   Rellené con mis datos personales la ficha técnica y envié la ID a mi nombre a las autoridades de la UEE. Antes de empezar a sudar, me devolvió una curiosa respuesta: la ID 445-JK-E39-ORIGIN-92551 a mi nombre había sido dada de alta satisfactoriamente en la base de datos de la Flota.

  Cuando subí a la cabina de Eloise, una pantalla se acercó hacia mí con un brazo robotizado. Al principio me sobresalté, pero recordé que era el lector biométrico. Una lucecita apuntó a mi ojo derecho y una cámara óptica me enfocó. “ACCESO AUTORIZADO”, fue lo que mostró la pantalla. El hangar estaba vacío.

  Un botón rojo hizo sonar un ruido ensordecedor que se hacía más agudo mientras los motores comenzaban a calentarse. Gracias al videojuego al que estaba enganchado en mis ratos libres había aprendido vagamente a pilotar naves espaciales, así que empecé a configurar el sistema como solía hacer antes de un combate simulado. Y la nave se elevó elegantemente bajo la atónita mirada del Jefe Kenneth.

  ¿Qué cojones había hecho? Acababa de robar una carísima nave, me había escapado de mi puesto de trabajo y ahora la fiscalía estaría recibiendo una denuncia. Menudo lío. Si algún día tenía alguna mínima posibilidad de convertirme en ciudadano, ahora sí que la había arruinado definitivamente. Mientras me lamentaba, la atmósfera de Terra se desvanecía lentamente hasta la negrura del espacio y allí, a la deriva bajo las brillantes estrellas me quedé esperando que alguien viniera a detenerme, o peor aún, a derribarme.

  Hasta que un pitido me despertó de mi ensoñación. Procedía del radar y, por lo que recordaba del videojuego, los puntos azules eran naves de la UEE, seguramente de la fiscalía.

  -Origin para Agente Supervisor de la Fiscalía –sonó una voz a través de la radio. No respondí.

  -Origin no identificada, abra un canal, por favor.

  -Hola –contesté temeroso.

  -Origin, no tiene ningún rumbo. Manténgase así, vamos a proceder a escanearle.

  -Ah… Claro.

 

  Otro zumbido más agudo indicaba que Eloise sabía que estaba siendo escaneada. Eloise es una nave muy lista y avisa de cualquier novedad que pueda interesarle a su piloto así que presté atención.

  -Origin, ¿sabe su ID? ¿Tiene algún problema? –preguntó el oficial de la Fiscalía con impaciencia.

  -Eh… Sí. Disculpe… 445-JK-E39 –leí de la placa del salpicadero.

  -Recibido. ID correcta. Gracias por su cooperación –dijo el oficial antes de cerrar el canal.

  -Gracias…

 

  No entendí nada. Se iban. Allí, en la pantalla del radar, los puntos azules se alejaban en formación de patrulla y no abrían fuego. ¿Qué estaba pasando? Sería que todavía no habían puesto la denuncia. Sí, probablemente fuera eso. Otro aviso me sobresaltó. El la pantalla auxiliar se podía leer: “Mensaje entrante”. Lo abrí.

 

De: Origin Jumpworks, concesionario oficial de Terra. Kenneth Brown, Jefe de ventas.

Para: 445-JK-E39-ORIGIN-92551

Asunto: [sin asunto]

Mensaje: Hijo de puta. Te creerás muy listo, pero lo acabarás pagando. No vuelvas por aquí en tu miserable vida.

 

  Y así fue como me convertí en el piloto con más suerte de toda esta puñetera galaxia, aunque ahora estaba solo y no sabía a dónde ir.

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Relatos / Biografías / Re:Cómo conocí a Eloise
« en: 23 de Abril de 2014, 18:49:04 »
by El Keve on Mar Ene 21, 2014 5:27:23

II.- EL MUERTO

 

   Todo lo que recuerdo de aquel día es tan confuso que cada vez que lo pienso me entra la risa floja y soy incapaz de terminar la historia, y como es tan rocambolesca nadie acaba de creérsela. Yo, el chico de la limpieza de un concesionario de naves espaciales de lujo para turistas ricos, acabé pilotando una Origin 300i modificada. Sólo la pintura del casco costaba el sueldo de tres meses de duro trabajo, limpiando aseos y máquinas cubiertas de grasa. No tenía ni la menor idea de cómo iba a mantener ese caro aparato. Mis ahorros ni si quiera me daban para las tasas de atraque de una estación espacial civilizada, y no tenía agallas para volar a los sectores más peligrosos, así que me encontraba en el espacio, flotando a la deriva sin saber dónde ir. Pero me estoy alejando de mi historia.

 

   Me senté obedientemente en la silla del despacho del Jefe Kenneth, y como tardaba en volver me puse a toquetear sus cosas. Una fotografía familiar de papel encerrada en un marco metálico ocupaba un lugar privilegiado de la mesa. El papel era una extravagancia reservada a gente como él. Me quedé mirando a su mujer, una espantosa morena muy maquillada que sonreía mientras sujetaba a su rollizo hijo. Tenía pinta de ser la típica familia aburrida sin más sobresaltos que la barbacoa del domingo. Dejé la foto donde estaba y cogí el terminal de ordenador. Tenía la ficha de la nave y el contrato de compraventa. Afortunado cabrón, me dije mientras pulsaba la pantalla para mostrar el catálogo. Se llevaba una preciosidad de nave, la que tanto esmero había puesto en sacar brillo y ni si quiera iba a permitirme dar una vuelta por la órbita de Terra.

 

  De repente, ocurrió todo.

 

   Vi al Jefe Kenneth corriendo por el pasillo. Diez segundos después volvía corriendo con dos más. El Director Morris casi se cae al suelo mientras resoplaba tratando de seguirlos. Se escuchaban voces y me asomé. En el centro del vestíbulo, en el lugar donde hace un momento estábamos charlando tranquilamente, yacía Harper. Un comercial que no conocía le daba aire con una carpeta mientras la secretaria de tetas gordas que a todos los del hangar nos volvía locos le cogía la mano muy nerviosa. Media hora más tarde, cuatro personas de emergencias llegaban corriendo cargados de maletas. La doctora empezó a observarlo mientras el enfermero preparaba jeringuillas o cosas así, y los otros dos apartaban a los asustados empleados.

  -¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? –preguntó la doctora con energía.

  -Una media hora, doctora –respondió Kenneth muy nervioso.

  -Y cómo ha sucedido, dígame.

  -Fue muy rápido. Empezó a ponerse blanco y a sudar. Le dijimos que se sentara y alguien le trajo un poco de agua. De repente se cayó al suelo y dejó de respirar.

  El enfermero trataba de reanimarlo con la ayuda de un técnico mientras la doctora seleccionaba frascos de medicación. Se tiraron sus buenos veinte minutos.

  -Dejadlo ya –ordenó la doctora-. No hay mucho que hacer.

  -¿Cómo dice? –preguntó el asustado Director.

  -Ha fallecido, señor. Y no vamos a poder llevarlo a tiempo para reconstrucción cerebral. Ha pasado demasiado tiempo y la nave criogénica más cercana está en New Austin.

  Como si hubiera caído una losa, todos los que estaban alrededor se congelaron en una imagen fantasmal. Kenneth se llevó las manos a la cabeza, la secretaria salió corriendo a llorar y los demás empezaron a deambular sin rumbo. Sin embargo yo no sentía nada. Me lo tomé con mucha calma, volví al terminal del despacho y me puse a mirar el catálogo.

 

  Seguí abstraído con la Origin 300i, una preciosidad de nave. Elegante, sofisticada. Carísima. Una joya que sólo podía aspirar a limpiar. Pulsé otro botón de la pantalla y miré la ficha técnica. El pobre Harper le había añadido un rayo tractor y un par de lanzaderas de misiles Talon Stalker. ¿Qué pretendía? Ir a pescar a Neptuno no, desde luego, pero eso nunca lo sabría. Volví a pulsar la pantalla.

  Y allí estaba el contrato. Menuda barbaridad de créditos. Eché cuentas a ojo y calculé que debería trabajar unos noventa años para pagarla, sin contar con comer o pagar el alquiler. Ya estaba pagada, por supuesto y sólo faltaba tramitar la ID a las autoridades.

 

 

  Tramitar la ID…

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Relatos / Biografías / Cómo conocí a Eloise
« en: 23 de Abril de 2014, 18:48:10 »
by El Keve on Mar Ene 21, 2014 5:26:54

I.- EL NOMBRE

 

  Era bonita… Condenadamente bonita. Se llamaba Eloise y aunque era exactamente igual que las demás, ella parecía ser diferente. Nunca sabía de sus nombres ni maldita falta que me hacía saberlo. Pero cuando Eloise apareció, tuve que averiguarlo.

 

  Esperé pacientemente a que llegara la hora de mi turno de descanso –el único de la jornada-, improvisé una excusa para no salir a fumar con los compañeros y salí del hangar hacia las oficinas de los comerciales. A pesar de la advertencia del encargado, crucé por el vestíbulo principal vestido con el mono de trabajo, sucio y gastado, y me quedé mirando como un idiota a su futuro dueño cómo gesticulaba como un imbécil mientras el Jefe de Ventas de Origin Jumpworks le hacía la pelota, le reía las gracias y le estrechaba la mano. Finalmente advirtieron de mi presencia y me miraron fijamente.

  -¿Hola? –preguntó el Jefe Kenneth visiblemente molesto. Aún no había cerrado el trato y se le notaba, el brillo de codicia de sus ojos era más que evidente.

  -Hola –repitió el cliente con la intención de saber qué ocurría.

 

  Tardé un par de incómodos segundos en salir de mi estado.

  -¿Cómo se llama? –solté.

  -Harper –respondió mientras extendía la mano.

  -No… Usted no. Ella.

  -¿Quién? –preguntó confundido.

  -Ella. La nave.

  -La… ¡Oh! No le he puesto nombre. ¿Cree que debería?

  -Claro que sí, señor Harper… Si me permite el atrevimiento, el nombre es lo más importante para una nave como esta.

 

  Harper me miró fijamente durante un momento, después al Jefe Kenneth. Estaba confundido, probablemente valorando si despedirme o directamente meterme en el reciclador de plasma.

  -¡Pues claro que sí! Kenneth, debería habérmelo dicho cuando me vendió la nave –le dijo en tono jocoso. Pareció que el Jefe se relajó un poco.

  -Es cierto. Nuestros ingenieros son muy detallistas y no dejan pasar una. Cuál es su departamento, joven? –me preguntó.

  -¿Ingeniero? No –respondí con una amplia sonrisa-. Limpio el casco de las naves cuando salen de producción. También el hangar.

 

  La risa de Harper me sorprendió. Me dio la mano y me habló con franqueza.

  -Buenas máquinas salen de esta fábrica si el chico de la limpieza se preocupa de detalles como el nombre de una nave de combate. Kenneth, dé las gracias a este joven, porque vendré más veces a comprar naves como éstas para la flota de mi empresa. ¿Cómo te llamas tú, muchacho? –me preguntó mientras me echaba un brazo por el hombro.

  -Keve –le dije ruborizado. Me había apuntado un tanto delante de uno de los jefazos de corbata de las oficinas y lo mismo conseguiría un aumento.

  -Muy bien, Keve. ¿Qué nombre se le suele poner a una nave espacial de combate como ésta?

  -De mujer, por supuesto.

  -Claro… ¿Qué tal Rose?

  -Me parecerá bien si a usted le resulta apropiado.

  -No, Rose es muy común. Dos o tres pilotos de mis fábricas llaman Rose a sus naves.

  -¿Qué tal el nombre de su madre? –pregunté ingenuamente.

  -Mi madre... Se llamaba Eloise… Falleció hace ocho años… -dijo casi para sí-. Eloise. Sí, creo que la llamaré Eloise.

  -Un nombre muy adecuado –mintió Kenneth mientras le daba una palmadita en la espalda-. Si quiere se la rotulamos en el casco.

  -Sí, quedaría perfecto.

  -Pues venga conmigo, que en nuestro departamento de publicidad le hacemos un rótulo con el nombre de… de…

  -Eloise –le recordó.

  -Eloise, eso. Joven, espere en mi despacho un momento que luego hablo con usted.

 

  -Claro, señor –dije mientras los veía alejarse.

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Relatos / Biografías / Cómo conocí a Eloise, 2ª parte.
« en: 23 de Abril de 2014, 18:47:32 »
by El Keve on Jue Feb 27, 2014 4:32:24

IV – NUEVA VIDA

 

  El espacio: la última frontera. Nunca me hubiera imaginado que viajar por el universo pudiera resultar tan complicado. Está claro que el holojuego al que dedicaba gran parte de mi tiempo libre era bastante incompleto porque Eloise era endemoniadamente compleja. Había bastantes más botones que en el simulador y configurar una ruta en la pantalla se antojaba harto difícil. Para colmo de males, en la despensa había muy poca comida. “Barrita energética cortesía de Origin Jumpworks”, decía el envoltorio. Por lo menos había agua, y el sistema de reciclado de meados parecía funcionar correctamente (eso ponía en el manual). Tras diecinueve largas horas tocando botones como un kalj’ee en una chatarrería, conseguí llenar un poco los tanques de hidrógeno en la ionosfera; los malditos bastardos del concesionario no habían tenido el detalle de dejarlos llenos. Según el manual, la pantalla, y unos complicadas fórmulas en la calculadora, estaba casi seguro que podría realizar dos saltos. Tres, a lo sumo.

 

  Desde luego, tenía que alejarme de la órbita y encontrar un punto de salto. Según la cartografía, parece ser que podría encontrar uno muy cerca del cinturón de asteroides que envolvía el sistema, así que puse rumbo hasta allí. Me costó una hora hacerlo, pero cuando el ordenador me avisó que estaba a velocidad casi relativista me pude relajar.

 

  Aunque intenté dormir no fui capaz. El camastro no estaba nada mal, de hecho era mucho más cómodo de lo que pensé. La Origin 300i está muy bien diseñada y todo está pensado para el confort. No me vino mal cerrar los ojos, a fin de cuentas. Tras no sé cuánto tiempo medio dormido, un zumbido suave me avisó de la llegada al destino.

  -Muy bien, bonita. Has llegado a tu destino –le dije a la nave.

  -Beeeeep –fue lo que me respondió.

 

  Bien, un punto de salto. Ocho destinos posibles, una preciosa y cara nave de combate y ni un solo crédito para utilizar. Habría que decidirse. Piensa, Keve. ¿Dónde podrías ir, desgraciado?

 

  Miré el mapa y, de súbito, una pequeña intuición me asaltó. En Antares-8 recordaba que conocía a alguien. Igual podría echarme una mano. Y hasta recordaba la dirección. No se hable más. A Antares-8.

 

 *****************

 

V – RECUERDOS DE OTROS TIEMPOS

 

  Cuando me llevaban esposado hacia el aerocoche patrulla pude notar la mirada de desprecio de Marlene. No porque había destrozado el precioso jardín de su casa con el tren de aterrizaje de la nave, ni porque el pobre Sparky había acabado con los intestinos esparcidos bajo veinte toneladas de alta ingeniería aeroespacial. Ni tan siquiera por el bochorno de la policía llevándose detenido a un chiflado que acababa de aparcar su nave espacial en una pintoresca y aburrida urbanización. No. En realidad era porque se acababa de casar y no le había dicho nada a su marido de la aventura que tuvimos el año pasado, cuando estaba estudiando xenobiología en Terra.

 

  Imaginaos lo increíble de la situación. Están Marlene y Donovan tranquilamente tomando el té de las cinco. Qué tal ha ido el día, cariño. Muy bien, mi amor. Hoy he estado en la peluquería y me he enterado de una cosa. ¿Qué cosa, amor mío? Vomitivo. La clase de vida despreciable de una familia clase media sin mucho que hacer. De repente comienzan a tintinear las tazas y a hacer ondas en la superficie del té. Un silbido procedente de todas partes lo llena todo. Sparky ladra frenético y cuando sales a ver qué cojones está pasando, se levanta un huracán que rompe cristales y se lleva todo por delante. Una vez se despeja la nube de polvo, descubres los cañones láser de una nave espacial de combate apuntando directamente hacia la puerta de tu casa. ¿Qué haces? Efectivamente, llamas a la policía. Aunque lo sensato hubiera sido llamar a la Flota de la UEE, en ese barrio lo más a mano era el Sheriff O’Hara.

 

  Y así fue cómo el pobre O’Hara se rompía la cabeza intentando cuadrar mi historia.

  -A ver si lo he entendido bien. ¿Dice que usted salió con Marlene?

  -Sí, agente. El año pasado tuvimos una aventura –respondí sinceramente.

  -¿Y no sabía que estaba casada?

  -En realidad estaba prometida, pero de eso me acabo de enterar ahora mismo.

  -Y claro. Se le ha ocurrido que podía darle una sorpresa aterrizando en su casa con ese cacharro, sin autorización de la Flota para una entrada a la superficie y sin pasaporte en regla.

  -Algo así había pensado –reconocí.

 

  El Sheriff se rascó la nuca. Seguramente fuera la situación más complicada en mucho tiempo que tuviera que resolver. La comisaría, pese a ser un edificio moderno y bien cuidado, no dejaba de intimidar. Colocó las manos sobre las rodillas y se inclinó hacia mí.

  -Debe saber que la Fiscalía ha llamado. Han detectado su entrada triunfal en la atmósfera y les he tenido que decir lo que ha pasado.

  -Mierda –exclamé.

  -De momento se va a quedar detenido esta noche. Mañana ya veremos.

  -¿Y la nave? –pregunté con preocupación.

  -La nave se quedará donde la dejó. No esperará que alguien pudiera llevársela.

 

  Los calabozos eran feos, pero hoy pude cenar algo caliente.

 

 *****************

 

VI – CON LA MÚSICA A OTRA PARTE

 

  Tuvieron que traer refuerzos para alejar a la gente de la nave. Cuando llegamos había ocho niños subidos al casco, unos cincuenta vecinos haciendo fotos y un par de cámaras de un canal local de holovisión. Marlene se había ido a dormir a casa de su madre y Donovan había hecho las maletas y volvía a su pueblo, dolido por el engaño de su mujer. De todas formas a la casa no le quedaban cristales. Yo fui advertido por el Sheriff O’Hara que no volviera por allí, salvo para pagar la multa y los destrozos. Por lo menos tuvo el detalle de regalarme varias raciones de la comida de los calabozos porque había escuchado mi historia y se había reído tanto que le caí simpático. Incluso me invitó a desayunar. También me dio un par de consejos.

  -Chaval. Tienes una estupenda nave de combate y no pareces demasiado estúpido. Puedes ganarte la vida muy bien. Incluso trabajar para la Flota. Si trabajas duro y salvas la vida hasta puedes convertirte en Ciudadano.

  -¿Usted cree? –pregunté incrédulo.

  -¿Qué si lo creo? Cabrón con suerte. Con ese trasto, armado hasta los dientes como vas, con un par de recompensas de delincuentes de poca monta que derribes podrás tener créditos para ir tirando una buena temporada.

  -Ya, pero no sé ni por dónde empezar –reconocí.

  -Mira, te voy a hacer un favor –dijo en tono paternal-. Vas a ir hasta Gaia-3, allí tengo un compañero de promoción, es teniente de homicidios. Dile que vas de mi parte. Te doy su dirección. Le dices que estás buscando trabajo, cuando vea tu nave sabrá qué ofrecerte.

  -¿Trabajo? Me gusta la idea. ¿De qué se trata?

  -No tengo ni idea, pero conoce a un grupo de mercenarios que…

  -¿Mercenarios? –exclamé alarmado-. Oiga, no crea que estoy tan desesperado como para…

  -Tranquilo. No son exactamente mercenarios. Son un grupo de caza recompensas o algo así. A veces colaboran con la UEE y no son mala gente. Es más, la ruta de comercio de este planeta con Gaia está protegida por ellos, así la Flota nos deja en paz y nos baja los impuestos. Por eso este lugar es tan tranquilo.

  -No parece demasiado malo.

  -Si no te importa jugarte el cuello de vez en cuando no, desde luego –me dijo apuntándome con el dedo.

  -Dile que quieres trabajar. Tienes buena nave y les harás un favor. Se hacen llamar Space Cowboys.

  -¿Space qué?

  -Cowboys. Ya sabes, como en las leyendas terrícolas de antes de la era espacial.

  -Por lo menos me ha dado una opción, O’Hara. Le estoy agradecido.

  -De agradecido nada, joven. Aún debe la multa –me dijo mientras me estrechaba la mano.

  -Tenga por seguro que pagar será lo primero que haga. Gracias, Sheriff. Le debo una.

  -No ha sido nada. He pasado un par de días muy divertidos. Y no se hablará por aquí de otra cosa en meses. Buen viaje y suerte –me dijo mientras me dirigía al interior de mi flamante nave, convencido de las oportunidades que se me presentaban.

 

 

  Según se alejaba la superficie del planeta a mis pies, me despedía de la escolta de la Flota y se oscurecía el cielo a mi alrededor, no dejaba de pensar en la clase de gente con la que me podría encontrar. Space Cowboys. Menudo nombre.

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Relatos / Biografías / Drakkar Palma Llameante (Biografía)
« en: 23 de Abril de 2014, 18:44:31 »
by Txibi on Sab Mar 29, 2014 15:49:06
 

 

EMPORIO COMERCIAL PALMA LLAMEANTE.

 

Fuerza Es Poder.

 De:Sede central del Emporio Palma Llameante.

A:Drakkar Palma Llameante.

Asunto:Sucursal en nuevo planeta.

 

      El consorcio ha dado el visto bueno al proyecto de expansión. Se le asigna permanentemente al realizar al banco el último pago la nave clase Freelancer “El Pajarraco Centenario”. El consejo de accionistas así mismo ha aprobado el proyecto de fusión de la sucursal Palma Llameante con la Multinacional Space Cowboys. Se ha procedido a inyectar los fondos necesarios para la construcción del hangar y las oficinas en el planeta o estación orbital de su elección. Así mismo, el proyecto de construcción de la nave Starfare “La Sangre de Thor” ha sido remitido a la comisión de gastos para que valores si es viable. No obstante, le recuerdo que aunque pase la valoración debe ser aprobado por la comisión y ratificado en la junta de accionistas.

                Tenemos plena confianza en su habilidad comercial y diplomática para evitar las peleas, y más confianza aún en el armamento asignado a la nave por si no fuera posible negociar sin sangre. Recuerde nuestro lema “Fuerza Es Poder”. Siempre se negocia mejor con armamento de calibre grueso. Previene el incumplimiento de contratos.

                Buena suerte ahí fuera. 

                …

 

 

Diez meses después…


Drakkar se estiró. Las obras ya estaban terminadas. Un espacioso hangar modulable (lo que significa que ampliable) alojaba El Pajarraco Centenario, un ascensor llevaba a la parte superior donde estaba las viviendas de la sucursal, su centro de ocio y recreo, tratamiento de residuos y combustible y la oficina.

La oficina la compartía con Bob Martillo Atronador. Era el secretario que se encargaría del papeleo y de lidiar con los seguros y alquileres para que él pudiera dedicarse a lo suyo ahí afuera, en el espacio, sin tener preocupaciones más cotidianas en mente. La oficina era espaciosa pero compartida, ya que normalmente el estaría fuera y en las escasas ocasiones que tuviera que tratar algo en Tierra Bob era de confianza y de gran utilidad si se tercia. Bob fue boxeador en su juventud y siente el mismo placer en la actualidad cuando machaca a los ejecutivos sin escrúpulos durante las negociaciones comerciales, como sentía de joven en machacar los huesos de chulapas de barrio. Entonces ejercitaba el músculo físico, ahora ejercita el músculo intelectual. Y mantiene en forma ambos. No hay nada que le apasione más que una buena pelea, sea física o mental.



 Un pitido casi imperceptible le llamo la atención en su ordenador de aleación transparente. Ejecutó los movimientos desde su asiento sin necesidad de levantarse y los sensores del ordenador lo captaron y transfirieron información y le actualizaron los datos. Sonrió, había sido aprobada la construcción de La Sangre de Thor, los trabajos de construcción llevarían unos meses, claro. Salvo que hubiera alguna libre repentinamente porque su comprador se hubiera arrepentido y se hubiera echado para atrás. Y por supuesto aún tendría que hacer los pagos. Pero era una excelente noticia, que permitía que pudiera también meterse en el negocio del alquiler y el aprovisionamiento de flota. Excelente.

            La reunión para la fusión de la sucursal Palma Llameante en la multinacional Space Cowboys también estaba en las fases finales. El trámite estaba aprobado y sólo esperaba que la burocracia terminara y estampara los diversos sellos en las diversas oficinas. Ello le legitimaba como Capitán Mercante Independiente o Freelancer. Podía registrar rutas, patentar nombres (sujetos a la aprobación de la oficina del Moralidad y Buen Gusto) y negociar directamente en los planetas de destino, ahorrando tiempo y dinero en intermediarios. Un porcentaje de las ventas irían a la multinacional para cubrir gastos de alojamiento, burocracia y escolta, por supuesto. Pero en conjunto el acuerdo era sumamente beneficioso para las dos partes.

            Ahora sólo quedaba esperar a que se despejaran los cielos y ultimaran el papeleo. Se reclino en su asiento y se escanció un poco de sidra, mientras limpiaba con un trapo su pistola. Ya se sabe, Fuerza es Poder…

            Drakkar Palma Llameante, del Emporio Comercial Palma Llameante.

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¡Goldry ha ganado el concurso (y una maravillosa skin) con 15 puntos!

¡Enhorabuena Goldry!

¡Estad atentos al siguiente!

 

 

¡Hola a todos!

Presentamos un concurso para animar un poco la espera del módulo de combate y fomentar la competitividad cultural.

Las normas a seguir serán las siguientes:

Sólo se podrá presentar un microcuento por persona con registro en el foro anterior al 12 de Marzo del 2014.
La temática es libre pero las historias habrán de englobarse dentro del contexto del universo Star Citizen.
Los microcuentos tendrán una extensión máxima de 100 palabras.
Se admitirán microcuentos hasta el día 23 de Marzo a las 23:59.
Todos los participantes tienen la obligación de votar o su relato será descalificado. No se permitirá votar un relato propio.
El premio es una skin de la Pledge Store de RSI y el ganador será leído en el programa radiofónicio KLY Online, que lo está petando en todo el Universo.
Si no participan un mínimo de cinco microcuentos me reservo el derecho a cancelar el concurso.
 ¡Mucha suerte a todos!

MICROCUENTOS PRESENTADOS
En órbita (por Xusnorris)

Sin casi energía, sin casi oxígeno, en órbita sobre un mundo que no era más que una roca. Sin comunicaciones. Sin capacidad de más movimiento para su nave, que para él. Sin seres vivos en miles de años luz.

Entró en la cápsula de estasis. Tenía todo el tiempo del mundo. Y el mundo tenía una nueva luna.

 

Sin título (por TswordZ)

«Bien, hora de intentarlo de nuevo».

El joven piloto prendió los motores y elevó su nave escasos centímetros antes de encender los postquemadores y estrellarse contra la puerta del hangar. Al mismo tiempo del impacto, disparó los dos misiles que había conseguido acoplar al lateral de la nave de forma artesanal. Como era de esperar, la explosión destrozó la cabina y la nave cayó a tierra. Aturdido y sangrando, el piloto comprobó que la puerta blindada del hangar no había recibido daños. Soltó un suspiro de decepción. Segúía atrapado dentro.

 

El desayuno (por Laowai)

Cada mañana me levanto, me preparo un té bien cargado, y bajo a despertarla. Mientras aprecio la amargura de las hojas verdes de té, acaricio sus cicatrices, cada vez más profundas.

 -"Lo siento, cariño, no quiero que te hagan más daño, es todo culpa mía. ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? No estabas mucho mejor de lo que estas ahora y saliste adelante, yo te ayudaré como entonces y volveremos a volar juntos. Solo te pido que no me dejes ahora, vamos preciosa... vamos... ¡arranca bonita!. (...) ¡Yeeeeeha! ¡Esta es mi Horny!."

 

Sin título (por Stilgar Wolf)

Hay zonas de Prime donde nadie debe mirar, incluso ahora, donde todo está tecnificado y se mira con desdén a los viejos cultos, hay rincones prohibidos, ángulos perversos de la realidad donde sólo una mirada podría conducir al mas avezado explorador espacial a lo mas profundo del abismo de la locura.

Repetí las palabras extrañas del códice polvoriento una por una, notando como un viento gélido arrastraba mi cordura por angostos pasillos, sintiendo como me iba mareando hasta la nausea, hasta que al fin me quedé sin voz y desperté, flotando en un vórtice que parecía susurrar mi nombre.

 

Clepsidra (por Goldry)

Plic!

Plac!

Plic!

Plac!

Gota a gota.

Una clepsidra, a eso me veo reducido.

Miro mi reflejo en el espejo rojo que se forma bajo mis pies.

¡Joder doy pena!

Pronto vendrán.

-¡Qué os jodan! ¡Malditos cabrones!-grito.

No pienso decirles las coordenadas de la puerta de salto, perdí demasiado para encontrarla. Además ya estoy muerto, que más da.

Unos pasos, ya viene el "especialista" Banu.

Estoy jodido.

Estoy jodido y tengo miedo.

Plic!

Plac!

Plic!

Plac!

 

El despertar... (por versy77)

Un día al despertar todo había cambiado, su hogar ahora era una poderosa nave, su destino incierto... el miedo a lo desconocido invadía cada minuto de sus pensamientos, el frió y la soledad abrazaban su cuerpo en un universo aun por descubrir.  Salio en su búsqueda del compañerismo, la lealtad, la protección y la ilusión, todo lo que podía ofrecer y necesitaba recibir para sobrevivir allí...y finalmente allí estaban.. rodeados de cerveza, de ilusiones y de ideas...invadiendo el espacio con sus cantinas y su alegría, los legendarios Space Cowboys. Ellos le devolvieron el calor.

 

Sin título (por Luke Malorne)

La música sonaba fuerte.

Tamborileaba con los dedos en el cuadro de mando y en la otra mano, un cigarrillo a medio consumir apestaba la cabina de humo. Tarareaba la canción que sonaba por los altavoces; todo un clásico. Pilotaba despreocupado por aquel vacío interestelar: Tardaría lo suficiente en encontrarse algo con lo que colisionar.

Pensaba.

Más de un mes sin compartir una cerveza con sus compañeros… ya tocaba. Si no fuera por la pasta que ganaba, no saldría del maldito bar en su vida.

Iba tan distraído, que no había reparado en aquél ruido raro que hacía el motor.

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